El Concurso Literario “Molino de la Bella Quiteria” de Munera ha vuelto a reunir el primer sábado de julio y bajo la sombra de su molino, a los ganadores de su quincuagésima convocatoria. Este peculiar concurso literario, sin premios económicos, está patrocinado por Fundación Globalcaja y organizado por la familia García-Solana Gavidia en colaboración con el Ayuntamiento de Munera y la Diputación de Albacete. Los ganadores, tanto en la modalidad de verso como en la de prosa, reciben una pieza artesanal creada para la ocasión por el célebre ceramista conquense Rubén Adrián Navarro Valverde y una navaja albaceteña.
Este año por ser además el 50º Aniversario del concurso desde el Ayuntamiento de Munera se ha promovido una programación cultural especial que ha girado entorno a la creación del concurso y a la figura de sus fundadores, especialmente Amparo Gavidia Murcia, fallecida a la edad de 100 años hace unas semanas.
Autoridades regionales y provinciales como los diputados José Antonio Calvo y Yolanda Ballesteros por Diputación de Albacete o el vicerrector de la UCLM, Ismael García Varea, junto con Desiderio Martínez, alcalde y el resto de la corporación municipal de Munera, han querido arropar con su presencia la entrega de galardones y conmemorar una efeméride tan especial.

Al principio del evento han irrumpido entre el público D. Quijote y Sancho Panza, buscando nuevas aventuras y encontrándose con el personaje de la universal novela de Cervantes que da nombre al Molino: la Bella Quiteria. Tras la representación teatral, obra de Bravorante Producciones y del grupo local Despertares, ha comenzado la entrega de premios con la presentación de Julia García-Solana Carrizo, nieta de los fundadores y coordinadora del Concurso. Su intervención ha estado dedicada a la figura de Amparo Gavidia Murcia, alma del Molino y emblema cultural y educativo en la localidad desde que llegó como maestra en 1953.
Tras la lectura del Acta del Jurado por Daniel Sánchez Ortega y unas emotivas palabras de éste dedicadas a Amparo, se han dado a conocer los trabajos premiados comenzando por los trabajos de prosa. El tercer premio de la modalidad ha sido para el trabajo “Escarcha al amanecer” de José Agustín Blanco Redondo, oriundo de Vitoria pero residente en Valdepeñas (Ciudad Real). El segundo premio ha recaído en la propuesta titulada “El vecindario” de Sergio Generelo Tresaco de Logroño (La Rioja). Con el primer premio se ha vuelto alzar por segundo año consecutivo Manuel Izquierdo Ruiz, de Cúllar-Vega (Granada) por su trabajo “El testamento de Sancho Panza”. El Jurado en la modalidad de prosa ha estado compuesta por los escritores M.ª Carmen Romera López, Alfonso Ponce López y Juan Lorenzo Collado Gómez.

Por su parte en la modalidad de verso, Pedro Víllora Gallardo de La Roda (Albacete) ha conseguido el tercer premio con su trabajo “Melancolía del campo”. El segundo premio ha sido para Esteban Torres Sagra de Úbeda (Jaén) por “Crónica desde el castillo”. Cerró la lectura de los trabajos ganadores el primer premio que fue adjudicado a Diego Caba García, de Santa Fe (Granada) en reconocimiento a su poema “Todo va de amor”. Han compuesto el jurado en la versión de poesía los poetas Vicente Hernández Alfonso, Francisco Jiménez Carretero y Daniel Sánchez Ortega.
Los galardonados han recibido como trofeo una navaja albaceteña y una obra artesanal única y creada especialmente para el Concurso por Rubén Adrián Navarro Valverde. En esta ocasión se trataba de un plato de terracota con decoraciones alegóricas.
En esta edición además como curiosidad se ha destacado el carácter internacional de los participantes pues entre los trabajos recibidos, han llegado obras desde Estados Unidos. No es la primera ocasión que el concurso traspasa nuestras fronteras, en anteriores ocasiones se han recibido trabajos desde Luxemburgo, Italia, Alemania, Argentina o México.
Tras la lectura de los trabajos ganadores intervinieron los escritores Julia Flores y Juan Lorenzo Collado, con un emotivo detalle que quisieron ofrecer a la familia organizadora.
Posteriormente llegó el turno de palabra para las autoridades presentes. En primer lugar intervino Desiderio Martínez, alcalde de Munera, que destacó la figura de Dª Amparo Gavidia y la decisión del Ayuntamiento de ponerle su nombre al Auditorio Municipal en reconocimiento a su labor. Cerró el evento el diputado provincial de modernización y tecnologías de la información y la comunicación, José Antonio Calvo Requena, que aprovechó su intervención para destacar el compromiso de la Diputación de Albacete con la cultura y anunció la próxima publicación de un libro que recopila los trabajos ganadores de la quinta década del Molino de la Bella Quiteria en la modalidad de verso y en una reedición del Diccionario Munerense, una obra elaborada por la propia Amparo Gavidia.
Para despedir el acto y antes del momento de la foto de familia con todos los galardonados, Julia García-Solana quiso despedir el evento teniendo un recuerdo para los que ya no están y agradeciendo al Jurado, las autoridades, patrocinadores y a todos los que habían hecho posible esta edición del Concurso Literario.

Seguidamente y como manda la tradición, desde las casas de Basilio El Pobre y Camacho el Rico, a la clausura del acto comenzaron a salir sartenes de gachas con pan sentado, las tajadas de tocino, el queso (patrocinado por Queso Vega Sotuélamos), rolletes de sartén ofrecidos por Panadería “El Pilar” y la cuerva con la que los asistentes al evento finalizaron la tarde.
El origen del Molino de la Bella Quiteria
El Molino de la Bella Quiteria fue construido en 1975 por el matrimonio Enrique García Solana y Amparo Gavidia Murcia, en un lugar próximo a los Casares, donde la tradición oral cuenta que tuvieron lugar las célebres Bodas de Camacho. Posteriormente Cervantes incluyó la narración de las mismas en los capítulos XIX, XX y XXI de la segunda parte del Quijote. Además de museo etnográfico, su evento principal es acoger la entrega de premios de este particular Concurso Literario, uno de los más longevos de la región. El carácter eminentemente manchego de este concurso y sus particularidades (no ofrece cuantías económicas en sus premios) lo hacen único, ganando en prestigio y calidad año tras año. Tras el fallecimiento de sus fundadores son sus nietos y restos de familiares los encargados de continuar con este legado familiar.