El cabreo con Antonio López en Albacete va in crescendo conforme pasan los meses, y no porque los vecinos de la capital manchega no derrochen paciencia, sino porque en el caso del artista lo que ha derrochado es tiempo, ya que después de 16 años y de haber cobrado casi 70.000 euros de las arcas públicas albaceteñas, todavía no hay ni rastro de ‘El hombre que camina’, la escultura que Albacete le encargó en 2009 y de la que no hay ni la peana.
Así las cosas, para la que sí parece que el genio del realismo ha tenido tiempo, o quizá prioridad, es para la de Goya, realizada a tamaño natural y que presidirá la que fue la casa de ‘El Sordo’ en su Fuendetodos natal, en la provincia de Zaragoza, pues si en mayo ya les contamos en El Digital de Albacete que la estaba ultimando, en la mañana de este martes ha recorrido las calles de la citada localidad maña para realizar, estatua de Goya presente, las pruebas de ubicación.
Dicha estatua está previsto que se inaugure el próximo 20 de septiembre, en la Fiesta Goyesca, y según recoge el Heraldo de Aragón, Antonio López, que cumplirá 90 años en enero y bromea con que todavía no se cree el haber llegado a una edad tan avanzada, ha tildado la escultura de Goya de “buena creación” y que ha quedado muy impresionado al ver a Goya “en la calle, metido ligeramente en su casa natal, y a unos dos metros de la pared”.

Detalles de la escultura de Goya; de la de Albacete, ni rastro
El artista, menudo y de sonrisa fácil a sus 89 años, ha creado para realizar a Goyz un bronce tamaño natural del gran pintor de finales del XVIII y principios del XIX. Dicha escultura fue encargada por el Ayuntamiento de Fuendetodos para que presida la gran fiesta goyesca de la localidad, que se celebra, como decíamos anteriormente, en septiembre.
Para crearla, hubo dos trabajos preparatorios para el bronce: el primero fue una impresión digital hecha en 3 D, liviana y casi abocetada, salvo por la cabeza de rasgos definidos; el segundo, hecho de poliuretano, un material tan duro como la madera, ha servido para hacer el molde de cera que se usó para la fundición final en bronce.
Un Goya de unos 190 cm, vestido de cortesano, con la melena peinada en una coleta y la mirada al frente, segura y decidida. Una figura con empaque y gallardía, que sin embargo no convencía del todo a Antonio López durante parte del proceso de creación.
“La cabeza no está bien colocada, demasiado alta, demasiado adelantada”, decía en mayo al respecto López, quien finalmente optó por quitarla y volverla a ensamblar con una base de plastilina que le permitió moverla ligeramente hasta dar con el ángulo exacto, uno que mostrara decisión pero no soberbia.
“No es el Goya viejo, tampoco el Goya joven, es el Goya ya artista que ha hecho un trabajo importante, que pisa fuerte, pero no es pedante, porque es inteligente. Un Goya al que ya le han pasado cosas importantes, que ya es sordo. Un Goya como de unos 50 años”, explicaba López, mientras lijaba minuciosamente el borde de la levita de la escultura.
En su opinión, “los grandes artistas españoles no eran pedantes ninguno, porque España no se lo hubiera permitido. Eso podían serlo los franceses, pero no los españoles. Goya era un hombre inteligente que hacía un trabajo para la sociedad, como podía hacerlo cualquier otro trabajador”.
El cuerpo de la escultura de Goya está basado en el del actor y cantante Augusto González, de Music of Monuments, quien interpreta a Goya en las jornadas goyescas de Fuendetodos.
Otro debate clave es el de donde estará colocada exactamente la estatua, habiéndose decantado porque lo esté a las puertas de la casa natal de Goya y dando la bienvenida, y la conveniencia o no de que repose en una peana. López lo tiene claro: sin peana, “que pise suelo. Tiene que estar en el suelo. Está en su pueblo, en su casa, ¿cómo le vas a poner una peana?”, argumentaba el artista, dispuesto a ponerle una pequeña peana para darle mayor estabilidad, pero enterrándola de modo que no se vea.

