El acusado de asesinar a puñaladas al hombre con el que compartía piso en Yeles (Toledo) en 2022 ha reconocido que lo mató para impedir que llevase a cabo las amenazas de muerte que había proferido contra su familia en Colombia, a raíz de una disputa sobre drogas.
Según ha explicado el acusado en su declaración durante la primera jornada del juicio con jurado que se lleva cabo en la Audiencia Provincial de Toledo, el fallecido le exigió conocer la receta de una droga y amenazó con matar a su familia en Colombia, de donde ambos eran naturales.
El acusado, que tenía 19 años cuando sucedieron los hechos, ha relatado que el día de los hechos tanto él como el fallecido, de 49 años y con el que convivía desde hace «menos de una semana», volvieron a casa tras haber estado cinco días de fiesta y haber ingerido distintos estupefacientes, y éste le exigió los «conocimientos» que tenía sobre la elaboración de una droga.
A la mañana siguiente continuó la disputa y ha afirmado que el fallecido le amenazó con matar a su familia en Colombia, ante lo cual a él le entraron «mucho miedo y muchos nervios» porque consideraba que era capaz de llevar a cabo sus amenazas, ya que «no era buena persona» por lo que había visto de él y también por lo que le habían contado.
Asimismo, ha sostenido que el acusado también iba armado cuando se acometieron en la mañana del 27 de mayo de 2022 en el portal de su vivienda en Yeles, ya que cuando él salió al coche a por un cable para cargar el móvil le vio con un cuchillo a través de la ventana, por lo que él cogió también otro cuchillo del vehículo.
Según su declaración, durante la pelea en el portal él sufrió un corte en una ceja y, al verse sangrando pensó «que me había sacado el ojo; por eso reacciono de una forma tan agresiva», mientras que ha añadido que las puñaladas que asestó no iban dirigidas a hacer sufrir a la víctima sino a «terminar con la vida de él» para evitar que llevase a cabo sus amenazas.
El acusado ha respondido que si retiró el cadáver del rellano fue para evitar a las vecinas «una escena terrorífica» y no para ocultar el hecho, porque a la vez ha sostenido que no cerró la puerta del piso a la espera de que llegase la Guardia Civil o la Policía Nacional.
El abogado defensor, Manuel Argüello, ha explicado en declaraciones a los medios tras la primera sesión que tratarán de demostrar con las pruebas practicadas que no existió ni ensañamiento ni alevosía en la muerte, como sostiene la Fiscalía que pide para el encausado 25 años de cárcel.
Argüello ha indicado que su defendido «reconoce que lo hizo» y da «una justificación del porqué; y es básicamente porque tenía miedo», pero ha recordado que es necesario esperar a la declaración de los seis testigos y las pruebas periciales, como los informes forentes, para determinar si su actuación «está amparada o no en derecho».
El letrado de la defensa ha reconocido que hay muchas heridas para que sea considerado un delito de homicidio, pero sí que tratará de conseguir que quede demostrado que no hay ensañamiento, «que no se pretende generar dolor», ni tampoco alevosía.
El ministerio fiscal, por su parte, ha pedido al jurado que contemple los hechos «desde la lógica» y ha afirmado que el acusado propinó hasta 28 puñaladas a la víctima cuando éste no se podía defender, después del primer acometimiento, y que intentó borrar las huellas de lo ocurrido fregando el rellano, algo que el acusado «no recuerda» haber hecho.
Ha remarcado que el informe forense recoge hasta 50 heridas en la víctima, que falleció por cuchilladas en la arteria tiroidea superior y la vena yugular interna, por lo que sí considera que hubo ensañemiento y alevosía.
El juicio ha comenzado este lunes con la constitución del jurado, compuesto por seis hombres y tres mujeres, y la declaración del acusado, y está señalado hasta el viernes