El amanecer tranquilo de este pequeño municipio de poco más de 600 habitantes se rompió, pasadas las nueve, con un grito que heló la sangre: ¡Fuego!
Desde la calle Mayor, una columna de humo comenzó a subir, oscura y densa, mientras las llamas lamían con ferocidad la fachada de una vivienda. Dentro, atrapados, tres menores: una niña de 7 años y dos chicos de 13 y 14. A priori, solos.
La carrera contra el tiempo en este pueblo de Albacete
Los vecinos no necesitaron pensarlo dos veces. Dejaron lo que tenían entre manos y corrieron hacia la casa. El humo salía ya a borbotones por las rendijas. El calor que emanaba desde el interior era sofocante, y las rejas en las ventanas convertían la vivienda en una trampa mortal.
Con manos firmes y el pulso acelerado, varios hombres comenzaron a arrancar las rejas, pieza a pieza, mientras otros intentaban tranquilizar a los pequeños al otro lado del cristal. No había margen para esperar a los bomberos; el fuego avanzaba implacable.
En pocos minutos —minutos que parecieron horas—, los tres menores fueron extraídos por las ventanas, uno a uno, envueltos en humo, lágrimas y el alivio de estar fuera.
El trabajo de los bomberos y la atención médica
Cuando los bomberos de Hellín llegaron, los niños ya estaban a salvo gracias a la rápida y decidida intervención vecinal. Pero la vivienda ardía con furia. Los profesionales se emplearon a fondo para domar las llamas, soportando temperaturas altísimas y un interior prácticamente calcinado.
Mientras tanto, en la calle, los equipos sanitarios atendían a los menores. Los dos chicos fueron trasladados en UVI móvil al Hospital de Hellín, y la niña, con quemaduras de consideración, fue evacuada en helicóptero medicalizado al Hospital La Fe de Valencia.
Una tragedia que pudo ser y no fue
Lo ocurrido podría haberse convertido en una mañana de luto para Albatana. En cambio, gracias a la actuación heroica y coordinada de sus vecinos, el pueblo hoy respira aliviado.
La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer el origen del incendio y las circunstancias en las que los tres menores se encontraban solos en casa.
Albatana tardará en olvidar este día. No por el fuego que devoró una vivienda, sino por el valor de quienes, sin pensarlo, se enfrentaron a él para salvar tres vidas.
