Un grupo de niños saharauis aterrizará en Albacete en unas semanas pasa pasar unas vacaciones en la ciudad junto a sus familias de acogida. Unos niños de edades comprendidas entre 7 y 12 años que vivirán este verano en la ciudad junto a familias albaceteñas huyendo de las altas temperaturas del desierto. Además, aprovecharán estas semanas en la ciudad para realizar a los más pequeños las revisiones médicas pertinentes.
Este sábado, 31 de mayo, además del Día de Castilla-La Mancha también se celebró el Día Internacional del Acogimiento Familiar, algo de lo que sabe mucho la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Albacete, que este año recibirá de nuevo a los pequeños para pasar unas semanas en la ciudad.

En esta ocasión, la asociación albaceteña tiene cubiertas casi todas las plazas en lo referido a familias. Entre los casos de estos pequeños, cabe destacar el de “un niño de 7 años que queremos que venga este verano porque tiene un problema de audición”, tal y como explica Ana Ortiz, coordinadora del programa ‘Vacaciones en Paz’ de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Albacete a El Digital de Albacete, que señala que “la idea es que pueda venir además de para pasar unas semanas en Albacete, para hacerle una revisión y tratar de diagnosticar cuál es el problema real de audición”.
Albacete, “pionera en traer a niños saharauis con discapacidad”
Lo cierto es que aunque para estos niños saharauis, estas vacaciones en la ciudad son mucho más que eso, ya que tienen acceso a atención sanitaria y a las revisiones médicas pertinentes para detectar cualquier patología. En el caso de este niño, Ortiz explica que “a veces este tipo de problemas de audición se soluciona con una pequeña intervención de vegetaciones por ejemplo”, y añade que “esos gastos no los cubre la familia, sino que se hace cargo la asociación, es como el niño que necesita gafas”, por lo cual esto no supondría “ningún problema para la familia que lo acoja”.
Y es que “cuando les vemos la cara no podemos permitir que se queden allí”, asegura la coordinadora de ‘Vacaciones en Paz’, que explica que este año también llegará a Albacete “un niño saharaui con síndrome de down, que ya tiene familia”. “Estábamos entrevistando a una familia de acogida y cuando le comentamos este caso, no lo dudaron, nos dio muchísima alegría”, recuerda. Cabe destacar, tal y como asegura Ana Ortiz que “Albacete es pionera en traer niños que tienen algún tipo de discapacidad”.
La vida en el desierto
Sobre la vida de estos niños, generalmente “viven en campos de refugiados que se establecieron en pleno desierto desde el 1975”, como explica Ortiz, que señala que “se han ido organizando con ayuda de ONG’s y se han podido establecer medianamente”. Sobre el día a día de estos niños, la coordinadora manifiesta que “es como un día de un niño de España, solo que sin las comodidades, van al colegio, que de hecho es uno de los requisitos para que puedan venir en verano, tienen que estar escolarizados”, y añade que en la época estival “las temperaturas pueden alcanzar 50 grados y la alimentación es poco variada”.

Así, sostiene que de cara al verano en el desierto del Sáhara construyen “una especie de casas de adobe y están dentro hasta que baja el sol porque es realmente agobiante”, y señala que “las jaimas donde viven son de tela, y cuando se calientan en verano es horrible”. Aun así Ana Ortiz explica que “ellos son felices, cuando vienen aquí disfrutan mucho, pero saben que tienen que volver a casa, esto son sus vacaciones y ellos lo entienden”.
Además de la coordinadora de ‘Vacaciones en Paz’, Ana Ortiz es familia de acogida, incluso en su momento fue hermana de acogida. “Desde el año 1997 hasta 2016 a mi casa han venido niños saharauis, y ahora que soy madre quiero retomarlo para que mi hijo también pueda disfrutar de la experiencia”, explica. Sobre su experiencia como hermana, recuerda que “tenía unos 19 años y mi hermana era la pequeña, la consentida. Le sirvió de muchísimo esa experiencia, aprendió que no eres más feliz por tener más vestidos, pero estos niños nos enseñan a todos, incluidos los mayores”, sostiene. Desde entonces, esta experiencia caló tanto en esta albaceteña que se lanzó a ayudar activamente desde el corazón de la asociación. De aquella niña saharaui de la que fue hermana de acogida, además del recuerdo, todavía queda el contacto, aunque ella “también es madre ahora”, explica Ortiz, que sostiene que “el vínculo que se crea es indestructible y para ellos siempre vas a ser su familia de España”.
Contando los días para reencontrarse
Alicia García fue la madre de acogida de la pequeña Laila, una niña saharaui que aterrizó el verano pasado por primera vez en Albacete, y que pasó el verano como una hija más de Alicia. Para esta familia de Albacete también era la primera vez que se lanzaban a vivir esta aventura, y en la actualidad están contando los días para reencontrarse de nuevo con la pequeña.
“Llevábamos tiempo pensando que queríamos ser familia de acogida y nos lanzamos, ha sido una experiencia”, explica Alicia García, que asegura que “cuando acabó el verano lloramos todos”, y es que esta pequeña niña saharaui conquistó el corazón de Alicia, su marido y sus dos hijas.

“Teníamos miedo de la adaptación”, recuerda, y explica que “cuando la recogimos nos abrazó, vinimos a casa, y todo fue genial”. “Le preparamos una habitación, pero finalmente durmió con mi hija pequeña porque están acostumbrados a dormir acompañados, y ellas encantadas”, asegura.
Un vínculo indestructible
Más allá de las vacaciones que supone para estos niños, que viven un verano lejos de las altas temperaturas del desierto, para ellos también supone “una oportunidad a nivel sanitario, ya que tienen un estudio de salud muy completo”, explica Alicia García, que señala que además “pueden disfrutar del verano, porque allí no pueden estar ni en la calle con tanto calor”.
Para las familias que estén en ese momento de dudas antes de acoger a uno de estos niños, Alicia recomienda que “no se lo piensen porque es una experiencia muy bonita y además les puedes dar cosas que no tienen a su alcance, por ejemplo a nivel sanitario”.

Laila conquistó el corazón de esta familia de Albacete, con la que ha creado fuertes vínculos. “Hablamos todas las semanas por videollamada, es preciosa”, explica Alicia García, que recuerda que “hace poco me envió un mensaje para decirme que ya quedaba poquito para venir, ella tiene ganas y nosotros estamos contando los días”.
Como muchos otros niños, Laila cuenta los días para volver con su familia de Albacete, al igual que su familia, ya que estos vínculos que se forjan durante las vacaciones son “indestructibles”, tal y como aseguran tanto Ana Ortiz como Alicia García.