El presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha defendido la «honradez» de miles de concejales y políticos, al tiempo que ha lamentado que para algunos la corrupción «solo empiece a contar si son cuatro golfos».
Durante su discurso con motivo de la firma del convenio sanitario con el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, en Arenas de San Pedro, García-Page ha afirmado que «en la política hay muchas cosas de las que sentir vergüenza» actualmente.
Sin embargo, ha añadido que «también hay muchísimas otras por las que habría que sentirse orgullosos», en referencia a las «miles y miles de concejales, concejalas y políticos honrados, que no tienen por qué estar, ni mucho menos, envueltos en las fechorías de uno, de dos o de tres».
«Me da igual. Hay a quien incluso le da lo mismo si son tres golfos, porque solo empieza a contar la corrupción si son cuatro. Es curioso que además lo diga gente de izquierdas en este país, precisamente en la mañana de hoy», ha añadido el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
En este sentido, ha considerado que «lo verdaderamente importante es poner a salvo a la inmensa mayoría de la gente que le quita tiempo a la familia, que no cobra, como suele pasar en la mayoría de los municipios, por dedicarse a la política, por pelear por sus pueblos y que son realmente lo mejor de la política».
Tras aludir a la política local y municipal, por la que ha recordado que tanto él como Fernández Mañueco han pasado, Emiliano García-Page ha defendido que «casi habría que obligar a que alguien que quiera decidir en España, haya pasado primero por la escuela local y municipal».
«Sería una buena manera de saber que se puede tener mejor o peor cabeza, pero que es imposible tener buena cabeza sin tener los pies en el suelo», ha argumentado en este contexto.
En su intervención, García-Page también ha sostenido que «para poder cuidar el Estado del bienestar, hay que cuidar primero del bienestar del Estado», para lo cual, además de defender el estado de las autonomías, se ha mostrado partidario de un «Estado fuerte».
«Defendemos el bienestar del Estado que no se deshilache, que no se relativice y menos aún que se ponga de rodillas o al servicio de minorías que lo único que buscan es acabar con el Estado. Nosotros al contrario, necesitamos del Estado, lo queremos fuerte y lo queremos, además, estable», ha apostillado.E