Este martes, 30 de septiembre, se ha reanudado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete el juicio contra M.S.C., acusado de un presunto delito contra la libertad sexual contra una de sus trabajadoras con discapacidad, por el que la Fiscalía pide 9 años de cárcel. Durante la jornada de este martes el acusado ha prestado declaración en último lugar, negando los hechos de los que se le acusan.
A este segundo día de juicio se llega tras las declaraciones que se realizaron este lunes, cuando prestaron testimonio varios los testigos, entre los que destacada la que entonces era pareja del acusado, que si bien durante la instrucción sostenía que había sido ella quien había sorprendido al acusado durante los presuntos hechos, tal y como recogió Fiscalía en su escrito de acusación, durante el juicio ha cambiado su versión y ahora sostiene que no vio nada.
El acusado ha negado los presuntos hechos
Por su parte, el acusado ha contestado a las preguntas del Ministerio Fiscal, reconociendo que la denunciante trabajaba en su tienda desde 2019 y que tenía conocimiento de que contaba con discapacidad. En cuanto a lo relacionado con el presunto delito que se le acusa, ha negado los hechos, asegurando que “no he hecho nada”. Además, ha hecho referencia a unas “gotas en el suelo” del almacén, y ha asegurado que “no era semen y no la he tocado nunca”, argumentando que “en el almacén hay gotas de agua de la cámara, cosas que se rompen…” El acusado se ha negado a contestar a las preguntas de la acusación particular, pero sí lo ha hecho con las de su abogado, y ha prestado declaración apoyado en unas imágenes de una cámara de seguridad del exterior de su establecimiento comercial, negando los hechos de los que se le acusa.

En la misma línea han declarado diferentes testigos. El hermano del acusado ha explicado que la entonces pareja del procesado y la víctima fueron a contarle a su tienda, contigua a la de su hermano, que “había habido tocamientos” y aseguraba “no haber visto nada”. Durante la jornada, se ha hecho referencia a un vídeo en redes sociales que supuestamente subió la denunciante a las mismas, sobre el que el hermano del acusado manifestaba que “es como una celebración de que mi hermano estaba detenido”.

En cuanto al citado vídeo, el hermano del acusado explicaba que le enviaron varias personas este documento, aunque solamente nombró a su hija, a quién el juez pidió que testificara en la Sala. Más tarde, declaró la sobrina del acusado a petición del juez, y manifestó que “recibí mensajes de que la persona denunciante estaba en la zona sobre las 23:30 horas”, y señalaba que “me pasaron un vídeo o una foto de redes sociales con su hermana como que estaban de fiesta”, haciendo referencia al día siguiente de interponer la denuncia.
Durante la vista se han vivido momentos de tensión, ya que el juez ha desalojado parte de la Sala, puesto que un familiar de la denunciante, que había declarado anteriormente, ha manifestado que uno de los presentes en la sala, familiar del acusado, lo había amenazado, hecho que ha requerido la presencia de la Guardia Civil en la Sala durante unos minutos.
Médicos forenses, psicólogos, testigos y familiares han declarado este martes en la Audiencia Provincial de Albacete
Durante el proceso judicial también han prestado declaración varios familiares de la denunciante, coincidiendo todos en que la presunta víctima llegó a su casa en compañía de la entonces pareja del acusado, después de los presuntos hechos delictivos, y fue ésta quien les contó lo sucedido. Del mismo modo, han declarado varios trabajadores de la tienda del hermano del acusado, manifestando una de las empleadas que la entonces pareja del acusado “me dijo que la denunciante le había dicho una cosa muy grave, que el acusado había intentado abusar de ella”, aunque negaba haber visto alguna situación de este tipo entre el procesado y sus empleadas.
Durante el proceso judicial ha declarado un técnico de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Albacete que atendió a la denunciante, quien ha asegurado que la derivó al programa ‘Contigo’ del Instituto de la Mujer, donde trabajan sobre “las agresiones sexuales”, aclaraba. Una de las psicólogas de este programa, que también atendió a la denunciante durante casi dos años, ratificaba su informe psicológico, asegurando que la denunciante “cumplía con sintomatología de estrés postraumático”, y manifestando que “damos credibilidad a los síntomas, que son compatibles con violencia sexual”. Del mismo modo, destacaba que “mi trabajo era normalizar y que volviese a su vida, a ir al gimnasio y a la autoescuela”, entre otros.

