El Pasaje de Lodares es la mayor joya arquitectónica de Albacete y una de las más singulares de toda España, siendo muchísimas las referencias que hacen alusión a ella como la calle más bella de nuestro país. En pleno corazón de Albacete, la ciudad no se entiende sin su Pasaje de Lodares ni el Pasaje de Lodares se entiende sin ‘su’ Albacete, siendo miles de personas las que cada año pasan por él y disfrutan de esta maravilla que está a punto de cumplir 100 años de vida. Muchos de ellos son vecinos de la ciudad y otros muchos, cada vez más, turistas llegados a la capital para disfrutar de sus bondades, entre las que sin duda el Pasaje de Lodares ocupa una posición de privilegio.

Con un siglo de historia a sus espaldas son muchos los ‘secretos’ y curiosidades que alberga el Pasaje de Lodares, contando también con una leyenda urbana, la del ‘clavo mágico’, que se repite sin cesar a los turistas y que conocen también muchos vecinos de Albacete. Dicha leyenda relaciona al Pasaje de Lodares con la masonería y las fuerzas telúricas, y lo hace mediante un vetusto y dorado vestigio metálico con forma de cabeza de clavo ubicado en la fachada del Pasaje por la calle Mayor.

Este clavo, como decimos, está ubicado en la fachada del Pasaje de Lodares de la calle Mayor, junto a una de las columnatas, y el paso del tiempo y la superstición le han pasado factura, ya que está muy brillante y pulido debido a todas las personas que en él frotan sus pertenencias personales para que la buena suerte impregne las mismas y la fortuna les acompañe; especialmente, lo que frotan mucho son los décimos de lotería y otros tipos de apuestas que se pueden comprar o hacer en la administración que existe en el interior del propio pasaje. Y todo ello, debido a la leyenda urbana que alguien se inventó y que dice que «un hermano masón, un maestro, cuando comenzó la construcción del Pasaje lo clavó ahí para conectar las obras con las fuerzas telúricas de la naturaleza, con las fuerzas del subsuelo, para que emanara la energía y que irrigara a todo el Pasaje de buena suerte para todo saliera bien; como así fue«. Sin embargo y para desgracia de la imaginación y superstición de muchos, esto es una mentira casi tan grande como el propio Pasaje y el verdadero motivo de la ubicación ahí de ese clavo, dista muchísimo de tales afirmaciones basadas en palabrería vacía y exentas de rigor científico.

Una vez presentada la leyenda, vamos con la realidad. Para ser totalmente certeros, dicho vestigio metálico es un clavo, sí, pero es un clavo que sirve de señal de la Red Nacional de Nivelación, situado en su tiempo por el Instituto Geográfico Nacional. Al igual que los vértices Geodésicos, es un punto de referencia con coordenadas.

En concreto, se trata de un clavo NAP, significando las siglas NAP “nivelación de alta precisión”. Dicho clavo está datado de mediados del siglo XX, aproximadamente de 1930, y es de hierro fundido con cabeza de bronce. Este clavo NAP se empotró verticalmente en la cara superior del gran sillar que sirve de base a un par de columnas, de las seis que decoran el edificio del Pasaje de Lodares de Albacete en su fachada de la calle Mayor. La cabeza de la señal sobresale unos 4 milímetros y ello es así para poder apoyar sobre ella una mira que permita realizar las mediciones necesarias.

El IGN, Instituto Geográfico Nacional, se fundó en 1870 y desde esa fecha se vienen realizado nivelaciones en las que se colocan señales permanentes de este tipo. La que nos atañe, la del Pasaje de Lodares de Albacete, es antigua y, como decimos, data de mediados del siglo XX. Estas señales poseen una cota ortométrica muy precisa, del orden de algunos milímetros, de manera que desde él y entre otras señales de la red, se pueden ubicar otras posiciones en altura con gran precisión.

Y esa es la verdad del clavo del Pasaje de Lodares de Albacete, que de mágico, masón y telúrico tiene poco, más bien nada para ser precisos, como precisas son las mediciones que a partir de este punto NAP toman los expertos en la materia.

La historia del Pasaje de Lodares de Albacete
Albacete y su Pasaje Lodares van íntimamente ligados, haciendo destacar esta singular y bella calle a la ciudad en toda España y en gran parte del mundo por lo bonito de la misma y su singularidad. Visitar Albacete y no pasar por el Pasaje Lodares es imposible, pues todo aquel que viene sabe que está ante una joya prácticamente única y, por supuesto, no desaprovecha la oportunidad de poner sus pies en lo que un día Gabriel Lodares imaginó con galería comercial en un pensamiento pionero para la época.

