El gesto emocionó a la plaza de Albacete el sábado 13 de septiembre, pero ha abierto un debate jurídico y ritual. La autoridad local sostiene que la ceremonia es válida “a efectos administrativos” porque el acta fija a Paco Ureña como padrino; por contra, ciertos críticos la consideran inválida por vulnerar la liturgia y el reglamento.
La inesperada alternativa de Manuel Caballero hijo, precipitada por la baja de Morante de la Puebla, acabó convertida en uno de los episodios más comentados de la Feria Taurina de Albacete. Llegado el momento de la alternativa en sí, en el tercio y sobre el albero del coso de la calle Feria, el padrino oficial, Paco Ureña, invitó a salir al ruedo a Manuel Caballero (padre), ya retirado y vestido de calle, y le cedió la muleta y el estoque para que fuera él quien se los entregara a su hijo. La escena, extraordinaria en lo emocional, desató de inmediato la controversia: ¿respeta el reglamento y la liturgia de la alternativa? Diversas corrientes coincidieron en el detalle esencial —la entrega material de los trastos por parte del padre—, con Ureña como padrino y Roca Rey como testigo.

Qué dice el reglamento y qué sostienen las fuentes consultadas
Fuentes conocedoras en profundidad del Reglamento de Espectáculos Taurinos apuntan que la alternativa la debe conceder un matador de toros vestido de luces, con cesión de muleta y estoque por el padrino al toricantano y testimonio del segundo espada (testigo). La norma general —recogida en la regulación estatal y en la doctrina taurina— describe una cesión entre matadores actuantes y no contempla la intervención de terceros ajenos a la terna en ese acto litúrgico.
Bajo esa interpretación, la irrupción de Caballero padre, vestido de calle, “se saltó la liturgia propia de la alternativa”, señalan esas mismas fuentes. Añaden, no obstante, que “el modo en que se escenificó quizá no fue el más correcto, pero fue un gesto emotivo” por la trayectoria de Caballero padre y el guiño de Ureña a la familia.

La tesis de la invalidez
El crítico taurino Antonio Lorca publicó el lunes un artículo en El País calificando la ceremonia como “inválida”: a su juicio transgrede el artículo que obliga al traspaso de trastos entre los matadores actuantes, sin intervención de terceros, y censura que la presidencia permitiera el desarrollo del acto. Lorca recuerda además que la alternativa inicialmente prevista para Caballero hijo se iba a celebrar en Hellín, el 5 de octubre, y que el cambio obedeció a la baja de Morante.
La posición de la autoridad: el acta manda
Por encima de las críticas, pesa el acta levantada el sábado por el delegado gubernativo en la plaza de Albacete, Ulises Quesada. En declaraciones a El Digital de Albacete, Quesada afirma que la alternativa de Manuel Caballero Jr. es “totalmente legal” porque en el acta consta que el padrino fue Paco Ureña —y que Roca Rey actuó como testigo—, por lo que el nuevo matador queda inscrito en el registro de profesionales que le corresponde tras doctorarse. Sobre la polémica, el delegado la reduce a un acto de “camaradería”: Ureña “le dio su muleta al padre para que se la diera al hijo”, una entrega “no oficial” dentro del rito formal; añade que Caballero padre, “montera en mano”, pidió permiso al presidente antes de el intercambio de trastos.

¿Qué habría sido lo ortodoxo?
Dado que Caballero hijo iba a doctorarse en Hellín el 5 de octubre, varias voces del sector apuntan que la solución más ortodoxa habría sido que Caballero padre se hubiera vestido de luces para esa tarde y, ya como matador actuante, le concediera allí la alternativa. El antecedente más citado para explicar la ortodoxia es el de José María Manzanares (hijo): su padre estuvo a su lado en el ruedo en el momento de la alternativa, pero la cesión de trastos la hizo Enrique Ponce (padrino), con Francisco Rivera Ordóñez de testigo, en Alicante, 24 de junio de 2003.
Reacciones
Tras el festejo arreciaron las críticas, sobre todo de antiguos responsables de presidencia en plazas de primera como Las Ventas, por lo que consideran una ruptura innecesaria del rito y un precedente confuso. En paralelo, otras crónicas del día subrayaron el carácter excepcional y emotivo de la escena, destacando que la oficialidad del padrinazgo quedó residenciada en Ureña.

Lo incontestable: lo que pasó en el ruedo y el resultado
Más allá del debate, la corrida dejó una gran tarde de Daniel Ruiz pero desbordada de triunfalismo: indulto de “Diablillo” por Ureña (aunque no se le vio en el tercio de varas), dos orejas para Roca Rey en su segundo, y dos orejas (una y una) para Caballero en su doctorado —con Ureña como padrino y Roca Rey como testigo—, en plaza llena.
Claves jurídicas y de liturgia, en breve
Regla general: el padrino, matador más antiguo de la terna, cede muleta y estoque al toricantano; el segundo espada actúa de testigo.
Lo excepcional en Albacete: la entrega material la hizo Caballero padre, no actuante y vestido de calle; la oficialidad (a efectos de acta) recayó en Ureña como padrino.
Lo que está en el aire: ¿puede ‘saltar’ al ruedo mientras se lidia un toro una persona que no forma parte de ninguna cuadrilla (como sería el caso de Caballero padre) y no ser sancionada por la autoridad competente?
Obviamente, todo se ve mejor dentro de un contexto: Una figura del toreo ya retirada le ‘iba a dar’, entre comillas, la alternativa a su hijo.

El festejo, según la crónica local
De acuerdo con la crónica firmada por Julio Martínez Romero en El Digital de Albacete, fue una tarde desbordada de triunfalismo sobre una gran corrida de Daniel Ruiz: Ureña salió a hombros tras el indulto; Roca Rey, en versión ambiciosa, reventó la tarde con su segundo; y Caballero, ya como matador, mostró dimensión y temple con el toro de la alternativa (“Bullidor”, nº 19, 486 kg) y redondeó su actuación con otra oreja en el sexto. Plaza de “no hay billetes”.



