Un segundo puede separar la vida de la muerte y algunas calles de Albacete se han convertido en un escenario poco seguro debido a la acción de los ladrones, sobre todo las del extrarradio de la capital, donde los cacos actúan con mayor frecuencia realizando un tipo de robos muy específico y que pone en serio riesgo la vida de los ciudadanos que por ellas transiten. Se trata de los robos de cableado eléctrico del alumbrado municipal, los cuales se centran en la parte de la instalación referente a la toma de tierra y convierten a las farolas en una bomba de relojería en caso de que se produzca una derivación al cuerpo de la farola y alguna persona o mascota la toque. El final sería trágico e inmediato, tal y como advierten los expertos en la materia.
Así las cosas, la advertencia para los vecinos de Albacete es clara y tajante: eviten en la mayor medida de lo posible tocar cualquier farola, ya que nunca se sabe detrás de cual puede estar el peligro. Evitando la probabilidad se evita la tragedia, pues la oleada de robos es importante y no sólo que los cacos dejan sin toma de tierra (y por tanto sin seguridad a la instalación eléctrica), sino que ellos mismos causan destrozos al efectuar los robos que pueden producir derivaciones. De ahí a la tragedia, solo falta que alguien toque esa peligrosa farola.

Oleada de robos en Albacete
Así pues, como decimos, Albacete atraviesa una preocupante oleada de robos de cableado eléctrico en el alumbrado público que, además de provocar un importante gasto económico a las arcas públicas, supone un serio riesgo para la seguridad de los vecinos. En las últimas semanas se han producido al menos diez detenciones relacionadas con estos hechos y el Ayuntamiento ha tenido que invertir más de 160.000 euros en reponer el cableado de las instalaciones dañadas.
El método más habitual que utilizan los ladrones consiste en sustraer los cables que haceb de toma de tierra de las farolas, en lugar del cableado que suministra la electricidad. Este procedimiento permite que las luminarias sigan funcionando, lo que dificulta la detección del robo. Sin embargo, según advierten fuentes técnicas, la eliminación de la toma de tierra convierte la instalación en una “bomba de relojería”, ya que cualquier derivación eléctrica podría transmitirse directamente a la estructura metálica de la farola y ser el principio del fin.

Para conocer el alcance del riesgo, El Digital de Albacete ha consultado a Ramón Vergara Fernández, ingeniero técnico industrial y profesor de Alta y Baja Tensión en la Escuela de Ingenieros Técnicos Industriales de Albacete, así como Secretario del Colegio Oficial de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Albacete (COGITI). Vergara explica que una instalación de alumbrado público debe contar obligatoriamente con dos sistemas de protección: los diferenciales y la toma de tierra. “Si esta última falta y se produce una fuga eléctrica, la persona que toque la farola se convierte en el conductor hacia tierra. Ello podría producir una electrocución o incluso la muerte de esa persona”, advierte.

Un segundo entre la vida y la muerte tras estos robos en Albacete
El experto detalla que la descarga en estos casos sería de 230 voltios y que, aunque la resistencia del cuerpo humano varía, “si no hay un mecanismo que interrumpa la corriente, el resultado puede ser mortal tanto para adultos como para niños”. Subraya además Vergara que, en una descarga eléctrica, “entre la vida y la muerte puede haber un segundo”.
El experto añade que el peligro no se limita a la ausencia de la toma de tierra, sino que los propios ladrones, al extraer el cableado a tirones, pueden provocar averías y derivaciones que agravan el riesgo. “No solo dejan la instalación sin protección, sino que pueden causar roturas que permanecen ocultas hasta que alguien toca la farola”, señala.

8 detenciones de la Policía Local de Albacete y 3 de la Guardia Civil
La Policía Local de Albacete ha intensificado las actuaciones contra estos robos y acumula ya varias detenciones, aunque muchos de los arrestados recuperan la libertad de forma inmediata tras pasar por sede judicial. Como ejemplo, un hombre de 40 años fue detenido el pasado viernes en Campollano por robar cobre y quedó en libertad poco después. Apenas cuatro días más tarde, fue arrestado de nuevo en el mismo lugar y por el mismo motivo. La Guardia Civil también ha realizado 3 detenciones por robos de cableado de cobre, ocurridos estos en una urbanización cercana a Albacete capital.
Fuentes especializadas insisten en que estos robos no son solo un problema económico, sino un “riesgo real para la vida de los ciudadanos”, por lo que el consejo y la advertencia son claros y tajantes: no tocar las farolas para evitar riesgos. El peligro es «latente, permanente y grave. Es una bomba de relojería que en cualquier momento puede estallar», concluye el experto.