El fenómeno conocido como ‘tardeo’, es decir, salir de copas por la tarde, ha aumentado en los últimos tres años un 300 por ciento y, según los empresarios del ocio nocturno, se puede considerar el cambio más importante del siglo XXI en lo referente a hábitos de ocio en España. Cabe destacar que el tardeo se inventó en Albacete, teniendo su germen en la década de los 90 de la mano de Alfonso Gómez y cinco amigos, un grupo de hosteleros que dieron con la tecla de un fenómeno a día de hoy se ha convertido en un sello de identidad de la ciudad de Albacete y que es algo muy nuestro.
Tras nacer en Albacete, el ‘tardeo’ se ha expandido por toda España y, como decíamos anteriormente, se puede considerar el cambio más importante del siglo XXI en lo referente a hábitos de ocio en España. Así se desprende de reflexión del portavoz de ‘España de Noche’, Vicente Pizcueta, que en una entrevista analiza la situación del sector con motivo de la celebración en Toledo, los días 4 y 5 de junio, de la Conferencia nacional del Sector del Ocio y los Espectáculos que reunirá a más de 300 empresarios de ocio y hostelería.
Pizcueta sitúa el origen del tardeo en Albacete, en 2005, aunque señala que es un fenómeno que se popularizó tras la pandemia, cuando los ciudadanos se vieron sometidos a restricciones horarias, como el toque de queda, después de meses de confinamiento y, por lo tanto, sin socializar en locales de ocio.
Así, señala que el tardeo, junto con otras tendencias como los reservados en los locales, «eran modas que ya estaban apareciendo, pero de alguna manera el covid catalizó y aceleró todos esos procesos, de tal manera que la tarde de repente queda como el espacio de socialización» del grupo de edad de en torno a los 45 años, que es la media de edad de quienes salen por la tarde.
«Los jóvenes siguen estando en su rebeldía y en su transgresión, en la madrugada, pero de repente los adultos que han nacido en los 80 y que ha sido la generación que más ‘salidora’ de este país, salió después del covid a disfrutar de las tardes», resume Pizcueta, que calcula que aproximadamente las salidas por la tarde han crecido un 300 % en los últimos tres años, pues señala que este horario de ocio también atrae cada vez más a adultos que rondan los 30 años.
Entre las ventajas del tardeo que cita Pizcueta, también se encuentra que los turistas extranjeros acogen esta tendencia, porque «antes se quejaban de que en España las cosas por la noche pasaban muy tarde», pero ahora de repente «están descubriendo el tardeo, que no deja de ser salir de copas y bailar pro la tarde».
Sin embargo, Pizcueta advierte de que mientras que en general el número de locales de ocio en España ha ido en aumento en los últimos años -tras superar las restricciones de la pandemia-, en las zonas de interior el panorama es distinto e incluso se ha producido un retroceso en el número de locales.
«En los años 90, prácticamente en todos los pueblos de España, había dos discotecas y ahora mismo puede que haya hasta capitales de provincia que no tienen discoteca», lamenta Pizcueta, que defiende que también el ocio es uno de los sectores que deben recibir apoyo de las administraciones públicas como elemento para combatir la despoblación.
En este sentido, afirma que también existe «una España vaciada sin locales de ocio», que puede derivar en que los ciudadanos pierdan interés por vivir en ciudades pequeñas al carecer de opciones de diversión durante los fines de semana.
Con todo, Pizcueta resalta la importancia económica de lo que tradicionalmente se ha denominado ‘ocio nocturno’, ya que aporta el 1,8 por ciento del Producto Interior Bruto del país, al tiempo que da trabajo a unas 200.000 personas -sobre todo empleo juvenil- si se tienen en cuenta también los festivales y conciertos.
Asimismo, Pizcueta defiende que el sector recreativo siempre ha estado comprometido con causas sociales que preocupan a la ciudadanía, y señala que del mismo modo que hace unas décadas hizo campañas para evitar que los jóvenes se pusieran al volante si habían consumido alcohol, ahora están implantando puntos violeta en los locales, para luchar contra la violencia sexual.
Así, aunque incide en que los casos de violencia sexual y violencia machista no suelen producirse en los locales de ocio, los empresarios están comprometidos con el asunto y por ello han firmado incluso un convenio con el Ministerio de Igualdad para prevenir estos tipos de violencias y se ha creado la ‘Red de Locales de Ocio Nocturno Libres de Violencias Machistas’.
También subraya la colaboración del sector con las administraciones para hacer frente a otro tipo de problemas, como por ejemplo, el ruido que se genera alrededor de los locales y que pueden molestar a los vecinos, ya que destaca que los locales en sí no provocan ruido al estar insonorizados.
En este punto, pide que se apoye con campañas institucionales la importancia de concienciar a los clientes de la necesidad de no hacer ruido al salir de los locales de noche o que incluso se permita a los porteros de los locales prohibir el acceso a quienes estén en la calle molestando a los vecinos.
Así nació el tardeo en Albacete
El ‘tardeo’ de Albacete se ha convertido en una forma de ocio que se ha extendido por diferentes ciudades del país, y que también refleja el carácter de los albaceteños. Un fenómeno social cuyo germen se sembró en la década de los 90 en la calle Concepción de Albacete por cinco amigos, y que a día de hoy se ha convertido en un sello de identidad de la ciudad.
“Algo muy nuestro”, como lo define Alfonso Gómez, uno de sus creadores, que asegura que “el ‘tardeo’ está relacionado con nuestra forma de ser, con nuestro carácter acogedor y abierto”, y apunta que “se ha convertido en un sello de identidad de Albacete. Un fenómeno social que arrancó en 1992 cuando un grupo de amigos de la capital decidió montar El Cuco, un local que supuso el inicio de lo que a día de hoy conocemos como ‘tardeo’, y que se ha expandido hacia otras ciudades.
