Como bien es sabido ya por todos, y sufrido, un apagón azotó a España, Portugal y parte de Francia desde las 12.30 horas aproximadamente de ayer lunes hasta bien entrada la madrugada, lo que hizo que Albacete y miles de municipios se fueran sumando paulatinamente a un caos difícil de gestionar para una sociedad que vive ‘enganchada’ a un enchufe. Tras las primeras horas de desconcierto, los supermercados se convirtieron en un punto masivo de afluencia y los carros llenos de víveres, y de papel higiénico, trajeron a la memoria de todos imágenes que ya creíamos desterradas de nuestras retinas y que nunca más volveríamos a ver. Supermercados arrasados, como en pandemia, se volvieron a ver ayer en Albacete.
De los primeros productos que se acabaron fue el agua embotellada, pues el hecho de que no funcionaran los grupos de presión en los edificios provocó que cientos de hogares de Albacete se quedaran sin suministro de agua potable.

¿Qué buscaban los vecinos de Albacete?
Alimentos no perecederos, panes de molde y similares, papel higiénico, leche y arroces y pasta, siguieron en la lista del orden de prioridades de los albaceteños.
Por suerte, que muchos supermercados de Albacete dispusieran de generadores ha hecho que las cajas pudieran permanecer abiertas y el cobro, al menos en metálico, pudiera realizarse.
La otra cara del consumismo de necesidad se dio en bazares chinos y ferreterías, donde la demanda de velas, linternas, pilas e incluso transistores, se disparó en apenas unas horas.