DESDE EL ACEQUIÓN | Mal empiezan las Escuelas de Verano

Artículo de opinión de Antonio Martínez

​Querido paisano.

​Puntual a la cita semanal que tenemos concertada, te escribo desde la Motilla del Acequión para contarte, que nuestro apreciado alcalde sigue sin mover un dedo para devolver a la que fue tu morada durante varios siglos el esplendor que tuvo en su momento, no debe haber caído en la cuenta de que el pasado es el consejero más sabio de todos los que pueda tener a su alcance.

​Y hablando de consejeros y asesores más o menos sabios, que de todo hay en la viña del señor, alguien de la nutrida nómina con la que cuenta en la actualidad el inquilino del despacho rectangular de la Casa Consistorial, ha debido tener un despiste mayúsculo a la hora de informar a la sufrida ciudadanía albaceteña de la apertura del plazo para inscribir a sus hijos e hijas en las escuelas de verano municipales, que como recordarás, gracias al acuerdo adoptado por la anterior Corporación socialista, ahora es un servicio estabilizado y con plenas garantías de futuro, al no estar al albur de lo que suceda cada año con el Plan Extraordinario de Empleo.

​Pero a lo que iba, que se me va el santo al cielo. El concejal de Educación, a secas, ya que no dispone de ningún apellido rimbombante que le acompañe, que para más señas es responsable de las escuelas ya sean de verano o de invierno, o quien le eche una mano en esta tarea, si es que existe tal persona, tuvo la ocurrencia de remitir durante la tarde del lunes una breve nota de prensa, ¿informando? de la apertura del plazo para solicitar plaza en las Escuelas de Verano, indicando que el proceso comenzaría apenas unas horas después, a las nueve de la mañana del día siguiente. ¡Ah! Y lo más importante, que la adjudicación de las 700 plazas se llevaría a cabo por riguroso orden de presentación.

​Coincidirás conmigo, que resulta cuanto menos curioso que el Equipo de Gobierno municipal tenga que recurrir las notas de prensa urgentes, con alevosía y verpertinidad, para informar de un asunto tan sensible para muchas familias albaceteñas, cuando para otras cosas de igual o menor enjundia, nos dan la matraca calentándonos la oreja con una gira promocional, fotografía incluida en el hall del Ayuntamiento, que eso siempre viste mucho y le da empaque al tema.

​Para colmo de males, y como el diablo siempre está en los detalles, resulta que el primer enlace que se ofreció a los ávidos solicitantes contenía errores, ya que se ofertaban plazas en centros escolares que en la presente edición no estarán disponibles. Cosas de las meigas, seguro.

​Nuestro considerado alcalde, tan hierático él, debería haber caído en la cuenta, que adjudicar las plazas ofertadas por orden de presentación de las solicitudes, además de ser un sistema más antiguo que el hilo negro, no garantiza la igualdad de oportunidades para las familias interesadas, y más si tenemos en cuenta el escaso margen de tiempo transcurrido entre la información y el pistoletazo de salida del procedimiento, apenas unas horas y la mayoría de ellas nocturnas. Y es que con esta Corporación ni dormir a pierna suelta puede uno.

​No creo que sea mucho pedir que el concejal de turno se ponga a trabajar desde ya en un baremo, a ser posible consensuado con cuanta más gente mejor, aunque solo sea para que perdure en el tiempo, que garantice que las plazas disponibles serán adjudicadas a aquellas familias que más necesiten conciliar la vida familiar y laboral durante los meses de las vacaciones escolares, aún sabiendo, como sabemos, que no existe ningún baremo que sea perfecto e infalible, que por muchos defectos que tenga, siempre será mejor que echarse en brazos del azar, de la casualidad o de la conjunción astral.

​​No seré yo quien ponga en tela de juicio la bondad de hablar de igualdad en todos los ámbitos de nuestra vida, incluso de pregonar, como dijo nuestro dilecto alcalde, que “si no traemos en el ADN la lucha por la igualdad, nos lo debemos empezar a aplicar desde ya”, pero como la mejor forma de demostrar el movimiento es andando, aunque sea a pasos cortos, lo mejor es que deje a un lado los lemas publicitarios, se remangue y se ponga manos a la obra, y que mejor forma de hacerlo, que garantizando igualdad de oportunidades para todas las familias interesadas en este asunto. Eso suponiendo que quiera ser creíble.

Antonio Martínez

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