Miles de personas comen a diario en la Feria de Albacete. ‘Chorimorcis’, Miguelitos, jamón y queso o algún que otro plato de gambas no pueden faltar en estas intensas jornadas, y es que la gastronomía es un fuerte puntal de la Feria de Albacete.
La Feria de Albacete cuenta con una amplia oferta gastronómica y es que son entre 170 y 180 los establecimientos hosteleros que se encuentran instalados en el Recinto Ferial, los Ejidos y el Paseo de la Feria. Así, para garantizar que todo esté en perfectas condiciones y no existan problemas a nivel sanitario realizan una ardua y callada labor durante estos días los inspectores de salud pública.
Se trata de un número de establecimientos que se ha incrementado con respecto a los 163 que se instalaron en la Feria de Albacete 2024. En concreto, los inspectores de salud pública llevaron a cabo la pasada Feria un total de 254 inspecciones, lo que supone un 10% más que las realizadas en 2023.

“Vigilamos y controlamos las condiciones higiénico sanitarias de cada uno de los establecimientos que hay en la Feria de Albacete”
En representación de estos profesionales, Fernando Fernández, inspector del distrito de salud pública de la Junta, compartía con El Digital de Albacete en qué consiste su labor durante los días de Feria. Al respecto, indicaba que “vigilamos y controlamos las condiciones higiénico sanitarias de cada uno de los establecimientos que hay en la Feria”, apuntando que esta labor se extiende “desde tiendas a bares, comedores colectivos y restaurantes”. De este modo, detallaba que los inspectores de salud pública comprueban “las condiciones de estos establecimientos y, sobre todo, las condiciones que tienen las elaboraciones y preparaciones” que ofrecen a quienes visitan estos días la Feria de Albacete.
Pero además de este intenso trabajo durante los días de Feria, también llevan a cabo una importante labor formativa en los instantes previos a esta importante cita para la ciudad de Albacete. En este punto, concretaba Fernando Fernández que “tratamos de inculcarles que no preparen comida en gran cantidad para tenerla de un día para otro”, apuntando que “si no tienen una dimensión suficiente en la cocina, que no intenten dar mas comida de la que pueden dar”, además de “insistir a los manipuladores de alimentos que tengan prácticas”.

En relación a esta labor preventiva explicaba que “el Ayuntamiento de Albacete cuenta con el Manual del Feriante”, pero además suelen reforzar la formación de los manipuladores de alimentos antes de los días de Feria. Reconocía que cumplir de forma estricta con estas medidas sanitarias “es complicado porque en Feria hay cocinas muy pequeñitas en las que el cocinero está muy justo”, pero subrayaba que pese a todos los inconvenientes “en general, se cumple con las condiciones”.
“Se realiza una primera inspección para ver la situación de partida, se corrigen bastantes cosas y luego se hace una segunda o incluso una tercera inspección”, detallaba Fernando Fernández sobre el proceder de los inspectores de salud pública durante los días de Feria. Al respecto, ponía de relieve que si tras una primera inspección “la situación no se ha corregido, entonces ya se procede a apercibir o incluso cerrar el establecimiento”, y es que “si constatamos que la situación puede suponer un riesgo sanitario procedemos al cese de la actividad, mientras que si es algo leve se procede a corregirlo”.
La vida en Albacete tiene otro ritmo durante los días de Feria, algo que también se nota en la actividad laboral de estos profesionales que velan por la salud de albaceteños y visitantes. “Los tiempos en Feria son completamente diferentes a los del resto del año”, sostenía Fernando Fernández, quien incidía en que todo el procedimiento se realiza mucho más rápido, es decir “se levantan actas y si hay que cerrar se llama a la Policía Local, la delegada de Sanidad da la orden y se cierra”.

Un estricto procedimiento el que deben de cumplir los establecimientos de la Feria de Albacete y sobre el que desvelaba este inspector de sanidad que “en los últimos cuatro años no se ha producido ningún cierre”. Sin embargo, desvelaba que en este tiempo “si tenemos constancia de que se han hecho apercibimientos, y se ha tirado comida que no estaba en perfectas condiciones”.
Sobre la conservación de la comida que se ofrece en estos cerca de 200 establecimientos durante los días de Feria, expresaba Fernando Fernández que “lo más importante es que no se pierda la cadena del frío y que no haya contaminaciones cruzadas”. Al respecto, concretaba que en lo relacionado con los alérgenos los consumidores deben extremar las precauciones.

