Querido paisano:
Te escribo desde el yacimiento del Acequión, verdadera joya de la cultura de las Motillas que tenemos la inmensa suerte de poder visitar incluso dando un paseo. Eso sí, en el supuesto caso de que nuestro querido alcalde se hubiera puesto manos a la obra para devolverle a la zona, aunque solo fuera parte del esplendor que debió tener allá por la Edad del Bronce. Además, estoy convencido de que una Motilla en condiciones se podría atisbar desde lo alto de la noria que nunca falta a la cita con la Feria. ¡Pero ay amigo!, como querer es poder, me temo que con el munícipe mayor hemos topado, porque querer, lo que se dice querer, quiere poco, y a las pruebas me remito.
Pero volviendo a lo cotidiano, espero de veras que la Feria te haya ido bien, que hayas disfrutado de lo lindo y sobre todo que no hayas acabado esperillao y con telarañas en los bolsillos, porque entre otros adjetivos elogiosos de los muchos que hemos podido leer y escuchar estos días acerca de nuestra Feria, que han sido muchos y variados, también está el de la Feria más cara de la historia, aunque en honor a la verdad, este último no se lo he escuchado referir ni a nuestro querido alcalde, ni al concejal responsable de Llevarnos Bien y de los asuntos feriales.
Confío en que la primera autoridad local, cuando haya terminado de echar la cuenta de los tropecientos millones de personas que hemos recibido estos días y se quede satisfecho con las cifras de consumo de agua o de kilos de basura recogidos, una vez pasados por el cajón de curas para dejarlos bien arregladitos y presentables, no sé si me entiendes, dedique un poco de su valioso tiempo a meditar sobre el papel que ha de jugar el Ayuntamiento en la Feria. Todo no va a ser posar para la foto luciendo Gambiteras o recibir a su jefe de filas en su apresurada visita ferial acompañado de la plana mayor regional. Tampoco es de recibo, creo yo, limitarse a poner la ciudad a disposición, cobrar las tasas y que sean los demás los que se las ingenien para sacar la Feria adelante, hacer negocio, hacerse visibles en tal o cual actividad o probar suerte en el mundo de la cultura, la música o la interpretación, por citar unos cuantos ejemplos.
La internacionalidad de nuestra Feria merece algo más que un poco de chapa y pintura, o repetir miméticamente un año tras otro los mismos esquemas por muy bien que funcionen. Cada vez somos más los que pensamos que es necesario buscar esa seña de identidad propia que nos haga únicos e irrepetibles, y que desde luego ni son los mojitos, ni el chorimorci ni los miguelitos, por muy rico rico y con fundamento que este todo. Pero para eso hay que ser arriesgados, tener imaginación, y asumir que no pasa nada por meter la pata una vez. Es preferible tener que rectificar ante una equivocación, que conformarse con sacar la plantilla, cambiar las fechas y mandar el programa a la imprenta.
Mucho me temo que con nuestro apreciado alcalde a la cabeza, seguido del resto de concejales y concejalas de gobierno, que lo único innovador que han hecho hasta la fecha ha sido cambiar el nombre a sus concejalías, no podemos esperar muchos alardes en ese sentido, es más, citar en la misma frase al actual equipo de gobierno junto a palabras como innovación, originalidad o cambio, es un oxímoron de manual digno de estudio.
Aún siendo nuestra Feria de interés Internacional, supongo que estarás de acuerdo conmigo en que no hay asunto más internacional estos días y de mayor interés, que el genocidio que está perpetrando el Gobierno de Israel contra el pueblo Palestino. 65.062 gazatíes han sido masacrados entre ruinas y escombros, de los que 19.000 son niños y niñas. Además hay al menos 165.607 heridos y se han registrado 432 fallecimientos por hambre y desnutrición, de los que 146 son niños y niñas desde que el 22 de agosto se declaró la hambruna. Estoy seguro que no todos los muertos son terroristas de Hamás, por mucho interés que ponga el gobierno de Israel en calificar así a todas las personas a las que les ha arrebatado la vida empujándolas fuera de su territorio.
Una cosa es la legítima defensa ante los ataques recibidos y otra muy distinta intentar exterminar al pueblo palestino, utilizando una fuerza desproporcionada con el beneplácito y complicidad de la administración de los Estados Unidos, a la que jalea la derecha y la ultraderecha española, en especial la presidenta de la Comunidad de Madrid, convertida en una hooligan que no duda en sacar a pasear sin pudor alguno el espantajo de la kale borroca, en anunciar la llegada del enésimo apocalipsis, comparando la capital de España con el Sarajevo de la guerra de los Balcanes y afirmando sin más pruebas que sus deseos, que nos encontramos a las puertas de una situación de preguerra civil. Y lo peor de todo es que no se trata de un lapsus linguae que le puede pasar a cualquier orador, sino que para más inri lo estaba leyendo. Claro, que teniendo como faro guía al Pinocho de las Azores, poco se puede esperar. Parafraseando al expresidente Bono, me atrevería a decir que ese duo dificilmente puede ser divino, porque ni siquiera son humanos.
Hay que tener el corazón muy negro y encallecido para encogerse de hombros ante la barbarie que estamos viendo casi en directo y no rebelarse ante tamaña infamia. Nuestro futuro como pueblo siempre estará marcado por la forma en la que hayamos actuado hoy, porque no es nada complicado decidir cual es el lado correcto de esta historia.
Querido lector, seguro estoy de que sabrás disculpar y que entenderás este toque de pesimismo y la llamada a la movilización que encierran estas palabras, pero hay veces en las que la realidad te borra la sonrisa de un plumazo, aunque no quieras.
No quiero dejar pasar la oportunidad para agradecer el bien hacer de los cientos y cientos de trabajadores y trabajadoras, que se han dejado la piel esta Feria para que los demás disfrutásemos como si no hubiera un mañana. Y a la ciudadanía en general por hacer de la Feria un lugar de encuentro, amistad o conversación respetuosa, donde no tiene cabida el disenso airado, la controversia violenta o el enfrentamiento gratuito.
PD. Para escribir de algo que no sea político debo escuchar el canto de los pájaros, pero para escuchar sus trinos antes deben cesar los bombardeos. (Anónimo)
Antonio Martínez