El matador albaceteño Rubén Pinar ha querido acompañar públicamente a su amigo y compañero Samuel Navalón —también formado en la Escuela Taurina de Albacete— con un mensaje que ha conmovido a la afición. Junto a una foto en la habitación del hospital, Pinar escribe: “Sabía que esta vez tampoco nos ibas a fallar. Simplemente has pagado un peaje más para conseguir nuestro sueño”.
El diestro añade que pronto volverán a su rutina de preparación: “Sé que dentro de poco tiempo quedaremos, a las 9, en la finca para entrenar y correr por nuestra montaña”. Y le reconoce abiertamente: “Me tocará ir detrás de ti, porque siempre has estado, estás y estarás más fuerte que yo… He aprendido mucho de ti. Que te den el sitio que mereces. Te admiro y te quiero un huevo, amigo”.
Las palabras llegan tras el tremendo susto sufrido por Navalón, que recibió en Algemesí (Valencia) una cornada en el cuello de extrema gravedad durante un festejo y fue intervenido de urgencia. El percance le produjo lesiones severas en la zona cervical y obligó a su ingreso en la UCI; por minutos, el torero salvó la vida gracias a la rápida asistencia en la enfermería y al traslado hospitalario.
En los últimos días su evolución ha sido favorable: el joven espada ya se encuentra en planta, animado y con ganas de retomar cuanto antes su recuperación. La visita de Pinar —con quien comparte entrenamientos, kilómetros de montaña y una estrecha amistad— ha sido un impulso moral en ese camino.
La dedicatoria del albaceteño, que pone el acento en la fortaleza y el mérito de Navalón, ha sido muy compartida entre profesionales y aficionados. Más allá del parte médico, el mensaje deja claro que el objetivo es uno: volver a la normalidad y recuperar “el sitio” que Samuel se estaba ganando en los ruedos.
Con el cariño de su gente, la mano tendida de Pinar y la determinación que ambos proclaman, la afición ya sueña con verlos de nuevo juntos, a las nueve, corriendo por su montaña y preparando el regreso.
