Preocupa lo que está pasando en Albacete: la muerte puede estar a un segundo

La oleada de robos de cable de cobre que sufre Albacete puede desembocar en tragedia

La vida puede ser tan maravillosa como efímera y hay veces que un pequeño gesto, un pequeño intervalo de tiempo como un segundo, o una desacertada decisión, pueden poner fin a lo más valioso que la naturaleza nos regala a los seres humanos: vivir. Y también influyen los actos de terceros, pues al final todo es una cadena y lo que hacen los demás puede terminar afectándonos a nosotros. En este punto aparecen los robos de cableado de cobre del alumbrado municipal, de los que Albacete vive una tremenda oleada que preocupa por varios factores, tanto económicos como sociales, pero entre los que destaca la seguridad de las personas, ya que cualquier mínima derivación eléctrica al cuerpo de la farola puede convertir a la misma en una bomba de relojería, ocurriendo una desgracia si alguien la toca.

Como decimos, Albacete atraviesa una oleada de robos de cableado eléctrico en el alumbrado público, especialmente en el extrarradio de la ciudad. Estos delitos no solo generan un importante gasto económico —el Ayuntamiento ha destinado ya más de 160.000 euros a reponer instalaciones—, sino que también suponen un grave riesgo para la seguridad ciudadana.

Una farola cualquiera de Albacete

Sin toma de tierra, la descarga puede ser mortal

El método más común de estos asaltos al alumbrado municipal consiste en sustraer los cables de la instalación de la toma de tierra de las farolas. De esta forma, las luminarias continúan funcionando, lo que dificulta detectar la sustracción. Sin embargo, la ausencia de esa protección convierte la instalación en un peligro latente, ya que cualquier derivación eléctrica puede transmitirse a la estructura metálica de la farola y provocar una descarga mortal.

En declaraciones a El Digital de Albacete, Ramón Vergara Fernández, ingeniero técnico industrial y profesor de Alta y Baja Tensión en la Escuela de Ingenieros Técnicos Industriales de Albacete, advierte de que las instalaciones deben contar con dos sistemas de seguridad: diferenciales y toma de tierra. “Si esta última falta y se produce una fuga, la persona que toque la farola se convierte en el conductor hacia tierra. Ello podría provocar una electrocución e incluso la muerte”, explica mientras añade que entre la vida y la muerte “puede haber un segundo”.

Foto de archivo / El Digital de Albacete

Un posible desenlace fatal en Albacete

Vergara recuerda que la tensión de una descarga de este tipo puede alcanzar los 230 voltios, y aunque la resistencia del cuerpo humano varía, “si no hay un sistema que interrumpa la corriente, el desenlace puede ser fatal tanto en adultos como en niños”. Además, alerta de que los propios ladrones, al extraer los cables a tirones, pueden causar averías adicionales que agravan el riesgo.

La Policía Local de Albacete ha intensificado las actuaciones y ya ha practicado 8 detenciones al respecto. No obstante, y debido a la laxitud del sistema judicial español al respecto, los arrestados recuperan la libertad de inmediato tras declarar ante el juez. Un ejemplo es el de un hombre de 40 años detenido un viernes en Campollano por robar cobre, puesto en libertad poco después y nuevamente arrestado en el mismo lugar apenas cuatro días más tarde. La Guardia Civil también ha detenido a tres personas por hechos similares en una urbanización cercana a la capital.

Un peligro latente, permanente y grave en Albacete

Las autoridades y expertos insisten en que estos robos no representan únicamente un perjuicio económico, sino un riesgo real para la vida de los ciudadanos. La recomendación es clara: evitar el contacto con las farolas hasta que las instalaciones estén plenamente aseguradas. “El peligro es latente, permanente y grave. Es una bomba de relojería que en cualquier momento puede estallar”, concluyen.

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