Cada mes de septiembre, Albacete se transforma en una ciudad que vibra al ritmo de su Feria, declarada de Interés Turístico Internacional y considerada una de las más importantes de España.
Entre los miles de albaceteños que viven esta fiesta con emoción, se encuentra Alba Redondo, futbolista del Real Madrid y de la Selección Española, que no olvida sus raíces y se reserva siempre que puede un hueco para volver a casa.
Alba reconoce a El Digital de Albacete que su vida está marcada por los viajes y la competición, pero eso no le impide hacer un hueco en su agenda para lo que considera una parte fundamental de su identidad. «Debido a mis compromisos profesionales, estoy fuera de Albacete mucho tiempo, pero siempre que puedo intento volver a casa para vivir aunque sea un día con mi gente», asegura con cariño.
Le gusta disfrutar de día
La futbolista vive la Feria de forma tranquila, disfrutando del ambiente que se respira durante el día. «Soy más de disfrutar de día, y ya luego por la tarde noche me gusta dar un paseo y ver las atracciones», cuenta.
Y es precisamente eso lo que más le enamora de este gran evento. «Lo que más me gusta es el ambiente que se vive en la Feria. Siempre entro por la Puerta de Hierros con el pie derecho, ademas de ir con mi hermano al Paseo para conseguir una planta», señala.
Aunque como futbolista profesional cuida con esmero su alimentación, confiesa que hay una excepción que no perdona durante estos días: «Tengo que reconocer que, en la Feria, siempre cae un Miguelito. Es una tradición familiar». Una muestra de cómo, incluso en la élite del deporte, hay lugar para los sabores que nos conectan con nuestras raíces.
Recuerdos de su infancia
La Feria también es nostalgia. Alba guarda con especial cariño aquellos momentos de su infancia montando en la Noria o disfrutando de las atracciones el Día del Niño. Son recuerdos que han dejado huella y que cada año vuelven, de alguna manera, cuando se acerca septiembre.
Para Alba Redondo, lo que hace única a la Feria de Albacete es, sin duda, su gente. «La Feria refleja lo que es Albacete. Es única en todo el mundo», afirma convencida. Porque más allá de la música, la comida, las atracciones o las tradiciones, lo que convierte esta fiesta en un evento inolvidable es el alma que le dan quienes la viven con pasión, generación tras generación.
