LA REVOLERA | Estrategias con aroma rancio

Artículo de opinión de Ángel Calamardo

En el pleno del pasado martes no ocurrió nada extraordinario. Fue, más bien, una sesión de mero trámite, con algunas mociones de escasa importancia, poco trascendentes. 

VOX presentó una propuesta para que “se tenga en cuenta la particularidad sanitaria en las zonas de estacionamiento regulado y controlado en vía pública, en la ciudad de Albacete”. Se debatió -si no recuerdo mal-, pero apenas tuvo repercusión; nadie prestó demasiada atención a la iniciativa. Quizás pudiera aplicarse también a otros colectivos, como los docentes, pero, en cualquier caso, mi impresión es que el asunto no supone un problema real. No he oído a nadie quejarse por tener que echar una moneda más en la zona azul o la verde. Muy distinto es acudir a urgencias sin saber cuánto tiempo se va a permanecer allí y eso, por ejemplo, no se abordó, aunque también es verdad que el Ayuntamiento no tiene competencias en el asunto.

El PSOE, por su parte, llevó al pleno la propuesta de “renaturalización de los patios escolares del municipio de Albacete”. Tampoco se tambalearon los cimientos del Consistorio.  La idea puede ser positiva, pero quizá las competencias correspondan a otra administración. La moción sirvió, eso sí, para que apareciera Cospedal en la conversación. Como suele decirse, “qué boda sin la tía Juana”.  Lo que sí estuvo fuera de lugar fue referirse a ella como “La Cospedal”, con la connotación despectiva que recuerdan expresiones como “La Trini”, “La Jose” o “La Pili”. No es elegante en boca de concejales que se presuponen formados y preparados para la tarea municipal. Conviene cuidar también la ortografía: no es atribuible a un grupo en concreto, pero en política -y en otros ámbitos- es un mal indicador. Por tanto, ojo también, con la disortografía.

Unidas Podemos, finalmente, presentó una moción pidiendo “apoyo a la iniciativa legislativa popular para una regularización extraordinaria de personas extranjeras”.  Una propuesta que, en realidad, poco tiene que ver con un ayuntamiento. Este tipo de cuestiones corresponden al ámbito nacional y deben canalizarse a través de los diputados del territorio. 

En definitiva, ninguna de las tres mociones fue dañina, pero tampoco venían a cuento. En jornadas de posferia, con los colegios ya abiertos, la ciudadanía ajustando cuentas y el Ayuntamiento debatiendo sobre asuntos menores, quedó la sensación de un pleno intrascendente.

Escucho a Herrera, Carlos, el líder radiofónico en Castilla-La Mancha (COPE) decir que no hay nada tan inútil como la ONU: “llena de trincones, llena de golfos, llena de inútiles”, remarcó el comunicador.

Se han oído “grandes” discursos: Trump dijo lo que quiso, se burló de medio mundo, criticó a quien le vino en gana y Europa salió trasquilada. No digo que fuera agradable escucharlo, digo que ocurrió.  A lo mejor va a tener razón Herrera: las guerras, los conflictos, los intereses entre países deberían resolverlos las naciones que tienen encomendada la misión de mantener la paz y la seguridad.  

Menos mal que -debieron pensar los de la opinión sincronizada- hablar cada día de Palestina, Israel, genocidio sí o masacre, variando términos según convenga, ya queda obsoleto. Tocaba hablar de vivienda, ¡menudo problemón! Vuelven los datos escalofriantes: los jóvenes no pueden emanciparse y cada vez les resulta más difícil subsistir. Con el tiempo que llevan gobernando unos y otros y sin dar pasos reales, el problema sigue intacto. 

Cuando un parlamentario sale a defender al Gobierno por diseñar o anunciar alguna medida de vivienda, las redes se inundan de críticas e incluso insultos -nunca justificables- porque no es cierto que los jóvenes sientan el amparo de la administración. Hasta que no determinen que hay que construir masivamente, y que el Estado asuma a fondo perdido ese 20 % inicial para acceder a una vivienda, nada empezará a solucionarse. Dejen de exigir las firmas del padre, la madre, el abuelo o el vecino pudiente: todo eso es seguir en bucle, con discursos vacíos, mientras la juventud se vuelve cada vez más antisistema. 

