La vela que parece un Miguelito y huele a Feria de Albacete: «La gente alucina»

Cada una de estas velas lleva casi dos horas de trabajo, y se pueden comprar en una tienda de la ciudad

Pocas cosas hay más albaceteñas que un Miguelito en la Feria. Pero este año, el clásico dulce de hojaldre ha dado un giro inesperado: ahora también se enciende. Y no, no es una metáfora. La diseñadora gráfica Lidia Valcárcel ha creado una vela artesanal con forma y olor a Miguelito que está conquistando a vecinos y visitantes. Su tienda, LiliCandle, ha convertido un postre en objeto de deseo, justo a tiempo para los días grandes de la ciudad.

«Nada más abrir el negocio, en abril, pensé que quería hacer algo especial para la Feria, algo súper original que no estuviera visto. Pensé en varias cosas hasta que se me iluminó la bombillita y me acordé del Miguelito», cuenta.

Foto: Miguel Ángel Romero

Así nació esta vela que ha conquistado ya narices y corazones. El proceso, sin embargo, no fue rápido. Según explica Lidia, primero probó a crearla con impresoras 3D, pero no le convenció el resultado. «Después de muchos intentos, por fin di con la tecla y la hice directamente en arcilla, esculpiéndola».

Un aroma que transporta

Pero hacer que parezca un Miguelito de verdad es solo una parte. El verdadero reto fue conseguir que también oliera como uno. «Realmente, ¿a qué huele un Miguelito? Es complicado. Fui probando porcentajes de esencias hasta que olí la vela y dije: ‘¡Buah, esta es!'», recuerda. 

El resultado es una mezcla de almendra, castaña, vainilla y un pequeño toque de lavanda. Una combinación que, según ella, no solo recuerda al Miguelito, sino que «te transporta a la Feria».

Foto: Miguel Ángel Romero

El proceso completo es artesanal y minucioso. Cada vela se elabora a mano, con mimo, y lleva más de una hora y media de trabajo. «Al final, hacer velas es algo súper exacto. Es complicado desde la creación del molde hasta el final, sobre todo cuando quieres que tenga un acabado tan realista. Yo llevo probando cuatro meses», señala.

Incluso ha tenido que ajustar la mecha para que no arruine la forma si alguien decide encenderla. Porque sí, aunque parezca una figura decorativa, es una vela real. «Se puede encender, por supuesto. El efecto es como si fuera un ambientador, aromatiza una estancia pequeña perfectamente», detalla.

Foto: Miguel Ángel Romero

Exclusiva para la Feria

La vela de Miguelito no es solo un homenaje al dulce típico. Es también una edición especial pensada para la Feria de Albacete, que se celebra cada año del 7 al 17 de septiembre.

«En principio solo va a estar hasta el 17 de septiembre. Creo que será algo exclusivo para Feria, pero que viene para quedarse. Cada año quiero sacar algún producto o vela diferente con toque manchego que nos recuerde a nuestra Feria», dice. 

Además, el recibimiento ha sido tan bueno que no descarta ampliar su colección gastronómica con otros productos típicos. «No descarto nada. Barajé varias opciones antes de esta y me las guardo en la recámara. Seguramente les vaya dando forma conforme vayan pasando los años. Pero cada Feria, como reto personal, voy a sacar una vela», señala.

Foto: Miguel Ángel Romero

Entre las anécdotas que más le han marcado, recuerda una especialmente divertida: «Una señora dijo ‘¡qué bien huele!’ y al olerla, con el polvito que había por encima, se le quedó manchada la nariz. Se miró al espejo y dijo: ‘¡madre mía, igual que si me hubiera comido un Miguelito!’, y me pareció súper curioso, porque era justo la experiencia que quería conseguir».

De diseñadora gráfica a creadora de velas

Lidia abrió su pequeño taller, LiliCandle, hace apenas unos meses. Estudió diseño gráfico, pero no encontraba su sitio, hasta que lo hizo todo con las manos. «Siempre he sido súper creativa, pero nunca se me hubiera ocurrido en un futuro que yo iba a tener un taller de velas. Para mí es un sueño trabajar de algo que te encante y que a la gente le guste».

Foto: Miguel Ángel Romero

Todo lo que hace es artesanal, desde el molde hasta el empaquetado. Y se nota. «La verdad es que no me da la vida. Trabajo aquí, en casa… y hago yo todo. Pero también disfruto mucho de cada proceso porque me encanta. Creo que por eso estoy consiguiendo llegar a la gente», explica.

Para ella, una vela no es solo un objeto, sino un recuerdo encapsulado en aroma. Y en el caso del Miguelito, también un pequeño homenaje a lo que nos une.

María López

Nacida en Albacete (1996). Graduada en Periodismo por la Universidad de Castilla-La Mancha. He pasado por Cadena SER, Castilla-La Mancha Media y El Español.
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