Cámara en mano, Manuel Podio ha capturado con su objetivo los momentos más relevantes que ha vivido la ciudad de Albacete en los últimos 40 años. Las instantáneas de este reconocido fotoperiodista forman parte del legado y de la memoria de nuestra ciudad, momentos congelados que son y serán las huellas de Albacete.
Los disparos de la cámara de Podio son precisos, certeros y muy estudiados. Un profesional que cuida minuciosamente cada una de sus fotografías, que piensa hasta el último detalle y que siempre está atento a cuanto le rodea para no dejar escapar el momento preciso para capturar una instantánea única.

Manuel Podio ha dedicado su vida profesional al periodismo gráfico, dando sus primeros pasos en el diario La Voz de Albacete en 1977 de forma esporádica hasta su desaparición en 1984. Un viaje a Londres puso en sus manos una cámara de fotos y gracias a su amistad con el fotógrafo Jesús Moreno comenzó a descubrir y a amar esta profesión. Sobre su compañero reconocía que “él me fue inculcando y poco a poco me empezó a atraer el fotoperiodismo”.
Así fue como el gusanillo de esta vocacional profesión picó a Manuel Podio, comenzando a colaborar en la sección taurina de La Voz de Albacete. “Me gustaba porque estas fotos son mucho más plásticas y bonitas”, compartía con El Digital de Albacete, reconociendo que “me gusta mucho la tauromaquia, no tanto el mundo de los toros”. De forma progresiva fue sumergiéndose de lleno en el mundo de la fotografía “hasta que se convirtió en una profesión”, de la que se siente un privilegiado de formar parte.

Confesaba Manuel Podio a El Digital de Albacete que la suya “es una profesión muy bonita, porque vas a los sitios a los que la gente no puede ir y estás en primera fila en los actos y eventos, los vives, los fotografías y los guardas”, más allá de “la satisfacción que da el hacer una buena foto”, indicaba. Y es que, pese a sus cuatro décadas detrás del objetivo sostenía que “procuro siempre hacer una buena foto, aunque sea de una cosa trivial”, añadiendo que “esto me ha motivado mucho a superarme”.
Un afán de superación por querer capturar la mejor foto y cuidar la instantánea hasta el último detalle que “me ha producido algún problema con compañeros porque me gusta saber a dónde voy y a quién voy a hacerle la foto, aunque a veces pensaban que ponía pegas”. Una foto que desvelaba “llevo pensada de antes”, y es que desde el momento en el que conoce qué va a pasar por delante de su objetivo “no paro de darle vueltas a la cabeza pensando cómo voy a hacer la foto”.

Pero además, manifestaba que “otra pega” en su modo de trabajar es que “cuando llego al sitio, entro, hago la foto y me voy”. Al respecto reflexionaba que “hay quien cree que lo hago porque tengo prisa”, pero nada más lejos de la realidad y es que Podio lleva trabajo adelantado porque “cuando entro, ya sé la foto que tengo que hacer”. “Muchas veces cuando hay un evento o un acto, en la cama la noche de antes ya estoy pensando cómo puedo hacer la foto”, indicaba el fotoperiodista albaceteño, confesando que en ocasiones la fortuna también debe sonreírte para captar la mejor instantánea ya que hay momentos imposibles de planificar.

Historia del fotoperiodismo en Albacete
Las fotografías de Podio también han estado ligadas al semanario Albacete Deportivo, Albacete y Novedades, La Tribuna, Lanza, La Verdad, Efe, así como con diferentes revistas y agencias de Sudamérica. Además, en 1981 fue galardonado con la Mención de Honor del World Press Photo por una instantánea que supuso un punto de inflexión en su carrera: ‘Muerte de un espontáneo’, que fue publicada en los diarios y revistas más importantes del mundo.
Manuel Podio forma parte de la historia viva del fotorperiodismo de Albacete y con su cámara ha capturado los momentos más relevantes que ha vivido la ciudad en estas últimas cuatro décadas. “Lo que más me gusta de mi profesión es que cada día es una sorpresa”, aseguraba el albaceteño, explicando que cuando sales de casa al periódico no sabes lo que va a deparar el día, más allá de las previsiones, ya que pueden surgir cosas en cualquier momento”. Una forma de trabajar que comparaba con la de “una patrulla de policía que cuando sale a la calle se puede encontrar un crimen, un robo, o nada”, pues detallaba que “en el periodismo pasa igual y ese es el atractivo, llegar y preguntarse: ¿qué pasará hoy?”.

