La consejera portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Esther Padilla, ha lamentado la «incertidumbre» generada por los casos de corrupción que afectan al PSOE en una situación que no permite saber «hasta dónde va a llegar», pero ha afirmado que están «absolutamente tranquilos» y descartan implicaciones en el ejecutivo autonómico.
Preguntada este martes en rueda de prensa, Padilla ha reconocido que «todo apunta a que va a seguir surgiendo información que va a complicar aún más la situación del Partido Socialista», y ha afirmado que toda la formación política está viviendo esta situación con «grandísimo dolor», «desolación» y «bochorno», aunque «lo peor es la incertidumbre de no saber cuándo va a parar y hasta dónde va llegar».
Asimismo, Padilla ha reconocido que no son «optimistas» respecto al futuro de lo que se está conociendo pero ha defendido el papel «complicado, valiente y difícil» del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que se ha expuesto a «insultos y valoraciones injustas».
En todo caso, ha afirmado que el Gobierno regional está «absolutamente» tranquilo, y ha considerado también que el «distanciamiento» que ha existido con Madrid les ha alejado de estas tramas «pues hace que probablemente ni siquiera lo hayan planteado».
En todo caso, ha aclarado que «las propuestas turbias no las hace el Gobierno de España, sino que las hace algún corrupto», y ha recordado el rechazo del ejecutivo autonómico a la compra de mascarillas «que no guardaban los niveles mínimos de calidad».
Ha asegurado que los diputados socialistas de Castilla-La Mancha, entre los que se encuentra el secretario de Organización Sergio Gutiérrez, están también «desolados» por la situación y ha exigido al PP que «no dé lecciones» después de haber conocido «grabaciones de Cospedal que la implicaban en la guerra sucia y en las cloacas» y que no hayan expulsado del partido ni pedido explicaciones.