Un ocio que está estrechamente relacionado con la forma de ser de los albaceteños y que destaca por ese carácter acogedor y hospitalario de la ciudad de Albacete, que abre los brazos a los visitantes más allá del 7 de septiembre.
La historia del ‘tardeo’ en Albacete se remonta a la década de los 90, cuando tras salir de trabajar, Alfonso Gómez y unos amigos vieron que “se alquilaba un local en la calle Concepción, que hasta el momento había sido una tienda de electrodomésticos”, recuerda Gómez, que señala que junto a Melchor, Jesús, Nacho y Carlos “pusimos en marcha El Cuco”.
Uno de los factores que marcó la diferencia en este bar fue “la apuesta por la música española”, como señala Alfonso Gómez, que explica que “en esa época todo era música en inglés y esta fue una de nuestras primeras apuestas”. Mientras El Cuco arrancaba su andadura en la ciudad, Nacho, uno de los impulsores del ‘tardeo’ “viajaba mucho a Andalucía y nos llamó la atención la forma de trabajar el concepto de caña y tapa allí”, explica Gómez, que recuerda que “fuimos un fin de semana a Granada y exportamos esa idea”.
Poco a poco, “venía cada vez más gente. Al principio eran estudiantes y universitarios, pero también empezaron a venir los trabajadores de comercios de alrededor a tomarse una caña al acabar y se empezó a crear ese hábito”, apunta el creador del ‘tardeo’, que señala que “no fue un éxito inmediato”, y explica que en esa época “el precio de la caña y la tapa eran 100 pesetas”.
Y de esta manera, se empezó a crear esa sinergia al final de la calle Concepción de Albacete, de la que más de 30 años después presume la ciudad. De hecho, Alfonso Gómez recuerda que “en aquella época ni siquiera se llamaba ‘tardeo’, sino que era un ‘café torero’ porque quedabas a la hora del café y te liabas”.
La evolución llegó cuando este grupo de amigos se quedaron con otro local emblemático de Albacete: el Tejares 10. “Era otro de los locales de moda”, apunta Gómez, que señala que “el dueño se jubiló y nos lo quedamos. Entre el Tejares 10 y El Cuco había una sinergia muy divertida, iban muchos estudiantes y por aquel entonces se dio el ‘boom’ de la universidad Albacete”. “Había mucho buen rollo de cerveceo con tapas”, explica, y manifiesta que “mi hermano vio en Murcia que en un bar ponían las cervezas en un cubo y fuimos los primeros en Albacete en poner los famosos cubos de cerveza con una bandeja de tapas”.
Del mismo modo, “empezamos a abrir ininterrumpidamente desde las 16:00 horas y se creó una moda”, recuerda, y subraya que “en aquella época también eran muy famosos los aniversarios de El Cuco, que eran el 6 de septiembre, previo a la Feria de Albacete y era lo que daba el pistoletazo de salida a los días de Feria”. “Ya no se cerraba, y vimos en el ‘tardeo’ un nicho de mercado por explotar”, señala Gómez, que explica que este fenómeno es un cúmulo de “todas esas cosas que pasan por casualidad y que muchas veces no están planeadas, sino que van surgiendo y vas aprendiendo de ellas”.
En la década de los míticos 2000, llegó a Albacete ‘La Ronería’, donde “profesionalizamos la cocina con tapas más elaboradas y se fue perfilando esa moda”, recuerda el creador del ‘tardeo’, que subraya que “había un tipo de público que vio que era mejor salir por las tardes que por las noches por el tema de los compromisos familiares y demás”. Y de esta manera, fue calando la idea, a la que se unieron “más establecimientos y al final se ha ido expandiendo a más ciudades”, indica Gómez, aunque destaca que “es algo muy nuestro, nos han intentado imitar pero somos los auténticos”.
El creador del ‘tardeo’ destaca de Albacete “el buen rollo que se respira”, y pone en valor que “somos la envidia de muchas ciudades”. Además, subraya que “viene gente de muchas partes del país porque le han hablado del ‘tardeo’ o porque ha venido en otra ocasión”, apunta, y manifiesta que “tenemos una Feria muy importante, que también ha ido sumando”. Además, pone en valor uno de los factores que hacen que Albacete pueda vivir ese ambiente tan especial, y apunta que “la ventaja es que en 200 metros lo tienes todo: comida, bebida y diversión”. “Es muy cómodo moverse y eso también es la clave del éxito”, argumenta, y puntualiza que “Albacete nunca ha sido una ciudad excesivamente cara y todas esas cosas han ido sumando y forjando esa fama”.
El ‘tardeo’ empezó siendo un movimiento “generalmente de estudiantes, pero la gente se fue uniendo”, apunta Alfonso Gómez, que señala que “las familias también encontraron ahí un rato de ocio que les permitía salir un tiempo y el domingo disfrutar de sus hijos”. Finalmente, el ‘tardeo’ se ha convertido en todo un fenómeno social, que refleja “esa cercanía de los albaceteños, que rápidamente abrimos los brazos y acogemos a las personas de fuera”, como indica su mentor, que señala que “nuestro carácter nos hace una ciudad muy acogedora y esa manera de ser y de abrir las puertas ha hecho que la gente lo valore muy positivamente”.
Por este motivo, esta forma de ocio se ha convertido en «un sello de identidad de la ciudad”, por lo que “ya no se concibe Albacete sin el ‘tardeo’ ni viceversa”, como indica Alfonso Gómez. Lo cierto es que gracias a estos cinco amigos, Albacete presume de ese ambiente único en la ciudad, tan apreciado tanto dentro como fuera de la capital albaceteña y que cautiva a todo aquel que la visita.
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