Querido paisano:
Te escribo desde lo alto del que fuera tu hogar allá por la Edad del Bronce, para decirte que una vez solventada con éxito la resaca Ferial, balances incluidos, toca volver a la cotidianidad del otoño, que se nos ha venido encima como el que no quiere la cosa nada más echar el cierre a la Puerta de Hierros.
Hoy parece que soy portador de excelentes noticias. A saber.
Por fin nuestro querido alcalde se ha decidido a tomar en consideración tus reclamaciones y ha movido ficha. ¡Qué digo movido ficha, si ha puesto patas arriba todo el tablero! De hecho, tiene previsto convocar en breve una rueda de prensa por todo lo alto, canapés y cava con denominación de origen Cataluña incluido, a la que cursará una invitación especial a los más importantes medios generalistas de ámbito nacional y a lo más granado de las cabeceras europeas, para dar a conocer a los cuatro vientos la noticia largamente esperada, de que antes de que suenen las doce campanadas que anuncien el fin de año, estará redactado un ambicioso proyecto para la rehabilitación, acondicionamiento y restauración de la Motilla del Acequión y su entorno. Que una vez puestos, tampoco es cuestión de quedarse en las primeras matas.
Pero las buenas noticias no se quedan ahí. Atiende bien. El proyecto también incluye la construcción de un carril de uso compartido para peatones y ciclistas, que partiendo desde la Fiesta del Árbol recorra los quince kilómetros que nos separan de la Motilla, para una vez allí poder acceder al magnífico Centro de Visitantes y contemplar una recreación de los usos y costumbres de nuestros ancestros, paso previo a la visita guiada del yacimiento propiamente dicho, que se realizará utilizando una espectacular pasarela elevada totalmente transparente e impermeabilizada, que nos conducirá por las instalaciones adecentadas, recuperadas y en perfecto estado de revista.
Y por si esto fuera poco, nuestro apreciado alcalde asegura que el proyecto cuenta de antemano con la financiación precisa a través de los fondos europeos, y no solo para acometer las obras propiamente dichas, sino también para la adquisición del mobiliario necesario, así como para la redacción y puesta en marcha del proyecto museístico, en el que se incluye todo el material audiovisual preciso, que será de envergadura y variado.
Me cuentan que nuestro aguerrido alcalde se las tuvo tiesas con los presidentes regional y nacional de su partido en su reciente visita a nuestra Feria, cuando les anunció, casi a bocajarro durante el descanso del festejo taurino de esa tarde, que había logrado hablar personalmente con el presidente del gobierno, gracias a la intermediación del presidente regional, dada la buena relación que existe entre ambos, y había logrado comprometerle la financiación precisa a través de una convocatoria tan extraordinaria como específica, utilizando para ello los sobrantes que habían dejado de gastar las Comunidades Autónomas presididas por el PP.
Nuestro respetado primer edil, haciendo gala de la independencia y ambición que le viene desde la cuna, no dudó en restar importancia al hecho de que la noticia les sentara a sus superiores como una patada en salva sea la parte, y que visiblemente mosqueados y molestos abandonasen sus localidades, dejándole con cara de pasmo, y con el bocadillo de jamón en una mano y un borrador del folleto informativo del proyecto en la otra, en el que por cierto, y como viene siendo habitual, quitándose importancia a sí mismo señala a la sociedad civil como verdadera impulsora del proyecto de recuperación de este Bien de Interés Cultural.
Y para redondear la semana fantástica, según refieren fuentes generalmente bien informadas, tuvo que ser el mandamás del selecto grupo de asesores que susurran al oído del inquilino del despacho rectangular de la planta noble de la Casa Consistorial, quien reaccionase con presteza para sujetarle con delicadeza la mano de firmar, e impedir que rubricase la resolución de cese en su cometido de la persona responsable de la concejalía, que de forma incomprensible se ha pasado por el arco del triunfo de sus laureles, la convocatoria de la Administración Regional para la climatización de nuestros colegios, solicitando subvenciones para tan solo dos de ellos, cuando la nómina asciende a treinta y tres, o en su defecto y en un alarde de arrojo sin precedentes, instándole a que se haga cargo con su propio patrimonio del importe de la climatización de los otros treinta y uno Está claro que el que no se consuela es porque no quiere, y que a grandes males grandes remedios.
El mismo camino recorrió el o la responsable de licitar el concurso para la adjudicación del programa de Cuentacuentos, que por unas cosas o por otras no estará disponible de forma definitiva hasta finales del mes de febrero, a poco menos de tres meses de finalizar el curso escolar, por lo que mientras tanto, no le queda más remedio que arreglar el desaguisado tirando de un contrato menor para salir del paso como sea.
Y en esas cuitas andaba yo, cuando de repente en mi cabeza comenzó a sonar el estridente tañido de una campana. Era el despertador que me avisaba de que ya era hora de abrir el ojo y dejar aparcados los sueños para otra ocasión, porque lo cierto y verdad es que tu Motilla sigue destartalada, la climatización del resto de colegios habrá que pedírsela a los Reyes Magos o probar suerte con el Euromillón, y el despiste en la licitación del programa del Cuentacuentos se solventará de una forma u otra, total una chapuza más tampoco es de vital importancia. Lo que me lleva a deducir que las cuestiones ligadas a la educación y a la recuperación de nuestro patrimonio no deben figurar entre las prioridades del equipo de gobierno municipal. A las pruebas me remito. No hay más preguntas, señoría.
PD. Recuerda, “Los sueños no se cumplen, se trabajan”. Hasta la vuelta, que me voy unos días a recorrer el Camino de Santiago. Cosas de la jubilación.
Antonio Martínez
 
				