40 años dan para mucho. Historias y momentos únicos y un sinfín de disparos para recoger instantes que ya forman parte del legado de nuestra ciudad. En este punto, exponía Podio que “he hecho de todo, toda la vida social e informativa de la ciudad la he vivido y he estado presente, y esto te hace ver lo interesante que es ir acumulando todas esas experiencias en tu archivo”. Un extenso archivo fotográfico el de Manuel Podio que integran cerca de 400.000 instantáneas que hablan por sí solas, y es que muchas veces una imagen vale más que mil palabras.

Fotografías gracias a las que “ves la evolución de la información, la evolución de la ciudad, la evolución de las instituciones y de las personas que las dirigen y llega un momento que haces balance y no sabes exactamente si lo de antes era mejor que lo de ahora”, manifestaba Manuel Podio, quien optaba por “mirar siempre para delante”. Disfruta dedicando tiempo a revisar y clasificar todo su archivo fotográfico, confesando que mirar las cosas hacia atrás también da gusto, porque la nostalgia es algo bonito”, un sentimiento que no se debe confundir “con la melancolía”, incidía. Nostalgia de recordar “cómo era la ciudad” y es que “40 años de años de historia para una sociedad no son nada, pero en 40 años la evolución que ha experimentado Albacete ha sido enorme”. En este punto, echaba la vista atrás Manuel Podio y confesaba que “no hace tanto tiempo, en los años 70, yo he llegado a ver a gente que venía a los toros aún con el blusón y las abarcas del campo”, una estampa que dista mucho de la que se ve a día de hoy en los tendidos de ‘La Chata’.

Cualquier persona tiene su particular álbum de fotos particular en el que aparece reflejada su propia historia, pero Manuel Podio atesora en su archivo la historia de toda la ciudad de Albacete. Un archivo al que le gusta volver de vez en cuando “como terapia”, asegurando que “es una permanente memoria que puedo revivir”, expresando que “es algo que me gusta porque es un poco meterte la historia en el bolsillo”.

Manuel Podio ha capturado en Albacete momentos para la historia
Han sido innumerables los momentos en los que ha estado presente Manuel Podio en Albacete con su cámara de fotos. Momentos en los que muchas veces el dolor ha sido el protagonista, pero en los que también ha podido compartir grandes alegrías junto a los albaceteños. Y es que ha dado cobertura a muchos sucesos, pero “cuando toca la lotería también vamos”, recordaba.
Al respecto confesaba que “ha habido casos especiales como el accidente de los trenes de Chinchilla”. Pero también recordaba “un accidente de un piloto de motociclismo en el tanatorio donde hice una foto de su madre acariciando el féretro”. Situaciones que “te marcan muchísimo” y sobre las que reflexionaba que “si no tuvieses una cámara delante no harías la foto”.

“La cámara es un filtro”, sostenía Manuel Podio, considerando que “a través del objetivo puedes ver la cosa más horrorosa del mundo y haces la foto”. Mientras que manifestaba que “si no tuvieses la cámara, a lo mejor ni mirarías y te irías”, pero apuntaba el fotoperiodista que “no sé que tiene la cámara o la responsabilidad de plasmar la noticia, que te hace como un filtro y disparas aun viendo al otro lado algo horrible”.
Pero sin duda, la foto que supuso un antes y un después en la carrera de Manuel Podio fue ‘Muerte de un espontáneo’, instantánea sobre la que bromeaba que “va conmigo como ‘Gwendolyne’ con Julio Iglesias”. Una fotografía que confesaba a El Digital de Albacete “fue un poco fruto de la casualidad” y que recoge la cornada mortal que sufrió un espontáneo que saltó al albero de la Plaza de Toros de Albacete durante la lidia de El Cordobés, Rafael de Paula y Palomo Linares. El 14 de septiembre de 1981 Fernando Eles Villarroel Sánchez, apodado ‘El Chocolate’, se lanzó al ruedo en Albacete como espontáneo, perdiendo la vida tras ser corneado por el astado que se encontraba en el ruedo.

