José Joaquín Martínez y Toñi Santiago son dos albaceteños a los que la banda terrorista ETA les arrebató de la manera más vil y cobarde lo que más querían, a la pequeña Silvia; su hija de 6 años de edad. Hoy, 23 años después, el recuerdo de la niña sigue vivo y su llama nunca se apagará. José Joaquín y Toñi son naturales de La Roda (Albacete) y su hija fue asesinada por un comando de ETA tras el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Santa Pola (Alicante), donde vivían al ser agente de la Benemérita el padre de la pequeña.
Tal y como recuerda el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE), a las 20.30 horas del 4 de agosto de 2002, hace justo 23 años, una fuerte explosión sacudió las inmediaciones de la casa cuartel de la Guardia Civil en Santa Pola (Alicante) y retumbó en varios kilómetros a la redonda. Un coche bomba cargado con cincuenta kilos de explosivos y metralla, acababa de estallar frente a la sede del Instituto Armado, en una zona cercana a varias paradas de autobuses. Como consecuencia, la niña de seis años Silvia Martínez Santiago, hija de un guardia civil natural de La Roda (Albacete), al igual que su esposa, y Cecilio Gallego Alaminos, un jubilado de Telefónica de 57 años de edad que esperaba en la parada del autobús, resultaron muertos.
Otras treinta personas resultaron heridas, entre ellas Borja, el primo de la pequeña Silvia, que tenía tres años y medio y sufrió diferentes cortes. La zona del atentado estaba muy concurrida por turistas que pasaban sus vacaciones en aquella localidad de Alicante en pleno mes de agosto. Los etarras Óscar Celarain Ortiz, ‘Peio’, y Andoni Otegi Eraso, ‘Iosu’, fueron los autores materiales de aquella masacre.

23 años de la masacre que les arrebató a estos padres de Albacete lo que más querían
De este modo, el pasado lunes, 4 de agosto, se cumplieron 23 años del asesinato por parte de la banda terrorista ETA en Santa Pola (Alicante) de la pequeña Silvia Martínez, de 6 años de edad y cuyos padres, José Joaquín y Toñi, son ambos naturales de La Roda (Albacete).
Silvia jugaba en la casa cuartel de la Guardia Civil de la localidad alicantina aquel 4 de agosto de 2002 cuando un coche-bomba sesgó su vida casi de manera instantánea en un atentado vil cometido por terroristas desalmados cuyo único objetivo era hacer el mayor daño posible. La pequeña vivía en la casa cuartel porque su padre, natural, como decimos, de La Roda (Albacete), al igual que su madre, era agente de la Guardia Civil y estaba destinado en Santa Pola (Alicante).
Naturales de La Roda (Albacete), los padres de la pequeña Silvia no han parado de luchar porque se haga justicia tras la muerte de su pequeña, dando el pasado verano el juez Manuel García Castellón un paso más para que así sea y los autores y responsables de la muerte de la pequeña paguen su criminal acto terrorista.
Así las cosas, el juez de la Audiencia Nacional (AN) Manuel García Castellón procesó en agosto de 2024 a los exjefes de la banda terrorista ETA Mikel Albisu, alias ‘Mikel Antza’, y Ramón Sagarzazu, ‘Ramontxo’, por el atentado contra la casa-cuartel de Santa Pola (Alicante) en agosto de 2002.
En su auto del 9 de agosto de 2024, 22 años después del atentado, el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 6 les imputó los delitos de asesinato terrorista y acordó tomarles declaración indagatoria, el trámite por el que les comunicó su procesamiento de manera formal. Días antes, el magistrado instó a Francia a «agilizar» la entrega de cuatro exjefes de la banda terrorista ETA que se encontraban investigados por estos mismos hechos, apuntando entonces fuentes jurídicas que el juez procesaría a los mismos una vez se materializase dicha entrega.
La entrega de Soledad Iparraguirre, alias ‘Anboto’ –que ya se encuentra en prisión–; Juan Antonio Olarra Guridi, ‘Juanvi’; Félix Ignacio Esparza, ‘Navarro’, y Ainhoa Múgica, ‘Olga’, «dejó expedita la finalización del presente procedimiento en su fase actual», según explicó el magistrado.

El asesinato de Silvia, de 6 años de edad y con profundas raíces de Albacete
En esta causa, García Castellón investigó la presunta responsabilidad de la cúpula de la banda en el atentado perpetrado el 4 de agosto de 2002, un ataque que se saldó con el asesinato de Silvia Martínez Santiago, de seis años y cuyos padres son naturales de La Roda (Albacete), y de Cecilio Gallego, de 57.
El juez aseguró que la investigación permitió concluir que, «desde la perspectiva que ofrece el estudio detallado del funcionamiento y estructura de la banda terrorista, sujeta a una férrea disciplina cuasi militar, se considera que el atentado de Santa Pola se habría decidido por la dirección de ETA».
Ese ataque se habría planteado «como medida de presión y castigo para tratar de contrarrestar el proceso para ilegalizar Batasuna en aplicación de la Ley de Partidos Políticos, proceso puesto en marcha con anterioridad a producirse el atentado, y no al revés».
En este caso en concreto, la Audiencia Nacional condenó en 2012 a 843 años de cárcel a los etarras Andoni Otegi Eraso, alias ‘Iosu’, y Óscar Celarain Ortiz, ‘Peio’, al considerar probado «sin ningún género de duda» que fueron los autores del atentado.