En paralelo, se enredan con lo del “Generalísimo” mencionado por el concejal Conesa, ex de VOX y ahora no adscrito. Al margen de la gravedad -que la tendrá-, lo cierto es que sus palabras han sido inoportunas y desacertadas. Ignoro si vulneran alguna normativa, pero lo evidente es que han generado polémica. Y mientras hablamos del dictador, dejamos de hablar de otros asuntos que sí afectan a la ciudadanía. Al final, este camino solo conduce al desencuentro y a una mayor desafección hacia la política.  

El problema, como siempre, es que importa poco el fondo. Se subraya que el concejal aprobó con su voto los últimos presupuestos, que tiene liberación parcial y que percibe 25.000 € anuales. El relato que se construye es que apoya al alcalde del PP, cuando ni existe tal acuerdo ni esa es la realidad. Pero en medio del ruido, lo esencial es arrastrar al alcalde hacia la sospecha del franquismo.

Si el PP apoyara en algún momento una moción de Unidas Podemos -algo que ha sucedido-, ¿habría que llamarlos “rojos” o “zurdos”? Son formas de retorcer la realidad que no convencen a nadie. Franco seguirá siendo una excusa para no hablar de lo importante, o para estigmatizar a alguien, en este caso al alcalde Serrano

Ni Conesa con Franco, ni otros con debates sobre genocidios están a la altura de las circunstancias. Referirse hoy al dictador resulta rancio; lo que necesitamos es más democracia y menos división entre rojos y azules. La España actual está muy lejos de quienes pretenden reverdecer historias ya caducas.

¡Vaya estrategas a sueldo! Algunos medios de izquierda ponen en marcha la maquinaria -unos por iniciativa propia y otros quizás siguiendo instrucciones- para agitar la soflama durante varios días. En la SER ha sido así, en algún digital también, y seguramente en más. Y aunque el alcalde no sea franquista ni sueñe con Franco ni con La Pasionaria, lo importante es sembrar dudas y embarrarlo todo. Aquí nos conocemos todos, les aseguro que el alcalde de Albacete tiene de franquista lo que un pingüino de turista en Benidorm

Te lo digo yo, califa, lo del Generalísimo queda viejo y lejos, menos para los libros de historia. Si Conesa quiso usarlo como argumento, es su problema. Contarlo, periodísticamente, por supuesto; pero mezclarlo con su sueldo o su liberación no viene a cuento. ¿Acaso el resto de concejales no cobran? ¿Los de VOX o no adscritos viven del aire? Hablar de dinero público exige cuidado: es fácil caer en la demagogia. Sigan hablando de sueldos y enfadarán un poco más al personal.

Interesante, en cambio, la amplia entrevista en la televisión pública CMM al presidente del ejecutivo, Emiliano García-Page Sánchez. Por seguir recomendando al emperador (califa): enterita procedía darla. Conexión al tanto y no un par de testimonios sonoros para cumplir.

La conversación fue un buen inicio de curso político, sentando algunas bases de lo que está por venir. Cuando eso sucede, nunca sobran altavoces.

“Si vengo desde Francia o desde Marruecos o desde Portugal, en la frontera quiero que haya un policía nacional o un guardia civil” (Page-IX 2025). 

Más: “no puede haber una cesión de competencias en materia de fronteras, pero lo más grave es el triunfo racista de la medida” (Page).

“El independentismo busca romper España” (Page)

“Los diputados del PP no son de CLM, son del PP” (Page)

“El agua del Tajo volverá a su cauce” (Page)

“Uno puede fingir muchas cosas, incluso la inteligencia. Lo que no puede fingir es la felicidad”. (José Luis Borges)

Ángel Calamardo

X: @AFCalamardo

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