En abril de 1986 Albacete se paralizó ante un trágico suceso. En las inmediaciones del Mercado de Villacerrada se encontraba por aquel entonces una entidad bancaria, en la que trabajaba un joven, Jesús Martí, hasta que el 11 de abril de ese año, el empleado apareció muerto en la oficina. Aunque aparentemente todo indicaba que el fallecimiento se debía a una muerte natural, el caso dio un giro de 180 grados, en lo que a día de hoy se conoce como ‘El Crimen del Empleado de Banca de Albacete’.
José Francisco Roldán Pastor, ex comisario Jefe de la Policía Nacional en la provincia de Albacete, por aquel entonces trabajaba en la recién creada Unidad de Estupefacientes, que apenas llevaba un par de meses en marcha. Una unidad que a priori no tendría que ocuparse de este caso, pero que acabó destapando casi por casualidad un crimen en Albacete.

El Comisario Roldán recuerda que Jesús Martí era un joven oficinista y aficionado al deporte que trabajaba en este banco, hasta que “un día lo encontraron muerto y sin restos de sangre en la entidad bancaria, sin heridas, y todo apuntaba a que era una muerte natural”, y añade que “lo enterraron pensando que había sido un infarto”. Eso sí, un detalle no pasó por alto en este caso, y es que “la caja fuerte estaba abierta y surgió una especie de bulo en el que dejaron entrever que el empleado se habría podido apoderar de un dinero”, como indica Roldán, que recuerda que “la familia estaba dolida por lo que se rumoreaba”. Un dinero que realmente no se había llevado Martí, sino un atracador, un personaje que hasta el momento no formaba parte de esta historia.
Un crimen en Albacete y unos atracadores en Benidorm
Paralelamente, Roldán y sus compañeros estaban buscando a “unos tipos que habían cometido varios atracos en Albacete y que tenían antecedentes por drogas”, recuerda. Una investigación que llevaban a cabo en el recién estrenado grupo de estupefacientes, que echó a andar “en febrero de 1986 y en este momento era abril”.

Con esta investigación, los agentes consiguieron averiguar que aquellos atracadores que buscaban se encontraban en Benidorm. Cabe destacar que por aquel entonces estos policías no tenían ni idea de lo sucedido en Albacete. Así, “pudimos averiguar que andaban por el Rincón de Loix en Benidorm”, recuerda, y explica que “vigilamos la casa y en un momento determinado los vimos entrar al edificio, concretamente 3 hombres y una mujer, que era pareja de uno de ellos, apodado como ‘El Tito’”.
Un interrogatorio y una confesión
Finalmente, ‘El Tito’ y las personas que lo acompañaban fueron detenidos. “Recuerdo que fuimos a comisaría y estuvimos tramitando las diligencias oportunas, estuve toda la noche escribiendo porque eran responsables de cerca de 25 delitos y tenían 5 armas en el piso”. Como una investigación normal y corriente, tuvieron lugar diversos interrogatorios. “La muchacha que los acompañaba en un momento determinado me dijo que lo de la caja de ahorros había sido un accidente. No le pregunté más porque no sabía a qué se refería y llamamos a Albacete para preguntar qué había pasado. Nadie sabía nada”.
A estas alturas, cabe recordar que la causa de la muerte de Jesús Martí, el empleado de la entidad financiera, era oficialmente por causas naturales, por lo que cuando Roldán preguntaba por lo sucedido en Villacerrada no había ni rastro de suceso alguno. Finalmente, “alguien se acordó de que hubo una asistencia en el lugar, que estaba reflejada como servicio humanitario a una persona que había fallecido”.

Con esta información, continuaron los interrogatorios hasta que finalmente ‘El Tito’ “confesó que se le escapó un disparo y que no quiso matarlo”, explica José Francisco Roldán, que señala que “no sabíamos de qué hablaba y nos pusimos de nuevo en contacto con Albacete”.
Detenidos por drogas, a juicio por acabar con la vida de un hombre en Albacete
En definitiva, ‘El Tito’ contó que “estaba solo en la oficina y que lo mató por un disparo de una de las pistolas que encontramos en Benidorm”, manifiesta, y aclara que era “un calibre pequeño y prácticamente no sangró porque estaba tumbado boca abajo y con las arrugas de la ropa nadie se dio cuenta”.
Con las diligencias hechas, y un delito por acabar con la vida de una persona a las espaldas, llegó el juicio. “Cuando llegamos a Albacete preguntamos si el empleado de banca tenía una herida por disparo. La paradoja es que el juez no quería dudar de su forense”, explica.
Finalmente, “conseguimos hablar con la familia, que sospechaba porque era un hombre joven, deportista, y un infarto no les acaba de cuadrar, así que reclamaron en el Juzgado la exhumación del cadáver para una autopsia”, recuerda, y señala que “ahí salió que el forense oficial estaba de vacaciones, y lo había cubierto otra persona”.

Tras la exhumación y los resultados, llegaron las pruebas concluyentes. “La bala estaba allí”, recuerda Roldán, que explica que los atracadores eran viejos conocidos de la Policía y que “estaban enganchados a la heroína”. Tras el juicio “entraron en prisión y cumplieron varios años, creo recordar que fueron más de 20 años a los que los condenaron, y habían cometido alrededor de 25 delitos”.
Y así, prácticamente por casualidad, se resolvió este enigmático crimen en pleno centro de la ciudad, en las inmediaciones de Villacerrada, que dejó estupefactos a los vecinos de Albacete en abril de 1986.