Una labor la de los inspectores que muchas veces pasa desapercibida por los miles de personas que visitan a diario la Feria de Albacete, pero que es crucial para garantizar su salud. “Es una labor callada”, consideraba Fernando Fernández, quien apuntaba que los hosteleros “saben que nosotros estamos por aquí mañana y tarde y que podemos realizar inspecciones sorpresa”. De este modo, manifestaba que “en la Feria no podemos perder el tiempo en razonar tanto con ellos, es decir, cuando vemos que algo está mal hay que tomar medidas”.
Aseguraba este inspector del distrito de salud pública que la de estos profesionales la que realizan en Feria “no es una labor fácil, porque tenemos que trabajar con mucha gente y muy distinta”. Y es que, ponía de relieve que estos inspectores también vigilan “la comida que viene de fuera”, añadiendo que “a veces hemos visto llegar a la Feria a gente con cazuelas grandes y eso también hay que controlarlo”.

Un trabajo al que sumaba “la vigilancia de venta de comida clandestina”. En este punto, compartía con El Digital de Albacete que “hace unos años había una mujer que llevaba una nevera y no sabíamos lo que portaba”, explicando que “la gente le compraba lo que llevaba”. Ante este tipo de situaciones, recordaba el riesgo que conllevan y pedía a la ciudadanía “responsabilidad y no entrar en el juego”, evitando así ponen en peligro nuestra salud.
La Feria de Albacete “ha ganado en calidad”
“Es estos días de Feria hay establecimientos que también se ven sobredimensionados por la afluencia de gente”, reconocía la delegada provincial de Sanidad en Albacete, Juani García, quien ponía en valor la labor previa a la Feria que realizan estos inspectores para recodar a los hosteleros aspectos cruciales para evitar cualquier tipo de problema al respecto. Además, recordaba que más allá de las inspecciones sanitarias que se realizan en el Recinto Ferial, también continúan realizando en el resto de establecimientos de restauración de la ciudad.

Ponía en valor Juani García que “en estos últimos años la Feria ha ganado en calidad”, manifestando que de un tiempo a esta parte también han proliferado establecimientos que ofertan elaboraciones que no son tan típicas de Feria como “salsas especiales, el sushi o las ostras”. Pero además, reconocía que otro punto especial problemático es el transporte de la comida y las dimensiones de las cocinas de muchos de estos establecimientos de restauración en la Feria de Albacete, indicando que “son pequeñas y los espacios muchas veces no están en la situación ideal para almacenar alimentos”.
De este modo, ponía en valor la delegada de Sanidad la labor que realizan estos inspectores durante las intensas jornadas de Feria velando por la salud de quienes estos días visitan el emblemático Recinto Ferial de Albacete. “Hacen una labor callada”, reconocía Juani García, y es que “afortunadamente no pasa nada y en cuanto pasa algo rápidamente saltan todas las alarmas”, subrayando que “esto es gracias al trabajo que estos profesionales hacen”.

“Lo que queremos todos es que la de Albacete sea una Feria segura en toda los aspectos”, subrayaba Juani García, poniendo de relieve que las estrictas inspecciones que realizan estos profesionales “no se hacen en todos sitios con eventos similares a este, algo que siempre pongo en valor”. En este punto, ensalzaba la delegada de Sanidad “el compromiso de nuestros inspectores por mantener la salud alimentaria para que la gente esté bien y disfrute de la Feria”, añadiendo que “este compromiso supone un importante sobre esfuerzo” por parte de estos profesionales que hay que poner en valor.
Una primordial labor “por seguridad”, recordaba García, indicando que “siempre les digo a los responsables de los establecimientos que “si salta algún problema referido a alguna intoxicación alimentaria eso puede suponer para ellos que se termine su feria”. De este modo, ponía de relieve el trabajo que realizan de forma conjunta con el Ayuntamiento y la APEHT facilitando a este colectivo “una importante labor didáctica para recordarles cómo tienen que hacer las cosas”.

Otras vertientes de esta importante labor durante los días de la Feria de Albacete
Más allá de estas inspecciones a las cocinas de los establecimientos de restauración en la Feria de Albacete, los inspectores de sanidad también revisan los humectadores que se encuentran en muchos de estos puntos. Al respecto, reconocía Fernando Fernández que “tienen bastante peligro”, ya que si no se utilizan de forma adecuada son “transmisores de legionela”. Por este motivo, incidía en que “controlamos que estas instalaciones estén en condiciones, que se limpien y desinfecten antes de ponerlas y que haya pasado el pertinente control”.