Los padres de la pequeña Silvia son naturales de La Roda (Albacete)
José Joaquín Martínez, agente de la Guardia Civil, y Toñi Santiago, son naturales de La Roda (Albacete) y son los padres de la pequeña Silvia, que aquel fatídico 4 de agosto de 2002 fue asesinada por la banda terrorista ETA tras un atentado a la casa cuartel de la Benemérita en Santa Pola (Alicante), donde residían debido a las obligaciones laborales del progenitor.
Desde aquel día, ni José Joaquín ni Toñi han parado ni un segundo de pelear porque se haga justicia con su hija, la última niña asesinada por ETA en su negro y teñido de sangre pasado.
Silvia murió mientras jugaba, pues los escombros generados por la explosión de un Ford Escort cargado con 40 kilos de cloratita cayeron sobre ella, siendo su propia madre la que rescató a la pequeña de aquel infierno de polvo y ladrillos mientras gritaba que no dejaría de luchar para que se hiciera justicia. En el atentado, además de la pequeña Silvia, también murió un hombre de 57 años que esperaba el autobús, de nombre Cecilio y empleado de Telefónica.

Un centro de atención a la infancia lleva el nombre de Silvia en La Roda (Albacete)
El 28 de febrero de 2005, 2 años y 6 meses después de la masacre, el por entonces consejero de Bienestar Social del Gobierno de Castilla-La Mancha, Tomás Mañas, presidió el acto de inauguración del ‘Centro de Atención a la Infancia Silvia Martínez’ de la localidad de La Roda (Albacete), un recurso para niños de 0 a 3 años que fue dedicado, como decimos, a la memoria de la pequeña Silvia Martínez, la niña que murió en el atentado perpetrado en Santa Pola (Alicante) por la banda terrorista ETA en el año 2002.
El consejero, que estuvo acompañado por los padres de Silvia, José Joaquín y Toñi, así como por el entonces alcalde del municipio, Sixto González, pronunció unas emotivas palabras en recuerdo de la pequeña asesinada por ETA en el atentado de Santa Pola (alicante).
Tomás Mañas destacó que no hay nombre más bonito para un centro de atención a la infancia que el de Silvia, pues simboliza la inocencia de todos estos pequeños.
Así, el titular de Bienestar Social pidió a los trabajadores de este nuevo recurso que el recuerdo de Silvia les iluminara para que inculcaran a los niños y niñas del centro los valores de paz, solidaridad y bondad que todos debemos tener.
Por su parte, el primer edil de La Roda agradeció al consejero el apoyo prestado por el Gobierno regional para que este nuevo recurso fuera una realidad, y pueda atender a los más pequeños de este municipio albaceteño.
El nuevo centro de atención a la infancia inaugurado aquel 28 de febrero de 2005 tenía capacidad para 96 niños de 0 a 3 años, y en su construcción y puesta en marcha la Consejería de Bienestar Social del Gobierno de Castilla-La Mancha invirtió cerca de 350.000 euros.
Este recurso contó en sus inicios con seis aulas para atender a los niños dependiendo de su edad, además de cocina, comedor, almacenes y despachos para los trabajadores del centro.
El centro fue dedicado a la memoria de Silvia Martínez, que fue asesinada por ETA en el atentado perpetrado contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Santa Pola (Alicante), el 4 de agosto de 2002, y cuyos padres son naturales de La Roda (Albacete).

Una plaza en Santa Pola (Alicante) también lleva el nombre de la pequeña Silvia
En 2020, el Ayuntamiento de Santa Pola (Alicante) y tras una moción aprobaba en el Pleno Municipal por todos los grupos políticos, decidió rendir homenaje a la niña otorgando el nombre de la pequeña Silvia a la rotonda en la que todos los años se congregaba su familia y vecinos de Santa Pola, y donde lo siguen haciendo, por lo que desde entonces, este ángel que se nos arrebató de forma injusta, protege el Cuartel de la Guardia Civil desde la rotonda que tiene su nombre.
En el aquel acto, la alcaldesa entonces de la localidad alicantina, Loreto Serrano Pomares, acompañada de los padres y familiares de la niña, y junto a resto de concejales de la corporación municipal, descubrió un monolito en honor a la niña.

Desde entonces, dicho emblemático lugar de Santa Pola se llama Plaza Silvia Martínez Santiago y «mantiene viva en el recuerdo a esta pequeña estrella que nos dejó y que cada vez que miramos al cielo es nuestra luz», indicaron en su momento desde el consistorio de la localidad alicantina.