¿Y dónde está tras 16 años la estatua por la que Albacete ya le ha pagado casi 70.000 euros a Antonio López?
Llegados a este punto cabe recordar que Antonio López todavía tiene pendiente de entregar a Albacete ‘El hombre que camina’, una escultura que le fue encargada hace en torno a 16 años y por la que el artista nacido en Tomelloso ya ha cobrado casi 70.000 euros; sin embargo, todavía no hay ni rastro de la mencionada escultura y lo que envuelve a este tema roza cada vez más lo esperpéntico.
El castellano-manchego Antonio López está considerado como uno de los máximos representantes del arte realista de nuestro país. El pintor y escultor, natural de Tomelloso, se comprometió a entregar a la ciudad de Albacete una de sus creaciones escultóricas, que por el momento no ha llegado a la capital.
Desde el Grupo Municipal de Unidas Podemos han denunciando en más de una ocasión el enorme retraso que el artista lleva en relación a la entrega de este obra de arte, ya que se demora 16 años. En concreto, estando al frente de la Alcaldía de Albacete Manuel Pérez Castell (1999-2008), el Ayuntamiento acordó encargar al artista dicha escultura para la ciudad.
Años después, concretamente en febrero de 2009, siendo alcaldesa Carmen Oliver, se llegó a rubricar el acuerdo con Antonio López; acuerdo que a día de hoy aún se mantiene.
Durante la celebración de un Pleno en el Ayuntamiento de Albacete en 2019, Unidas Podemos preguntaba al por entonces Equipo de Gobierno sobre los pagos efectuados al artista en relación a este encargo. Así, según recoge una nota de prensa de la formación morada al respecto “la portavoz del Equipo de Gobierno, la concejal María José López, informó de dos pagos siendo alcaldesa Carmen Oliver por importe de 69.600 euros (hace 16 años), estando pendiente un tercer pago de 34.800 euros”.
En aquel momento, la concejal socialista indicaba que “sobre el plazo para que el artista haga entrega de la escultura no tenemos ningún tipo de información y lo único que sabemos es por boca del propio artista, que manifestó que tenía hecha la escultura pero que estaba buscando un modelo para terminarla”.
Desde que el Ayuntamiento de Albacete y Antonio López firmaran este acuerdo han transcurrido cerca de 16 años. Así las cosas, prácticamente dos décadas después y casi seis legislaturas de diferentes formaciones políticas después (Carmen Oliver-PSOE 2008-2011, Carmen Bayod-PP 2011-2015, Javier Cuenca-PP 2015-2017, Manuel Serrano-PP 2015-2019, Vicente Casañ-Cs 2019-2021 y Emilio Sáez 2021-2023, Manuel Serrano-PP 2023-actualidad), la prometida escultura aún no ha llegado a Albacete.
En un nueva sesión plenaria en 2021 Unidas Podemos volvía a instar al Equipo de Gobierno sobre esta cuestión, sobre lo que indicaban en nota de prensa que el por aquel entonces alcalde de Albacete, Vicente Casañ, “no supo a quién derivarle la pregunta y se limitó a decir que nos contestaría más adelante”; argumentaron desde la formación morada.
Siendo alcalde de Albacete Emilio Sáez (PSOE), el Ayuntamiento habló con Antonio López al respecto de la escultura, y el artista trasladó al consistorio que está trabajando en ella. Pero no aportó un fecha aproximada en la que los albaceteños podrán disfrutar de esta obra de Antonio López.
Lo cierto es que 16 años después, la ciudadanía de Albacete aún no puede disfrutar de la escultura del artista por la que el Ayuntamiento ya ha invertido más de 69.000 euros de dinero público.
El nombre elegido para la escultura es ‘El hombre que camina’, que según dijo el artista mediría 2,20 metros de altura y que sería la primera obra que en Castilla-La Mancha quedaría entre la gente, como en la antigua Grecia. En 2010, con un boceto pintado en papel, el propio Antonio López recorrió distintos enclaves de la ciudad para ver donde quedaba mejor su obra y cual era el idóneo.