“Tienes que estar en el sitio y estar pendiente de todo lo que pasa”, comentaba Podio, añadiendo que “cuando una persona se tira al ruedo con una camiseta, no ves otra cosa”. Una fotografía que fue “un poco fruto de la suerte”, apuntaba, ya que hasta que no reveló la instantánea capturada con su cámara analógica “no sabía si la foto era buena o si había salido movida”. A partir de este momento comenzó a valorarse más el trabajo de este fortoperiodista quien aseguraba que “quizá no fui consciente de lo importante que era”. Si hay algo que define la fotografía de Manuel Podio es el trabajo bien hecho, y sopesaba que al ver el resultado de esta fotografía “una de las mayores satisfacciones y algo que me impactó fue el abrazo que me dio el editor del periódico”.

Una profesión que ha experimentado una gran evolución
Cuatro décadas mirando a través del objetivo de una cámara en la que Manuel Podio ha sido testigo de la evolución de la profesión de la mano de los cambios sociales y tecnológicos. Al respecto, comentaba que la profesión “ha evolucionado mucho porque hemos pasado de ser solo la ilustración de la noticia a la información”, exponiendo que “antiguamente la foto era un mero recurso”.
Sin embargo, ponía de relieve el albaceteño que con la llegada de la transición y la instauración de la democracia en España “el periodismo dio un paso importante y se pasó del entretenimiento a la información”. En este punto, remarcaba que “hubo un cambio tremendo y las fotos pasaron a ser una información más”, teniendo que “sacar todos los elementos posibles para dar mejor la información, aunque a veces una foto de las manos de un niño dicen más que cualquier otra cosa”, reflexionaba.

Una situación que consideraba que actualmente “ha vuelto a bajar porque al principio todos los políticos te abrían las puertas y te facilitaban el trabajo, sin ser necesario pasar por los numerosos filtros de los gabinetes de comunicación”. Así, añadía que “antes ibas a algún sitio y decías que eras del periódico y no había problema, mientras que ahora te dan con las puertas en las narices”. En este punto, comentaba que “echo de menos volver a atrás en ese sentido”, añadiendo que desconoce si esto pasa porque “no sé si los políticos quieren tenerlo todo controlado”.
“Cuando me levanto me gusta escuchar música, porque no quiero salir a la calle cabreado después de haber escuchado las noticias”, indicaba Podio, añadiendo que “lo único que me gusta es que la cerveza esté fría y los puros húmedos, lo demás me da igual”, en relación a la situación que atraviesan los medios de comunicación. Y es que, consideraba el fotoperiodista de Albacete que “la gente tiene derecho a que le cuenten las cosas y hay periódicos que solo se cubren con notas de prensa que envían los gabinetes de comunicación”, añadiendo que “esto es cómodo para el periódico porque tiene que trabajar menos y rentabilísimo para la institución o el organismo porque cuenta lo que quiere a su manera y de forma edulcorada”.

En el momento actual con todo el terremoto que está sacudiendo la política a nivel nacional “hay periódicos que están volviendo a tener cierta credibilidad porque están sacando ciertas cosas”, pero trasladaba que “en mi época el periódico defendía al de abajo y atacaba al de arriba”. Por tanto, consideraba que “hay que defender al ciudadano de las tropelías que hagan los demás”, exponiendo que “esto se había quedado como una balsa de aceite y a raíz de todo esto, ya hay otro movimiento”.

