La Base Aérea de Los Llanos en Albacete es una de la varias con las que el Ejército del Aire y del Espacio cuenta en España. Además del trabajo del día a día y de las misiones que los militares de esta base, y pertenecientes al Ala 14, puedan llevar a cabo en Albacete y otros puntos de España y del mundo, cabe destacar que siempre, los 365 días del año y durante las 24 horas, varios pilotos y mecánicos están prestos y dispuestos en Albacete para que, en caso de activarse la alerta de ‘Scramble’, en menos de 15 minutos uno de los Eurofighter de la Base de Los Llanos pueda ponerse en vuelo.
¿Cuánto tarda un caza del Ejército del Aire y del Espacio en despegar en caso de amenaza o alarma?
— Ejército del Aire y del Espacio (@EjercitoAire) March 7, 2025
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El término ‘scramble’ proviene del inglés y literalmente significa ‘lucha’, aunque en aviación se entiende como ‘alerta de reacción rápida’, y se trata de un despegue de emergencia que ha de llevarse a cabo cuando alguna aeronave no identificada invade un espacio aéreo concreto tras no haber informado previamente de su plan de vuelo o no responder a ningún tipo de comunicación.
Siempre preparados en Albacete
La reacción de pilotos y mecánicos debe ser tan rápida que en menos de 15 minutos, un ‘caza’ de combate debe pasar de estar ‘estacionado’ en el hangar a estar en el aire, siendo a partir de ese momento, tras alzar el vuelo, cuando el piloto va a conocer realmente el motivo por el que se ha activado el ‘scramble’ y cual es su misión.

Hay varios tipos de ‘scramble’, siendo los más destacados el ‘alpha scramble’ y el ‘tango scramble’. El primero de ellos es una alerta que avisa de la realidad de los hechos y activa a los aviones, pilotos y militares para una misión de seguridad aérea. En cambio, el ‘tango’ es una alerta de entrenamiento, una simulación que ayuda a estar preparados de cara a una intervención real.

Desde Albacete y en pro de la seguridad de toda España
Así pues, tanto en la de Albacete como en otras de territorio español, siempre hay aeronaves, pilotos y mecánicos preparados para que, en caso de ‘scramble’, un caza del Ejército del Aire y del Espacio pase de la nada al todo en menos de 15 minutos para velar por la seguridad aérea de todo un país.
Aunque pueda parecer lo contrario, la activación de la alerta ‘Alpha Scramble’ es más común de lo que parece, habiendo pasado a la historia de la aviación militar española la que se activó en Albacete el 11 de noviembre de 1979, tras la que el capitán Fernando Cámara tuvo que despegar en un Mirage F-1 desde la Base Aérea de Los Llanos en busca de un OVNI que hizo que un avión comercial de la compañía ya desaparecida TAE, que volaba desde Salzsburgo (Austria) a Las Palmas de Gran Canaria con 109 pasajeros a bordo, tuviera que desviar su rumbo y aterrizar de emergencia en el Aeropuerto de Manises (Valencia) tras detectar el piloto unas luces rojas que sembraron el pánico y el desconcierto entre la tripulación.

Tras descalificarse los documentos oficiales que recogieron aquel suceso y al haber tenido que despegar un avión desde Albacete para buscar aquel OVNI, en El Digital de Albacete hablamos en su momento con el capitán Fernando Cámara, el piloto que aquel frío 11 de noviembre de 1979 despegó desde Albacete tras activarse la alerta ‘Alpha Scramble’ y tuvo que buscar aquel objeto no identificado al que nunca pudo dar alcance aunque sí lo vio, y que a día de hoy todavía tiene intrigado a este ávido militar ya jubilado.
Despegó de Albacete de urgencia buscando un OVNI
A continuación, les reproducimos de manera íntegra el reportaje que desde El Digital de Albacete hicimos en su momento para describir aquel misterio y que recoge los documentos desclasificados, la conversaciones entre los pilotos y la torre de control y una entrevista al propio Fernando Cámara:
El 11 noviembre de 1979, un Supercaravelle de la compañía ya desaparecida TAE, volaba de Salzsburgo a Las Palmas de Gran Canaria con 109 pasajeros a bordo. Tras hacer escala en el aeropuerto de Palma de Mallorca, el Comandante Javier Lerdo de Tejada, con 14 años de experiencia como piloto comercial y más de 8.000 horas de vuelo, iniciaba el despegue rumbo a las Islas Canarias acompañado en la cabina de aquel avión de su copiloto, Ramón Zuazu, y del mecánico Francisco Javier Rodríguez.
Pasadas las diez de la noche, Lerdo de Tejada, Zuazu y Rodríguez, observaron ‘un tráfico desconocido’ que se aproximaba a ellos a gran velocidad. “¿Confirma usted si tenemos algún tráfico próximo a nosotros, a nuestra izquierda, aproximadamente a unas cuatro o cinco millas?”, preguntó el Comandante a la Torre de Control del Aeropuerto de Barcelona. “TAE 297. Negativo. No hay tráfico notificado”, expresó el controlador aéreo.

