A veces no hace falta irse muy lejos para descubrir auténticos tesoros. Desde Albacete, en poco más de una hora, se puede acceder a una sorprendente variedad de pueblos con encanto, historia y paisajes únicos. La cercanía de nuestra provincia con la Comunidad Valenciana permite a los albaceteños disfrutar de escapadas de día o fines de semana sin grandes desplazamientos.
Uno de esos destinos que vale la pena descubrir es Ayora, una villa que mezcla naturaleza, historia y tradición con una autenticidad difícil de encontrar. Este municipio del interior de Valencia, que linda con la provincia de Albacete, tiene poco más de 5.000 habitantes y ejerce como capital de comarca.
Situado en un entorno privilegiado, su término municipal alberga parajes de gran belleza como La Hunde, una zona natural con flora, fauna y nacimientos de agua de alto valor ecológico. Sus paisajes, que combinan llanuras abiertas con sierras de más de 1.000 metros de altura, ofrecen una estampa que enamora tanto a senderistas como a quienes simplemente buscan respirar aire puro.
Historia y patrimonio
La historia de Ayora se remonta a miles de años. En su término se conservan pinturas rupestres como las del abrigo de Tortosilla y El Sordo, de estilo levantino, y se pueden visitar restos íberos, como los del imponente Castellar de Meca, una ciudad-fortaleza excavada en la roca que destaca por su extensión y conservación.
Además del patrimonio arqueológico, el municipio cuenta con joyas como el Castillo de Ayora, de origen islámico y con esplendor renacentista, o la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un bello templo gótico-renacentista declarado Monumento Histórico-Artístico.
Rincones con encanto
Uno de los mayores atractivos turísticos de la localidad es la Ruta del Hilo Rojo, un recorrido de unos 3 kilómetros que guía al visitante por el casco histórico y conecta más de una treintena de puntos de interés: plazas, miradores, calles empedradas y rincones con encanto como el Rincón del Beso o el Parque de los Morerales, con su pequeño lago habitado por patos. Para los más curiosos, también está la Ruta del Agua, un paseo familiar que pone en valor los antiguos lavaderos, fuentes y manantiales.
Y si el visitante quiere añadir un toque de leyenda a su visita, nada como la Ruta de la Reina, un sendero de menos de dos kilómetros que recuerda el paso de la Reina Germana de Foix, segunda esposa de Fernando el Católico, por el castillo de la villa. Esta ruta discurre por uno de los entornos naturales más bellos del municipio.
Naturaleza
Pero Ayora también es un paraíso para los amantes del senderismo de mayor nivel. Rutas como la de La Hunde y el Pico Palomera, de unos 9 kilómetros, transcurren entre cañones, pinares y miradores naturales, mientras que enclaves como el Estrecho de El Sabinar o la Balsa Mayor (donde muchos vecinos se lanzan al agua cada 1 de enero) muestran la fuerte conexión del pueblo con el agua y la montaña.
Además de su impresionante legado natural y cultural, Ayora también ofrece propuestas singulares como el Centro de Interpretación Apícola, donde una original colmena inmersiva sorprende a grandes y pequeños. La Casa de la Cultura, las rutas interactivas para familias o las curiosas búsquedas de «bolas del dragón» por el centro histórico completan una oferta de ocio pensada para todos.
Ayora, puerta natural entre la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, es mucho más que un destino turístico. Es una joya a poco más de una hora de Albacete, perfecta para escapar del ruido, sumergirse en la historia, conectar con la naturaleza y descubrir un lugar con alma.