Antonio López admite que su obra más famosa fue ardua, pero menos que la estatua encargada en Albacete hace 16 años y por la que ya cobró 70.000 euros sin entregarla

La tomadura de pelo a la ciudad de Albacete de Antonio López

Antonio López es el genio del realismo español y es uno de los artistas más cotizados de nuestro país. Natural de Tomelloso, una cátedra lleva su nombre en Albacete, ciudad que ya ha pagado casi 70.000 euros por una escultura que le encargó hace más de 16 años y que el artista, a pesar de haberse embolsado el dinero, ni ha entregado ni hay visos de que lo haga próximamente. El hartazgo con Antonio López en Albacete es evidente, porque con ese dinero público se podrían haber hecho muchas cosas más fructíferas que estar en el bolsillo del artista sin que ‘El hombre que camina’, que así se iba a llamar la escultura, todavía no haya pisado Albacete desde que el 2009 le hiciera el encargo la por entonces alcaldesa Carmen Oliver.

Dejando a un lado el pasado y volviendo al presente, el artista Antonio López ha admitido que el proceso de pintar el cuadro ‘Gran Vía’ le dio mucho trabajo, unas palabras que ha hecho públicas durante su intervención en ‘Arte y geopolítica. La proyección de la pintura española un coloquio con el periodista Juan Luís Cebrián’, donde ha explicado también su relación con la pintura española.

«Yo sabía que me iba a dar mucho trabajo. Tenía que ser por la mañana muy temprano, porque había menos circulación, y me arrepentía de estar a pleno sol trabajando allí», ha admitido el artista ganado del Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1985.

Así lo ha expresado el artista en el curso ‘Tendencias geopolíticas (VI). Geopolítica del español. Repensando la Hispanidad’, donde ha descrito que la primera vez que fue a ese lugar de Gran Vía para pintar la ciudad lo hizo al amanecer, acompañado de su amigo, el pinto Enrique Gran.

El proceso, según ha detallado López, consistió en visitas sucesivas a la famosa calle de la ciudad de Madrid, cuando se montaba en el primer metro de la mañana hasta llegar al lugar para poder pintarlo y lo momentos duros de las primeras veces en donde había días en los que pensaba que no podría pintar.

López ha admitido como superadas esas primeras veces, la realización del cuadro fue mucho más fácil. «Venciendo ese primer momento, colocar al caballete delante de ese milagro que era para mí la calle», ha señalado.

Antonio López / Foto: Jesús Hellín – Europa Press

LO REAL «ME PRODUCE MUCHA EMOCIÓN»

López también ha comentado cómo fueron sus primeros años como artista y la razón que le llevó a dedicarse al realismo por la emoción que le suponía crear con el objeto delante.

«A mí me gustó pintar del natural, me enseñaron en la escuela a pintar del natural y a mí me producía mucha emoción tener el tema delante, fuera un desnudo, fuera un objeto, fuera lo que fuera», ha desarrollado.

Según explica el artista, su primer contacto con la pintura realista fue la imagen de su tio en medio del campo sentado con el caballete delante: «Iba a pintar directamente el tema, no podía hacerlo de otra manera».

Además, ha lamentado que es una forma de trabajo que «ha desaparecido», pese a que, según explica, es una forma de trabajo que existía desde la mitad del siglo XIX hasta principios del XX, cuando casi todos los artistas «iban a pintar al natural».

Antonio López / Foto: Jesús Hellín – Europa Press

EL RETRATO DE LOS REYES, PINTADO CON FOTOGRAFÍAS

En otro momento de su intervención, Antonio López ha explicado como fue el proceso de realización de ‘La familia de Juan Carlos I’, actualmente expuesto en el Palacio Real de Madrid, en el que se apoyó de la fotografía para poder realizarlo.

Así, el pintor a detallado que el Rey Emérito Juan Carlos I, la Reina Sofía, la Infanta Elena, la Infanta Cristina y el Rey Felipe VI estuvieron en su estudio para una recesión fotográfica, para después pasarse «años» para terminar el cuadro.