También han prestado declaración dos médicos forenses que atendieron a la denunciante, que aseguraban que contaba con “una capacidad intelectual límite”, y señalando que “puede haber errores en el testimonio, sobre todo en temas específicos como las horas, incluso es algo que puede pasarle a cualquier persona que ha sufrido una agresión sexual sin tener discapacidad”. Además, manifestaban que “no estamos cuestionando si el relato de la víctima es más o menos creíble; el testimonio lo mantiene de forma coherente y consistente, evidentemente sabemos que el relato en personas con cierta discapacidad puede sufrir variaciones”.
Del mismo modo, han declarado dos psicólogos, del Instituto de Medicina Legal, que destacaban que el testimonio de la denunciante “responde a hechos vividos y no a interpretaciones”, y confirmaban que “por momentos se puede olvidar de cosas pero lo puede retomar, eso añade más credibilidad porque lo está contando desde su experiencia”.
Durante la vista también ha participado con su declaración un detective privado, contratado por el acusado, que ha aclarado que investigó a la denunciante en abril de 2023, meses después de los presuntos hechos, realizando vigilancias y visionando las grabaciones de las cámaras de seguridad del exterior de la tienda de alimentación del acusado. Durante los días de investigación, el detective ha explicado que la denunciante “salió 4 días de casa, se fue a la Estación de Autobuses y cogió un bus a Murcia; y en otra ocasión cogió un taxi, y luego en redes sociales vi que estaba en el cine”, en días diferentes. La estrategia de defensa ha puesto sobre la mesa durante el juicio varios episodios de la vida de la víctima compartidos en redes sociales con posterioridad a los supuestos hechos y que denotaban que ésta llevaba una vida normal tras lo sucedido, algo que ha sido afeado posteriormente por Fiscalía y por la acusación particular, al aseverar estos que se estaba juzgando la vida de la víctima y que resultaba insultante que la denunciante no pudiera ir a la piscina o a la bolera.
La vista registró momentos de tensión: el juez desalojó parte del público después de que un familiar de la denunciante denunciara haber recibido amenazas desde la sala, intervención que requirió la presencia momentánea de la Guardia Civil.
Conclusiones de las partes
Finalmente, tras la declaración del acusado, que ha sido el último en hacerlo, el Ministerio Fiscal ha expuesto sus conclusiones, ratificando la condena que piden, explicando, respecto a la declaración de la expareja del acusado que “se contradice con las circunstancias que manifestó no solo a la Policía, sino en su declaración en la sede de Instrucción y no concuerda con lo que dice en la sede Judicial”, calificándola de “descafeinada”. Respecto al relato de la denunciante, manifestaba que “no denota un discurso aprendido”, asegurando que “no tiene sentido que formule una denuncia cuando ha perdido su trabajo y no ha tenido más acceso al mercado laboral, y mantenga los hechos si todo fuera orquestado por la pareja del acusado”.

En cuanto a la declaración del acusado, la Fiscalía ha trasladado que “es cierto que este señor se aprovechó de la discapacidad de la denunciante, que le afecta al consentimiento, pero también al hecho de reaccionar; ella dice que no denuncia porque le da miedo”. Así, ha calificado la declaración del detective privado, quien ha investigado a la denunciante, como “insultante que una chica dos meses después no pueda ir a la piscina o a la bolera”, argumentando que “la psicóloga que la atendía le pidió que normalizara su vida”.
En lo relacionado a las conclusiones de la acusación particular, ésta ha señalado este caso como “un nuevo ejemplo de la dificultad que para una mujer supone denunciar hechos de esta naturaleza. Si algo ha quedado en evidencia es que se ha juzgado más a la denunciante que al acusado”, argumentando que “constantemente ha girado a la vida actual de la denunciante y a todas sus circunstancias. Esto explica por qué cuesta tanto denunciar”. Del mismo modo, ha aclarado, sobre los hechos del 14 de enero, cuando tuvo lugar presuntamente uno de los episodios de agresión sexual, que “sorprendentemente hemos tenido que esperar a la declaración del acusado para declarar prácticamente probado que la escena en la que la expareja del acusado accede a la tienda se debió producir. El procesado reconoce que esta mujer se enfurece, grita y pregunta que si están manteniendo relaciones sexuales, limitándose la denunciante a decir que la está obligando”. Sobre la declaración de la presunta víctima, el abogado manifiesta que es “clara y contundente”. Del mismo modo, señalaba que “la defensa sostiene que todo esto viene porque la expareja del acusado, una persona con la que no tenía relación la denunciante, ese día decidió hacerle la vida imposible a su pareja, y de repente colabora con ello”. Sobre el detective y su declaración, el abogado ha manifestado: “¿Qué tiene que hacer una mujer que es agredida sexualmente? Decir que se fue un día al cine y a la bolera es insultante”. Por último ha aclarado que “consideramos que los hechos están acreditados y que todo ocurrió como sostiene la acusación”.

Por último, la defensa del acusado ha manifestado que “tenemos la única y exclusiva declaración de la denunciante, no hay prueba de ningún elemento objetivo que sostenga esa declaración”, manifestando que “los informes forenses son creíbles pero no se puede acreditar que son ciertos, la única forma es practicar la prueba pertinente y los peritos que han declarado dicen que no tienen forma de saber si es cierto”. Del mismo modo, ha destacado que la defensa “se basa en un vídeo”, haciendo referencia a la grabación de las cámaras de seguridad que enfocan al exterior de la tienda, “en el cual se ven los intervalos de tiempo en los cuales se pueden producir o no agresiones sexuales”, asegurando que el acusado y la denunciante se quedan solos “1 minuto y 20 segundos”. Además, ha manifestado que la denunciante “nunca reconoce las horas”. Finalmente ha pedido una sentencia absolutoria para el acusado.
Así, el juez ha declarado el caso visto para sentencia.