“Tenemos dos señales de luces rojas como a unas tres millas, a las diez de nuestra posición. Aproximadamente a la misma altura”, manifestó de nuevo Lerdo de Tejada. “¿A las diez de la posición a unas tres millas a la izquierda de su posición ahora?”, preguntaron desde la Torre de Control. “Afirmativo. Sí. Cuando pueda me informa usted sobre ese tráfico”, requirió el Comandante del vuelo JK-297. “TAE 297, no tenemos ningún tráfico procedente en esa ruta. Es usted el único que está que procede Ibiza-Alicante”, indicó el controlador desde la torre.

Aquello, fuera lo que fuera, estaba demasiado cerca del avión pilotado por Lerdo de Tejada y realizaba maniobras imposibles, pareciendo según los testigos “que estaban jugando con el avión”. Al mismo tiempo y desde la Estación de Vigilancia Militar EVA 5 de Benidorm, se localizaron hasta cinco ecos en los radares de objetos no identificados que surgieron de la nada.

“¿Me confirma el tipo de avión que puede ser este tráfico?”, preguntó el Comandante Lerdo de Tejada a la Torre de Control pasados unos minutos desde la anterior comunicación, “TAE 297, ¿me confirma si va en su misma dirección?”, preguntó el controlador aéreo. “Afirmativo. Lo tenemos cada vez más cerca”, aseguró con rotundidad el piloto antes de indicar que, “Solamente puedo ver dos luces rojas sin flashing”. “He incrementado el rate de ascenso a través de 280 y el tráfico este sube mucho más rápido que nosotros y se acerca cada vez más”, espetó Lerdo de Tejada.
AUDIO ORIGINAL DE LA CONVERSACIÓN ENTRE EL COMANDANTE LERDO DE TEJADA Y LA TORRE DE CONTROL

Ante esta situación de máxima alarma, el Comandante optó por cambiar el rumbo establecido y realizar un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto de Manises (Valencia). Fue en aquel momento cuando desde la torre de control del Aeropuerto de Barcelona se solicitó la intervención inmediata del Ejercito del Aire para intentar identificar a aquel objeto volador no identificado que había hecho aterrizar de emergencia al vuelo JK-297. Fue esta la primera vez que un vuelo comercial suspendía un vuelo en la historia de la aviación española por la presencia de un O.V.N.I.

Fue entonces cuando un Mirage F-1 de la Base Aérea de los Llanos de Albacete, pilotado por el experimentado Capitán Fernando Cámara, salía en misión de ‘scramble’ con un objetivo claro, interceptar al intruso que había violado el espacio aéreo español.

‘El Digital de Albacete’ ha charlado en directo con el propio Fernando Cámara para conocer de primera mano esta historia y repasar como fueron aquellos momentos desde que tras la alarma de scramble hubo de subirse de emergencia a su avión, hasta que regresó a las instalaciones albaceteñas de la Base Aérea de Los Llanos después de haber intentado cazar un O.V.N.I. “En la Base Aérea de Albacete se hace un servicio de 24 horas de alerta, en el cual hay siempre un avión que está en disposición de despegar en 5 minutos cuando es de día y en 15, si es por la noche”, indica Fernando Cámara a nuestro micrófono.

