Con voz inconfundible y la experiencia que da toda una vida dedicada a la radio, María José Navarro habla de la Feria de Albacete como quien recuerda una emoción que nunca se pierde del todo, aunque pasen los años o los kilómetros.
La periodista de la Cadena COPE -donde empezó con apenas 18 años, en las emisoras de Albacete y Murcia, y donde hoy sigue, en los estudios centrales de Madrid bajo la dirección de Carlos Herrera- guarda un lugar muy especial en su memoria y en su corazón para los días grandes de su ciudad.
«Para mí la Feria de Albacete es motivo de alegría, de mucha alegría, sobre todo porque sé que esa alegría se hace extensible a toda la provincia», cuenta a El Digital de Albacete. «Son diez días fantásticos, donde la gente se echa a la calle y disfruta de una manera extraordinaria y sencilla al mismo tiempo».
Aunque no puede venir todos los años por cuestiones laborales -la temporada radiofónica arranca a principios de septiembre y el trabajo manda-, cada vez que puede, lo hace con intensidad. «Cuando me vine a Madrid, me lo tomaba como algo bienal o trienal. Ahora me encantaría ir todos los años, aunque ya no tenga tanta fuerza como antes. Aun así, cuando voy, lo exprimo al máximo».
De día, con vino dulce y bocata de guarrilla
La periodista lo tiene claro: es más de feria de día. «Me gusta mucho ir pronto, dar una vuelta por la Tómbola de Cáritas, echar un bingo, las atracciones… y luego empezar con el aperitivo y comer allí. Y el ‘tardeo’, hacerlo allí también». De noche, confiesa, la Feria le abruma un poco más, «sobre todo de madrugada». Aun así, no le dice que no a una cena y una copa.
Y aunque no se define como amante de los mojitos, hay otros clásicos que no perdona. «Los Miguelitos con sidra, sí. El ‘chorimorci’… soy más de bocadillo de guarrilla. Ahí es donde yo muero», dice entre risas.
El orgullo de haber sido pregonera
Hay ritos que no se negocian. «El vino dulce de La Burrica no me lo pierdo. Eso es impepinable, como el bautismo. Llegas y hay que hacerlo». También se deja ver por la zona del Templete, las carpas o algunas atracciones. Pero lo que más le gusta de la Feria de Albacete es, sin duda, su carácter popular.
«De eso no pueden presumir muchas ciudades. La Feria de Albacete te iguala. Da igual el dinero que tengas, puedes hacer prácticamente lo mismo que el resto. Puedes entrar en todas las casetas. De eso yo presumo mucho», señala.
De entre todos los recuerdos que guarda -y son muchos-, hay uno que brilla con luz propia: su pregón. «No creo que haya tenido un honor tan enorme que haber sido pregonera de la Feria de Albacete. Yo realmente no lo iba a ser ese año. Se lo propusieron a José Luis Cuerda y no pudo. Como segunda opción me lo ofrecieron a mí, y me hizo mucha ilusión».
«Una feria sin ataduras»
Cuando le pedimos que defina la Feria de Albacete en pocas palabras, la respuesta llega rápida y clara: «Es una feria sin ataduras. Puedes ir como quieras, con lo que tengas, con lo que te sientas más cómodo. Eso es una maravilla. Es totalmente desparramada. Y es absoluta y radicalmente popular».
Así la vive, la recuerda y la celebra María José Navarro, con la voz serena de la radio y el corazón puesto, siempre, en su tierra.