Querido paisano:
Te escribo desde la que fuera tu casa en la Motilla del Acequión, para informarte de que nuestro apreciado alcalde ha dictado la correspondiente resolución aprobando el gasto de 5.399,62 €, que se destinarán íntegramente al vallado del que fuera tu hogar allá por la Edad del Bronce. Como observarás, no está la cosa como para tirar cohetes, pero ya que nuestra primera autoridad local se ha decidido a mover un dedo a favor de tu causa, aunque solo haya sido la falange más pequeña del dedo meñique de su mano menos dominante, justo es reconocer que algún interés ha demostrado, no sé si a regañadientes o no, pero ahí está. Vallado habemus.
Llevamos dos años que con la llegada de los primeros calores vemos como un tramo de la calle ancha parece encogerse un poco cada día, como consecuencia de la cantidad de cachivaches que parece ser son necesarios para soportar la estructura precisa para sombrear ese trozo de vía pública durante los meses veraniegos. No sé si a ti te ocurre lo mismo, pero yo sigo teniendo la duda duda de si es el lugar idóneo para este tipo de instalaciones, a pesar de que según ha comentado nuestro querido alcalde, este verano parece que los paraguas de colorines que se colgaron en la edición anterior, darán paso a otro tipo de elementos, también coloreados y con idéntica finalidad.
Vaya por delante que estoy totalmente a favor de decorar y alegrar nuestras calles, como también doy por supuesto que en la planta noble de la Casa Consistorial la materia gris abunda y que las cabezas pensantes que portan la legión de asesores que susurran al inquilino del despacho rectangular los consejos precisos para dirigir con acierto la ciudad, han evaluado a conciencia las bondades que puede tener llenar de artilugios la calle ancha para sombrear uno de sus tramos, y que habrán caído en la cuenta de que es probablemente uno de los trechos con menos horas de sol directo de toda la ciudad, cuando a pocos metros de allí se encuentra la inmensa plaza del Altozano, huera de sombras y sin nada que proteja de los rayos de sol a quienes por allí transitamos, que hay días que parecen adoquines que caen a plomo sobre nuestras cabezas, algunas como la mía cada vez con menos pelo.
No creo que la elección se haya basado en criterios estéticos, porque poco atractivo puede tener ocultar durante meses, y de forma deliberada, las fachadas de algunos de los pocos edificios modernistas que todavía quedan en pie en la ciudad.
Tampoco creo que hayan primado los criterios de seguridad, porque de ocurrir algún incidente, Dios, la Virgen de Los Llanos y todos los santos y dioses del mundial no lo quieran, los servicios de seguridad lo van tener complicado para acceder al lugar de lo hechos, habida cuenta de la cantidad de cables, objetos colgantes y otras zarandajas que dificultarán, o retrasarán en el mejor de los casos su llegada. Como así lo han manifestado quienes se dedican a estas labores, al menos de forma privada
Teniendo en cuenta esta variante, que no es menor, mira que me cuesta creer que nuestro distinguido alcalde se haya dejado convencer de que el lugar elegido reúne las mejores condiciones, especialmente en materia de seguridad, con lo meticuloso que es para estos asuntos y la prueba está en que no duda en dar la orden de echar el candado a los parques y jardines, a la menor sospecha de que el viento puede soplar a mayor velocidad que el de una agradable brisa mañanera de domingo.
Por no hablar de los efectos negativos que el entramado que se está construyendo provoca en el vecindario afectado, que ve cómo la temperatura aumenta exponencialmente en sus hogares, toda vez que los rayos solares rebotan hacia arriba al no poder atravesar los obstáculos que le impiden alcanzar el suelo. Y me consta que algunos de ellos y especialmente de ellas, así se lo han hecho llegar a algún destacado miembro del equipo de gobierno. En fin, supongo que serán los dichosos daños colaterales que conlleva vivir en el centro de la ciudad, que según parece no todo van a ser ventajas.
Aunque para daños colaterales del presupuesto de mentirijilla del ejercicio anterior, sí, el mismo que precisa de un Plan Económico Financiero para volver a ponerlo en orden, que por cierto menuda expresión más desafortunada ha ido a elegir el responsable de la cosa presupuestaria municipal, baste con recordar que 35 de las 88 viviendas sorteadas hace cuatro meses todavía no tienen adjudicatarios. ¿Que cómo es eso posible?, pues eso mismo me pregunto yo también, habida cuenta de la realidad del mercado inmobiliario y de la necesidad acuciante de vivienda que padece nuestra sociedad.
Y es que en materia de vivienda el Partido Popular, del que nuestro alcalde es su Presidente Provincial, lo mejor que puede hacer es no decir esta boca es mía, porque los incumplimientos electorales en este tema son una constante en todos sus gobiernos en la capital.
En los asuntos de la vivienda los gobiernos populares si son de fiar, nunca hacen lo que prometen hacer. Y mucho me temo que en esta ocasión el primer edil tampoco se saltará esa perniciosa norma grabada a fuego en la calle del Muelle.
PD Cuidado con la carretera, un pequeño descuido puede acarrear un gran disgusto. Afortunadamente no lo ha sido.
Antonio Martínez