El recibo capotero de José Fernando Molina al sexto toro de la corrida del 15 de agosto en Madrid, la del día de La Paloma, fue de los mejores de la temporada en Las Ventas. Con permiso, claro, de Morante. Y fue igualmente lo más destacado de una noche de toros anodina y espantosa por el calor. El prólogo con la muleta fue emocionante, cambiando el viaje del toro por la espalda y de rodillas y toreando después al natural. Despertó la plaza del letargo de un puente de agosto que hace años dejó de ser atractivo para los taurinos de Madrid. El toro, ‘Glotón’, con el hierro de El Torero, fue un espectáculo. Codicioso, galopón y encastado. Aunque no fue la duración ni el fondo su mayor virtud. Echó la persiana antes de tiempo, también de que Molina lo cuajara. No brilló la faena por el ajuste ni por la colocación, aunque sí por la emoción. Alargó demasiado y la plaza se impacientó, muy severa con el matador de Albacete, que enterró la espada en el primer intento.

Molina sorteó en primer lugar un toro muy exigente, ‘Espigador’ de nombre. Tuvo movilidad, aunque no de la que facilita el toreo moderno, tan aburrido y monótono. Por momentos consiguió imponerse el manchego, especialmente en un inicio brillante ligando genuflexo y después, de manera irregular, en sentidos derechazos y profundos pases de pecho. Se vino abajo muy pronto el cinqueño, aquejado por el insoportable calor, igual que un chino que debió conocer a Mao y que veía la corrida en una barrera del tendido 1, justo delante de Jaime Urrutia, con los cuellos de la camisa subidos, muy cheli él, repeinado y atento. Se armó entonces un pequeño alboroto en la plaza con varias asiáticas gritando «请医生», que como bien saben los lectores quiere decir «por favor, un médico». Al final se lo llevaron en camilla entre dos Nacionales. Y al toro, bien matado, arrastrado entre tímidas palmas para Moli.

Rafael Serna regresaba a Madrid tras cortar una oreja en la feria de San Isidro, precisamente con otra corrida de El Torero. Repetición merecida. Recibió a sus dos toros a porta gayola y estuvo voluntarioso, pero no terminó de entenderse ni con el lote ni con una plaza que, en el quinto, estaba dormida. No dijo nada en toda la noche.
El toro de la confirmación de alternativa del sevillano Lama de Góngora fue el que sueña cualquier torero para desflorarse en Madrid. Y cualquier aficionado sueña que le toque a un torero capaz y comprometido. No fue el caso. Faena periférica, amanerada y abroncada por los tendidos. Lo mejor, o lo único bueno, la estocada, al segundo intento. Fue perfecta.
Con su segundo, cuarto de la tarde, un sainete. Una etapa plomiza de ciclismo. El toro fue, otra vez, de triunfo. Un lote para irse a hombros. Se fue entre pitos y palmas de tango. Lo coronó con un bajonazo infame y premeditado.
No sabemos cómo acabó el chino, pero no creo que vuelva a los toros.
FICHA DEL FESTEJO
Viernes 15 de agosto de 2025. Las Ventas (Madrid). Un cuarto de entrada. Toros de El Torero, cinqueños, excelentemente presentados y de buen juego, con hasta tres animales de triunfo (1º, 4º y 6º). El resto, desfondados por el calor y el excesivo castigo en el caballo.
Lama de Góngora, que confirmó alternativa: silencio tras aviso y leves pitos.
Rafael Serna: silencio y palmas
José Fernando Molina: palmas y silencio tras aviso.