OPINIÓN | El nuevo impuesto del agua y la carta del PSOE

Artículo de opinión de Vicente Aroca

El canon del agua ha venido, nadie sabe cómo ha sido. Bueno, lo sabemos perfectamente: lo implantó con nocturnidad y alevosía la Junta de García-Page un 31 de diciembre, para que entrara en vigor el día 1 de enero y pasara a engordar los recibos del agua de todos los castellano-manchegos.  Un regalito de Año Nuevo que se hace a sí mismo el Gobierno regional, a costa de todos los ciudadanos y empresas.

El agua del grifo, esa misma agua que los bares y restaurantes tienen obligación de servir gratis a sus clientes, nos sale este año bastante más cara. La excusa es, como casi siempre, Europa.  Ay, Europa, cuántos desmanes se cometen en tu nombre.

En el último recibo del agua ya aparece ese nuevo impuesto. Y en el caso de la ciudad de Albacete, el recibo venía acompañado de una carta del alcalde informando del nuevo concepto. Ahora que tanto se exige a los políticos que practiquen la transparencia, debería de ser una buena noticia que se informe con claridad a los paganos de todo lo que les afecta.

Sin embargo, la misiva explicativa no ha sentado bien a los socialistas, que han reaccionado enviando un mailing masivo a todos los domicilios, donde contestan a Manuel Serrano. Bien es cierto que esa nota indiscriminada no la firma nadie, y está suscrita genéricamente por el “Partido Socialista de Castilla-La Mancha”.  

No deben de tener la conciencia muy tranquila los socialistas castellano-manchegos, porque en su “carta de aclaración”, como ellos mismo la llaman, no dan ni un solo argumento que justifique el nuevo impuesto. Se limitan a decir que “no es un impuesto de Page sino europeo”. A ver si va a resultar que el Diario Oficial de Castilla-La Mancha se edita en Bruselas, y no en Toledo, como todos pensábamos.

También afirman que el canon “no supone una estacada fiscal” (querrán decir estacazo o estocada, porque estacada es otra cosa). ‘No os quejéis, que no es para tanto, podría ser peor’, vienen a decir.  

Supongo que Page, aunque no firme la carta, la habrá leído y le habrá dado el visto bueno. Y eso sí es preocupante, porque en ella llaman “impuestos locales” a la tasa o precio público del agua y la basura, como insinuando que no es sólo la Junta la que cobra ese tipo de impuestos. Si un político profesional como Page -que lleva cuarenta años siendo cargo público- no sabe distinguir conceptos tributarios tan básicos, mal estamos. 

Para colmo, los socialistas terminan su escrito asegurando que “en Castilla-La Mancha habrá un sin fin de deducciones fiscales por familias numerosas, personas con discapacidad o víctimas de violencia de género”.  Si se refieren a las deducciones generales en el IRPF, nada tienen que ver con este nuevo impuesto, que tanto defienden con tan pobres argumentos. Y si se refieren a bonificaciones concretas del famoso canon del agua, no sabemos a qué esperan para ponerlas en marcha de manera fácil y accesible, si tan justas les parecen.

En fin, que lo único cierto e innegable es que la Junta ha creado de la nada un nuevo impuesto, y que además se lo va a embolsar al menos en tres cuartas partes de su importe.

Así que, señores del PSOE de Castilla-La Mancha, no nos envíen más cartitas negando lo evidente. Ya que nos suben los impuestos, no pretendan también tomarnos por tontos. 

Vicente Aroca Sáez

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