De esta forma, ha expresado su opinión como el uso que los pintores realistas dan a la fotografía, admitiendo que se trata de una «aliado del pintor figurativo» pese a que él prefiere pintar con el objeto delante.

Antonio López / Foto: Jesús Hellín – Europa Press

NI RASTRO DE LA ESTATUA EN ALBACETE

Llegados a este punto cabe recordar que Antonio López todavía tiene pendiente de entregar a Albacete ‘El hombre que camina’, una escultura que le fue encargada hace en torno a 16 años y por la que el artista nacido en Tomelloso ya ha cobrado casi 70.000 euros; sin embargo, todavía no hay ni rastro de la mencionada escultura y lo que envuelve a este tema roza cada vez más lo esperpéntico.

El castellano-manchego Antonio López está considerado como uno de los máximos representantes del arte realista de nuestro país. El pintor y escultor, natural de Tomelloso, se comprometió a entregar a la ciudad de Albacete una de sus creaciones escultóricas, que por el momento no ha llegado a la capital.

Desde el Grupo Municipal de Unidas Podemos han denunciando en más de una ocasión el enorme retraso que el artista lleva en relación a la entrega de este obra de arte, ya que se demora 16 años. En concreto, estando al frente de la Alcaldía de Albacete Manuel Pérez Castell (1999-2008), el Ayuntamiento acordó encargar al artista dicha escultura para la ciudad.

Años después, concretamente en febrero de 2009, siendo alcaldesa Carmen Oliver, se llegó a rubricar el acuerdo con Antonio López; acuerdo que a día de hoy aún se mantiene.

Durante la celebración de un Pleno en el Ayuntamiento de Albacete en 2019, Unidas Podemos preguntaba al por entonces Equipo de Gobierno sobre los pagos efectuados al artista en relación a este encargo. Así, según recoge una nota de prensa de la formación morada al respecto “la portavoz del Equipo de Gobierno, la concejal María José López, informó de dos pagos siendo alcaldesa Carmen Oliver por importe de 69.600 euros (hace 14 años), estando pendiente un tercer pago de 34.800 euros”.

En aquel momento, la concejal socialista indicaba que “sobre el plazo para que el artista haga entrega de la escultura no tenemos ningún tipo de información y lo único que sabemos es por boca del propio artista, que manifestó que tenía hecha la escultura pero que estaba buscando un modelo para terminarla”.

Desde que el Ayuntamiento de Albacete y Antonio López firmaran este acuerdo han transcurrido cerca de 16 años. Más de una década y casi seis legislaturas de diferentes formaciones políticas después (Carmen Oliver-PSOE 2008-2011, Carmen Bayod-PP 2011-2015, Javier Cuenca-PP 2015-2017, Manuel Serrano-PP 2015-2019, Vicente Casañ-Cs 2019-2021 y Emilio Sáez 2021-2023, Manuel Serrano-PP 2023-actualidad) la prometida escultura aún no ha llegado a Albacete.

En un nueva sesión plenaria en 2021 Unidas Podemos volvía a instar al Equipo de Gobierno sobre esta cuestión, sobre lo que indicaban en nota de prensa que el por aquel entonces alcalde de Albacete, Vicente Casañ, “no supo a quién derivarle la pregunta y se limitó a decir que nos contestaría más adelante”; argumentaron desde la formación morada.

Siendo alcalde de Albacete Emilio Sáez (PSOE), el Ayuntamiento habló con Antonio López al respecto de la escultura, y el artista trasladó al consistorio que está trabajando en ella. Pero no aportó un fecha aproximada en la que los albaceteños podrán disfrutar de esta obra de Antonio López.

Lo cierto es que 16 años después, la ciudadanía de Albacete aún no puede disfrutar de la escultura del artista por la que el Ayuntamiento ya ha invertido más de 69.000 euros de dinero público.

El nombre elegido para la escultura es ‘El hombre que camina’, que según dijo el artista mediría 2,20 metros de altura y que sería la primera obra que en Castilla-La Mancha quedaría entre la gente, como en la antigua Grecia. En 2010, con un boceto pintado en papel, el propio Antonio López recorrió distintos enclaves de la ciudad para ver donde quedaba mejor su obra y cual era el idóneo.

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