El ADN de un buen fotoperiodista
La vocación y el buen ojo son fundamentales en esta profesión. De este modo, compartía Manuel Podio con El Digital de Albacete las que, a criterio de este reconocido profesional, son las cualidades que debe reunir un buen fotoperiodista.

Al respecto, desgranaba que “es fundamental que sepa diferenciar la noticia, que sepa captar el momento justo”, compartiendo un consejo crucial, y es que “en esta profesión más vale llegar una hora antes que un minuto tarde”. Y es que, en cuestión de segundos, puede desaparecer el hecho noticiable y la fotografía para ilustrar una noticia se desvanece.
Pero además, manifestaba Podio que también “es muy importante tener esa sensibilidad de periodista”. Y es que, sostenía que “no podemos volver a la ilustración”, apostando por “tener que estar en la información” también a nivel gráfico.

“Todo el mundo es un buen fotógrafo”
En relación a la evolución que ha experimentado el fotoperiodismo, en parte debido a la irrupción de los teléfonos móviles, ponía de relieve Manuel Podio que en al actualidad “todo el mundo lleva una cámara de fotos en el bolsillo”. Un aspecto que consideraba este profesional albaceteño que “por un lado es bueno porque la noticia está cubierta siempre”, explicando que “antes si no iba un fotógrafo o un cámara no había imágenes, y ahora puede ocurrir cualquier cosa en el sitio más recóndito de la tierra y tienes imágenes, eso sí, de otra calidad”.

Sin embargo, la proliferación del uso de la tecnología móvil también supone un contrapunto en este colectivo de profesionales. Al respecto, incidía Manuel Podio en que el hecho de contar con fotos a través de estos dispositivos “es algo que no incentiva al fotógrafo”, y es que “cualquiera que se asome a un balcón puede mandarte un reportaje estupendo”. De este modo, subrayaba la inmediatez de estos dispositivos”, confesando que “contra ello no se puede luchar”.
“Todo el mundo es buen fotógrafo”, confesaba el albaceteño. Sobre esta afirmación puntualizaba que “antiguamente te aconsejaban, porque la gente siempre ha visto dónde estaba una buena foto”, incidiendo en que “ahora además tienen la oportunidad de hacerla” gracias a los teléfonos móviles. Por tanto, consideraba que “todo el mundo tiene esa sensibilidad de ver una cosa bonita, interesante o noticiable, y si encima tienes un teléfono móvil solo tienes que sacarlo del bolsillo para fotografiarlo”.

Fotografías hasta desde una avioneta
En sus cuatro décadas capturando momentos, este profesional de la fotografía colecciona miles de instantáneas en su archivo particular. Y es que confesaba a El Digital de Albacete que no le queda prácticamente nada por fotografiar, desvelando que incluso “he llegado a alquilar una avioneta para fotografiar un eclipse que me había pedido un periódico americano”. De este modo, apuntaba Manuel Podio que “si he hecho eso, no se me ocurre nada que me quede por fotografiar”.

Sin embargo, confesaba que sí volvería atrás en el tiempo porque hay momentos que le gustaría haber podido capturar con su cámara de fotos. Al respecto, especificaba que “cuando veo el archivo, puede ser que porque ese día no trabajaba, veo que hubo un evento y me da rabia habérmelo perdido”. “Últimamente estoy repasando el archivo y al meterme en la hemeroteca veo fotos que no he hecho yo y me da envida”, explicaba a El Digital de Albacete.
Tras 40 años mirando a través de su objetivo, Manuel Podio, afronta ahora una nueva etapa en su vida, eso sí, sin despegarse de su cámara de fotos. Compartía el fotoperiodista que ahora “paso la vida entre Albacete y Benidorm”, y es que ha encontrado en el Mediterráneo un nuevo aliado. Al respecto, subrayaba que “el mar es inspirador y es lo que ahora mismo más me atrae”, sin embargo puntualizaba que “en Benidorm tengo una casa, pero en Albacete está mi hogar”.
/Fotos: Manuel Podio y Miguel Ángel Romero/