Estos médicos, preocupados por lo que puede pasar en Albacete a partir del 9 de septiembre: «Las víctimas tienen cada vez menos años»

Los pediatras de Atención Primaria alertan de la detección en consultas de casos de acoso y ciberacoso escolar desde los 8 años,  y piden prevenirlo desde el primer día de curso

En los próximos días todos los niños, niñas y adolescentes en edad escolar regresarán a las aulas tras las vacaciones de verano; concretamente, en Albacete lo harán el día 9 de septiembre, en plena Feria.

Para muchos será un momento positivo de reencuentro y aprendizaje; para otros, en cambio, puede ser un momento de especial tensión, que puede, incluso, repercutir en su salud. Es el caso de los estudiantes víctimas de acoso escolar y/o ciberacoso. Un problema en aumento para el que, de acuerdo con la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), es preciso implementar medidas de detección precoz y prevención desde el primer día de curso.

De acuerdo con el Estudio Estatal sobre la Convivencia Escolar en Centros de Educación Primaria, publicado en 2023 por el Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar dependiente del Ministerio de Educación, hasta un 9,5% del alumnado menor de 12 años dice haber sido víctima en alguna ocasión de acoso escolar y, un 9,2%, de ciberacoso. La situación empeora en Secundaria, cuando casi el 20% de los estudiantes refiere conductas de acoso.

“El acoso escolar no es un problema nuevo. Sin embargo, la generalización del uso de pantallas en edades cada vez más tempranas y la consiguiente dificultad para vigilar estas conductas, ajenas a la escuela, pero relacionadas con ella, por cuanto implican al alumnado, favorecen los casos de acoso a través de medios electrónicos o ciberbullying”, explica la Dra. Teresa Cenarro, vicepresidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). “Lo vemos en las consultas de Atención Primaria, cada vez detectamos a niños y niñas más pequeños, desde los 8 años, víctimas de ciberacoso”.

Para minimizar el impacto de estas situaciones, AEPap aboga por la prevención y la detección precoz en las familias y las aulas. La dificultad de los menores víctimas y de su entorno para comunicar problemas como estos hacen que las situaciones en ocasiones pasen desapercibidas, por lo que las familias y docentes deben estar atentos a algunos signos. La Dra. Marta Torrejón, pediatra de Atención Primaria del Centro de Salud Villa del Prado, en Madrid, explica en Familia y Salud, la web de divulgación de AEPap, algunos de los signos externos de alerta.

“Algunas señales de alerta de que un niño, niña o adolescente es víctima de acoso en la escuela son el empeoramiento del rendimiento escolar, los cambios de comportamiento llamativos, que pueden pasar porque el menor esté más irascible, negativa a realizar actividades que previamente le gustaban, etc. En cuanto a los niños con enfermedades crónicas, pueden sufrir una exacerbación”, detalla la Dra. Torrejón. Estos signos pueden darse cuando se producen tanto casos de acoso, como de ciberacoso. Cuando las situaciones de violencia se dan directamente en el entorno escolar, “pueden darse hallazgos físicos, como moratones o arañazos, pero también hay que estar atentos a si el material escolar está dañado o desaparece”, señala.

En cuanto a las somatizaciones, pueden incluir vómitos, dolor abdominal, dolor de cabeza, angustia o ansiedad, así como problemas conductuales como tendencia al ánimo triste, mutismo selectivo y timidez extrema, como se indica también en Familia y Salud.

Perfiles y cómo detectarlos

La Dra. Torrejón López comenta que, aunque cualquier niño o niña puede ser víctima de acoso, existen determinados perfiles con mayor riesgo. Entre ellos “niños con comportamientos extremos, muy impulsivos o muy tímidos. También los que han estado expuestos a violencia en su entorno familiar o han sido víctimas. Otros cuya apariencia física está fuera de lo habitual, también niños y niñas con sobrepeso u obesidad, colectivo LGTBI+ o aquellos con alguna patología crónica o mental”.

En cuanto a los acosadores, suelen ejercer “un papel de líder negativo del grupo de amigos, incitando a otros compañeros a ejercer también comportamientos de acoso. Muestran falta de remordimiento y falta de empatía”, afirma la Dra. Torrejón. También destaca que existe “la figura del bully-victim, un niño que ha sufrido acoso en el pasado y puede convertirse en acosador”.

Para detectar estas situaciones, la pediatra recomienda “escuchar de manera abierta y diseñar junto con el niño y, en la medida de lo posible, junto con el centro escolar, un ‘plan de seguridad’, que permitirá al menor ir al colegio tranquilo”. Asimismo, aconseja guardar “fechas, lugares y personas involucradas como evidencia para documentar el acoso”.

También, es recomendable “buscar ayuda profesional y, si la situación lo requiere, consultar al pediatra de Atención Primaria”, que también podrá evaluar la conveniencia de consultar a otros profesionales, como psicólogos especializados.

En cuanto a la detección de un perfil de acosador, la pediatra indica que “lo primero es el reconocimiento del problema y también en estos casos debemos buscar ayuda profesional para trabajar habilidades sociales positivas”.

En caso de ciberbullying, la Dra. Torrejón indica que es necesario contactar con el responsable de la web para que retire los contenidos vejatorios accesibles on line, y vigilar el uso de dispositivos electrónicos que realizan los menores.

La Dra. Teresa Cenarro añade que la base de la prevención debe ser la educación en valores, tanto en familia como en la escuela. “En el mundo diverso en el que vivimos, debemos trabajar mucho el respeto y la aceptación de lo diferente, ya sea por el aspecto físico, la etnia, problemas mentales… en definitiva, si queremos acabar con las situaciones de acoso debemos inculcar la idea de que nadie es distinto, sino que todos somos diferentes”.

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