El infierno de Juan, un vecino de Albacete y su lucha contra el Covid persistente

El testimonio de un vecino de Albacete que convive con el Covid persistente

El Covid Persistente ha sido reconocido por el Ministerio de Sanidad como una de las enfermedades crónicas que estarán incluidas en la estrategia establecida para el abordaje de la cronicidad. Algo que saca del olvido a aquellas personas que desde la pandemia del 2020 continúan sufriendo los síntomas del Covid en su organismo y cuyas vidas no han vuelto a ser las mismas desde entonces. Es el caso de un vecino de Albacete que convive con esta afectación, que además ha sido uno de los posibles factores de los que han derivado dos dolencias más, diabetes y celiaquía, que le han diagnosticado en los últimos meses.

Parece que en el año 2020 el mundo se paralizó cuando el Covid llegó a nuestras vidas. De aquello han pasado 5 años y parece que hemos recuperado la normalidad, pero esta no ha sido una realidad para todas las personas, ya que un lustro después, algunos vecinos de Albacete continúan padeciendo las secuelas del Covid, ya que ha terminado por convertirse en lo que los expertos han denominado como Covid persistente.

Imagen de archivo 2020 Albacete

Juan, nombre ficticio ya que este albaceteño prefiere permanecer en el anonimato, era hasta 2020, un hombre de 36 años, deportista, con un trabajo normal y una vida completamente corriente. Cinco años después, su vida actual no tiene nada que ver con lo que era debido a las secuelas que el Covid dejó en su organismo, y que siguen presentes en pleno 2025.

La batalla contra el Covid persistente

La historia de Juan empezó como la de muchos albaceteños que pasaron por los hospitales de Albacete en un estado grave por el Covid. “Fui por mi propio pie con una neumonía bilateral que dio la cara de la noche a la mañana y todo cambió”, comparte con El Digital de Albacete, y señala que “salí del hospital con nódulos pulmonares, como una especie de heridas en los pulmones, y decidieron ponerme oxígeno”. Y hasta día de hoy, Juan continúa necesitando oxígeno cuando realiza alguna actividad física que así lo requiere “como salir de casa, dar un paseo o cualquier otra actividad que requiera más esfuerzo”, sostiene.

A sus 41 años, la situación de Juan no ha mejorado, sino que al Covid persistente se han sumado otras enfermedades como la diabetes o la celiaquía, que “podrían ser producto” de la primera de ellas, a las que ahora este vecino de Albacete debe adaptarse. “Han ido apareciendo varias infecciones tras el Covid”, asegura, y explica que en los últimos meses le han diagnosticado “diabetes y celiaquía, las dos a la vez”. Una situación que podría estar derivada “a raíz de la medicación, a que tengo movilidad reducida y no puedo hacer deporte, y además tengo una fibrosis en el hígado”, manifiesta.

Imagen de archivo

En esta línea, señala que en ocasiones este albaceteño se ha sentido “abandonado”, ya que “parece que el Covid no ha existido y muchos especialistas no relacionan las secuelas con dolencias que han llegado después”, argumenta.

El infierno de este vecino de Albacete que lucha en pleno 2025 contra el Covid persistente

En su caso, “los dolores de cabeza, la falta de atención, incluso una leve pérdida de memoria” se ha instaurado en su día a día tras el Covid, como comparte el de Albacete, que señala que ha pasado por varias consultas de especialistas que han determinado que “no necesito medicación para atajar estas dolencias de forma individual”.

Además, todo ello conlleva “un choque psicológico”, tal y como aclara el albaceteño, que añade que “antes podía ir de vacaciones y ahora es más complicado, es adaptarte a una nueva situación completamente”.

Hospital de Albacete / Foto de archivo

En cuanto a la cronología de la aparición de estas afecciones, el de Albacete explica que “empecé con pastillas para tratar la diabetes pero no se controlaba el azúcar, hasta hace cuestión de 2 meses que me pincho insulina, porque tenía el azúcar por encima de 500”, y añade que “me hice una analítica general y también di positivo en la celiaquía”. En su caso, ha sido el médico de familia quien le “ha orientado”, al cual está eternamente agradecido “por no abandonarme nunca. Hemos probado mil cosas”, subraya.

Nada ha vuelto a ser como antes para este albaceteño 

En lo relacionado a la adaptación de lo que ahora es una nueva vida para Juan, poco a poco ha ido realizando un período para adaptarse al cambio. “Mi vida ha cambiado al 100% y no lo llevo bien”, sostiene, y explica que “era una persona con su trabajo y con una vida. Tenía a mi pareja, a la que estoy muy agradecido por todo lo que me ayuda, y estábamos siempre entrando y saliendo, con la vida de un cualquier persona con 35 años”. En esta línea, manifiesta que “eso se ha acabado, lo que también conlleva cierta soledad porque tampoco puedo seguir el ritmo de la gente”, y añade que lo que antes era fácil, ahora se ha vuelto mucho más complicado, por ejemplo “para irme de vacaciones tengo que mirar que sea un sitio accesible y adaptado, ya que tengo movilidad reducida, y pensar que no puedes salir ni a dar un paseo es algo que afecta muchísimo también mentalmente”.

“Ahora me veo más encerrado en casa”, destaca, y sostiene que “no puedo trabajar porque hay días que ni siquiera puedo hacer la cama, me canso de estar de pie”. Actualmente, este vecino de Albacete está luchando porque le reconozcan la incapacidad absoluta, ya que “con la pensión que tengo en la actualidad es imposible vivir, y se supone que no puedo trabajar en mi labor anterior, que era un trabajo físico, pero es que no puedo tener una rutina normal porque a veces no me encuentro bien ni siquiera en mi casa”.

Mascarilla / Imagen de archivo

Además, señala que “no se trata solo de dolor físico sino también daño psicológico de ver que ya no puedo hacer ni llevar la vida que llevaba antes”. Del mismo modo, indica que “hay tratamientos privados que no me puedo costear, y al final la enfermedad te machaca en todos los sentidos”.

Por el momento, este vecino de Albacete seguirá luchando por el reconocimiento de “la incapacidad absoluta, lo que mejoraría mi calidad de vida, en el sentido de poder costearme ciertos tratamientos”, tal y como señala el paciente, que argumenta que “el hecho de no poder aportar económicamente es algo que también te machaca”.

Así, este albaceteño ha visto como su vida ha dado un giro de 180º y, aunque aparentemente la vida tras el Covid ha vuelto a una relativa normalidad, esta no ha sido su realidad, ya que 5 años después todavía convive con las secuelas de aquel virus que paralizó el mundo.

Noelia López

Natural de Albacete, Graduada en Periodismo por la Universidad Miguel Hernández. Experiencia en medios de comunicación como VIsión6, Es Radio y Telemadrid
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