Década tras década y año tras año, este mes de julio se cumple un siglo desde que Gabriel Lodares presentó en el Ayuntamiento de Albacete el proyecto para construir un edificio en el centro de la capital, con viviendas y un pasaje destinado a comercios: el Pasaje Lodares no solo es una de las calles más bonitas de España sino un emblema de la ciudad, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento desde hace treinta años.

Lodares, que había sido alcalde de Albacete entre 1903 y 1905, impulsó la construcción del pasaje al que dio su nombre, y, de hecho, en los dos accesos al mismo, por las calles Mayor y Tinte, en las puertas de hierro forjado -que se cierran durante la noche al ser una propiedad privada vecinal- están grabadas sus iniciales. Se trata de un edificio de cinco plantas, atravesado por un pasaje cubierto por una estructura a dos aguas de hierro y paños de cristal, que fue declarado BIC en marzo de 1996.

Según los informes guardados en el Archivo Municipal de Albacete, las dos fachadas del Pasaje no son simétricas y la de la calle Mayor es más estrecha, al haber tenido en su momento dificultad para hacerse con la casa que había justo al lado por esta entrada. Gabriel Lodares encargó el diseño del pasaje a Buenaventura Ferrando Castells, arquitecto de Sueca (Valencia), que también realizó más obras en Albacete. En el Archivo no está documentado el precio del proyecto.

En el interior del Pasaje Lodares destacan sus columnas -que separan los locales comerciales- así como su ornamentación y su cubierta de cristal, y también las fachadas de las viviendas superiores, con un enrejado que diseñó el artesano albaceteño José Tejados. El Pasaje Lodares, uno de los puntos más fotografiados por quienes visitan Albacete, cuenta con figuras alegóricas en forma de cariátides que presentan la Industria (una rueda dentada), la Riqueza de la Tierra, (una cornucopia), las Artes Poéticas (tocando una Lira) y las Artes Liberales (una pequeña escultura y un martillo).

Actualmente, en los bajos hay negocios de hostelería, una administración de lotería o una farmacia, entre otros. Uno de los negocios con más antigüedad es Cuchillería El Artesano, donde se pueden adquirir los famosos cuchillos y navajas de Albacete, así como otros tipos de souvenirs que llevarse de recuerdo de su paso por Albacete. Iván Cabañero, uno de los hermanos que ahora están al frente del negocio, ha dicho que su hermano y él conforman la tercera generación al frente de esta tienda, que abrió su abuelo y donde también ha trabajado su padre «con lo más típico de Albacete, los cuchillos y las navajas». «Esto es la joya de Albacete», destaca Cabañero del Pasaje Lodares, sobre el que dice que «todo el que viene a Albacete tiene que pasar por el Pasaje Lodares, que es una preciosidad» y reconoce que «es un lujo estar aquí, en una de las calles más bonitas de España». Esta cuchillería tiene clientes de lugares muy diversos, de España y de otros países, y lo que más buscan como recuerdo es «una navaja o un cuchillo de Albacete».

La Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Albacete (APEHT) ha lanzado distintas iniciativas con el Pasaje Lodares como protagonista ya que «es un emblema de la ciudad, un referente y una atracción turística», ha señalado el presidente, David Giménez, que también preside la Federación Regional de Empresarios de Hostelería y Turismo de Castilla La Mancha . «Es una de las calles más bonitas de España y es uno de los principales reclamos con los que configuramos nuestros productos de turismo», ha afirmado.

El suelo del Pasaje Lodares fue remodelado por la Junta de Comunidades en 2023 con el objetivo de sustituir el solado de adoquín de hormigón por piezas de piedra natural, conservando la fisonomía del Pasaje, y se rehabilitaron los techos de los soportales de las dos entradas, reparando las fisuras. También se pintaron las dos rejerías de forja de sus portadas y se limpiaron sus fachadas de travertino.

El Pasaje de Lodares de Albacete es sin duda una joya que no puedes dejar de visitar, y si quieres frotar el clavo, no te quedes sin frotarlo, eso sí, que sepas que de masonería y fuerzas telúricas nada de nada.
FOTOS














/ Fotos: EFE y El Digital de Albacete /