Esta semana, el nombre de un pequeño pueblo de Albacete ha vuelto a resonar en la esfera mediática nacional gracias a la aparición en televisión de una de sus hijas más ilustres: la top model Esther Cañadas. La albaceteña, nacida a mediados de los años 70 en un tranquilo municipio de la Sierra de Alcaraz, fue invitada este lunes al programa ‘El Hormiguero’, donde derrochó complicidad con Pablo Motos y demostró que sigue siendo un icono de elegancia y belleza .
Aunque muchos medios se refieren a ella como «alicantina» por haber crecido en la costa levantina, lo cierto es que su lugar de nacimiento fue San Pedro, un pintoresco pueblo de poco más de 1.000 habitantes situado a tan solo 35 kilómetros de Albacete capital. Allí, en el corazón de una vega tranquila atravesada por el río Quéjola, nació la que décadas después sería uno de los rostros más emblemáticos de la moda internacional.
Un pueblo con encanto
San Pedro, integrado en la comarca de la Sierra de Alcaraz, es uno de esos pueblos que combinan historia, naturaleza y hospitalidad. Su casco urbano, dividido entre el barrio antiguo y el barrio de La Peñica, ofrece un ambiente acogedor para vecinos y visitantes. Pasear por sus calles supone un viaje a la tranquilidad, con el murmullo del río y la sombra de los chopos.
La Iglesia de San Pedro, con sus elementos procedentes de la Catedral de Albacete, o los restos íberos del poblado de La Quéjola, son algunas de las joyas patrimoniales del lugar.
El municipio también destaca por su activa vida cultural, impulsada por asociaciones locales y un centro de día que dinamiza la vida de la tercera edad. La Fuente, un parque natural ideal para encuentros vecinales y familiares, se suma a los espacios que hacen de San Pedro un rincón de Castilla-La Mancha con alma propia.
De San Pedro a las pasarelas
El salto de Esther Cañadas al estrellato comenzó temprano. Aunque su sueño era convertirse en criminóloga o detective privado, fue su madre quien la animó a probar suerte en el mundo del modelaje. A los 14 años ya ganaba concursos de belleza y comenzaba a trabajar con agencias. Pronto se instaló en Barcelona, luego en Milán y finalmente en Nueva York, donde se forjaría su leyenda como supermodelo.
Durante los años 90, Cañadas desfiló para firmas como Chanel, Versace, Dolce & Gabbana, Calvin Klein, Valentino o Yves Saint Laurent. También fue musa de Donna Karan, imagen de DKNY, y portada de revistas como Vogue, Harper’s Bazaar o Marie Claire. Compartió sesiones fotográficas con nombres ilustres como Helmut Newton, Peter Lindbergh o Ellen von Unwerth, consolidando su lugar entre las grandes de su generación, y debutó en el cine.
Lucha contra una enfermedad
A comienzos de los 2000, Esther decidió dar un paso al costado para centrarse en su vida personal. El diagnóstico de una vasculitis, enfermedad autoinmune que inflama los vasos sanguíneos, marcó un antes y un después. Tras años de tratamientos, la modelo optó por mudarse a México, donde nació su hija Galia en 2014. Su prioridad pasó a ser su maternidad y su salud, manteniéndose alejada de los focos durante casi dos décadas.
Su reaparición en la pasarela llegó por sorpresa en 2020, cuando cerró el desfile de Balmain en la Paris Fashion Week. Luego vinieron la portada de Vogue España y nuevas colaboraciones, todas seleccionadas con cuidado, lejos del frenesí de su primera etapa como modelo.
Su visita este lunes a ‘El Hormiguero’ ha sido una muestra más de que Esther está disfrutando esta nueva etapa con serenidad. En el programa compartió confidencias, habló de sus secretos de belleza y rememoró su carrera con una sonrisa cómplice. La entrevista coincidió con su reciente aparición como embajadora de Carolina Herrera en el desfile de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, celebrado en la icónica Plaza Mayor, donde volvió a brillar con luz propia.