La picaresca, tan habitual en el toreo como en la vida, a veces traspasa la delgada línea entre la astucia y la falta de ética. Lo ocurrido este martes en la Plaza de Toros de Albacete es un ejemplo de ello: un gesto más cercano al engaño que al oficio, protagonizado por un subalterno de la cuadrilla de Emilio de Justo vestido de tabaco y azabache.
Tras finalizar la lidia del quinto toro de la tarde, la plaza empezó a pedir la oreja para el diestro. Mientras tanto, el subalterno, encargado de apuntillar al animal, recurrió a una artimaña impropia de un profesional: fingir dificultades para cumplir con su cometido, y en realidad estaba apuntillado al animal a dos dedos de la oreja, en lugar de en el centro de la testuz. Con ello no buscaba otra cosa que retrasar la entrada de las mulillas y alargar artificialmente la petición de trofeos, intentando forzar a la presidencia a conceder más trofeos bajo la presión del público.
La maniobra, tan burda como desleal, no pasó inadvertida para todos. Varios aficionados, conscientes de la trampa, no dudaron en recriminarle su comportamiento desde los tendidos. Los alguacilillos también intervinieron, hasta el punto de apartar al torero de plata del testuz del toro para cortar la farsa. Incluso el Delegado Gubernativo, el inspector de Policía Ulises Quesada, tras la vuelta al ruedo de Emilio de Justo, llamó al subalterno para reprenderle directamente. Habrá que ver si lo ha reflejado en el acta y acarrea alguna sanción para el susodicho.
Lo ocurrido deja en evidencia un acto que poco tiene que ver con el profesionalismo y el respeto que merece la lidia y la Plaza de Albacete. Porque si algo desprestigia a la fiesta, más que las críticas externas, son precisamente estas maniobras mezquinas dentro del propio ruedo.
Para otro artículo dejaremos el «cachondeo» de este subalterno con otra persona del callejón, ajena a la lidia, y en este caso albaceteño, que se reían juntos de su actuación tan ufanos y orgullosos de algo que debería sonrojar a cualquier torero de plata, en activo o retirado.