Pero además, estos profesionales acuden a diario a la Plaza de Toros de Albacete para que una vez lidiado el toro certifiquen que la carne es óptima para su puesta a la venta. Al respecto, explicaba que “se hace una inspección postmortem y se encarga de ello un veterinario de salud pública”.
“Venir a la Feria de Albacete no significa que tengamos que comer mal o inseguros”
Al llegar a cada establecimiento estos inspectores revisan la distribución de la cocina para evitar cualquier tipo de contaminación cruzada, al tiempo que observan la limpieza de estos espacios. Además observan que los manipuladores de alimentos cuenten ropa exclusiva de trabajo con la cabeza cubierta, además de ir sin ningún tipo de maquillaje o bisutería.
Igualmente, estos profesionales comprueban la ventilación de la cocina y la refrigeración de la nevera. Del mismo modo, revisan que todas elaboraciones cuenten con el correspondiente etiquetado y fechas de caducidad y modo de conservación. Y es que inspeccionan hasta aspectos como el aceite que se utiliza en las freidoras, los cubos de basura y que los lavabos estén próximos al puesto de trabajo y tengan agua caliente.

Pero la inspección a cada uno de los establecimientos de la Feria no se queda solo ahí, sino que se solicita al responsable de cada uno de ellos la pertinente documentación y albaranes. Igualmente, otro de los aspectos que controlan los inspectores de sanidad son los menús que ofrece cada establecimiento comprobando que los alérgenos estén especificados en la carta, además de otras muchas cuestiones técnicas.
Juan Carlos es el responsable del establecimiento de hostelería que se encuentra ubicado en el Pabellón de la FAVA en el Recinto Ferial y permitía a El Digital de Albacete formar parte de una de estas inspecciones rutinarias. Unos procedimientos que son importantísimos “tanto para los usuarios como para todas las empresas que trabajamos los 365 días del año en la hostería”, reconociendo que “esto no es algo puntual que debamos cumplir solo los días de Feria, sino que los hábitos hay que mantenerlos durante todos los días del año”.

Al respecto, ponía de relieve que se trata de un conjunto de medidas “en las que se hace un mayor hincapié en los establecimientos de carácter temporal como los de la Feria”, incidiendo en que este tipo de establecimientos “están menos acostumbrados a seguir este tipo de exigentes pautas”. De este modo, aclaraba que “nosotros por suerte estamos acostumbrados a ello y es nuestra forma de trabajar”.
Ponía de relieve este hostelero que “es muy importante durante los días previos a la Feria de Albacete “contar con una buena preparación y diseñar bien los espacios de trabajo”, explicando que esto “es lo que hace que los manipuladores de alimentos eviten la contaminación cruzada y que surjan riesgos en la manipulación que podrían suponer un problema para la salud de los usuarios”.

El trabajo en Feria “es frenético”, reconocía Juan Carlos, quien manifestaba que “son solo 10 días y además se concentran muchas instalaciones”, a lo que sumaba que “las instalaciones del Recinto no están igual de preparadas que las de un restaurante”. Al respecto, concretaba que “lo que hacemos es priorizar y trabajar por secciones para tenerlo todo separado y visible para inspeccionar”.
Y es que, superar estas inspecciones suponen “una garantía que tenemos que cumplir para que el cliente sepa que está en un establecimiento seguro”. Al respecto, expresaba que “son detalles que no pueden escaparse”, reconociendo que “trabajar en una cocina es casi como si fuera un quirófano. Es un sitio que tiene que estar casi que esterilizado”.

En relación a las inspecciones durante los días de Feria reconocía que “son varias y pueden llegar en cualquier momento”, trasladando que este requisito “es algo que conocemos”. Concretamente, explicaba que “normalmente siempre tenemos al menos un par de inspecciones. Una de ellas al inicio y otra durante los días de Feria que, evidentemente no sabemos cuándo la vamos a tener”. Y es que se trata de inspecciones en las que “comprueban el buen estado de las instalaciones y luego se realizan inspecciones de seguimiento, porque tenemos que mantener todas estas cosas igual de limpias y protegidas durante todos los días de Feria”.
De este modo, ponía de relieve que “venir a la Feria de Albacete no significa que tengamos que comer mal o inseguros”, poniendo de relieve la labor constante y coordinada entre inspectores y hosteleros para “guardar unas medidas de seguridad básicas y tener, en este sentido, una Feria segura”.



































/Fotos: Miguel Ángel Romero/