“Realizando funciones de Policía Aérea, debíamos responder a la emergencia de aquel piloto comercial que había aterrizado de emergencia en Manises y a los requerimientos del Jefe de Aeropuerto”, expresa el Capitán al mismo tiempo que reconoce que “hacer scramble era algo habitual en Albacete y salíamos muchas veces; un avión ruso que se había metido por el Mediterráneo…. Un avión americano que iba sin plan de vuelos…”, sin embargo, y con voz entrecortada por todavía hoy no comprender como humano lo que le tocó vivir aquella fría noche de noviembre de hace casi 39 años, Fernando Cámara expresa que “fue la primera y la única vez que tuve que realizar un scramble durante mi carrera profesional para cazar un O.V.N.I”.

Cámara recuerda aquella noche como si fuese ayer. “A las 23:26 horas sonó la sirena de ‘scramble’, subí al F-1 y despegué con el vector, la altura y la velocidad que me indicaron”. Fue ya una vez en vuelo cuando desde ‘Pegaso’, “me ordenaron que me dirigiera a Valencia porque un avión comercial había aterrizado de emergencia en el Aeropuerto de Manises ya que según su versión le perseguían unas luces que no dejaban ningún eco en el radar”, recuerda Cámara al micrófono de El Digital de Albacete mientras cuenta que una vez arrivado al punto de destino “ví una luz como la que había descrito el piloto del vuelo comercial. Estaba en la vertical del aeropuerto de Valencia, a unos 18.000 pies de altura, 2.000 por debajo de mí”.

Fue entonces cuando el F-1 de Cámara descendió a la altura de aquella luz y al llegar a sus inmediaciones, “pasó en un instante de estar parada a 18.000 pies a ponerse a 1000 km/h, que era aproximadamente la velocidad con la que yo llegué a su posición”, relata el piloto militar ya retirado.

Aquella luz, Cámara asegura que “cambiaba de color alternativamente” y que “la estaba viendo con total claridad”, sin embargo y sorprendentemente, en su radar, “tampoco dejaba ningún eco”. “En ninguno de los modos”.

Pero aquel objeto volador no identificado no solo era invisible para los radares, también lo fue para “los detectores infrarrojos” instalados en las cabezas de los “misiles de defensa que portaba en mi F-1“, expresa el Capitán a nuestro micrófono.

Aquel O.V.N.I, “no era una fuente de calor para los detectores infrarrojos y tampoco dejaba ecos en ninguno de los radares”, afirma de manera tajante Fernando Cámara mientras todavía sorprendido relata como “estando en las inmediaciones de la luz, mi avión detectó que a mí me estaban iluminando con una fuente de radar que procedía de aquel foco”. Al mismo tiempo, “no pude encontrar ninguna frecuencia de mi radio que estuviese libre de interferencias para poder comunicarme con claridad con la ‘Torre de Control Madrid-Pegaso’”, recuerda.

Por órdenes de sus superiores, “Seguí a la luz hasta Zaragoza”, manifiesta Cámara al mismo tiempo que indica que fue sobrevolando la capital maña cuando, “me indicaron un nuevo vector hacia la costa porque había que intentar subsanar otra emergencia y ahí terminó mi experiencia con aquel O.V.N.I.”

Casi 39 años después el Capitán Cámara sigue “sin saber qué era aquella luz”, pero tiene clarísimo que “la tecnología que usaba aquel objeto no era normal ni conocida”. Incluso, afirma que a día de hoy y a pesar de todas las evoluciones que ha habido en el mundo de la aviónica y la aeronáutica, “con la tecnología de la que disponemos todavía no podemos hacer las cosas que hizo aquel objeto”. Por ello y después de prácticamente dos décadas, “Sigo sorprendido. Realmente era un objeto extraño”, afirma sin dudar Fernando Cámara para concluir esta entrevista.

Lo peor de esta historia es que nunca sabremos qué era aquel objeto volador no identificado, invisible a los radares y a los detectores por infrarrojos de temperatura, que fue capaz de pasar de 0 a 1000 km/h en tan solo segundos y que obligó por primera vez en España a un vuelo comercial a aterrizar de emergencia.

¿Estamos solos en el cosmos? Un avión despegó desde Albacete para intentar dar respuesta a esa pregunta. El final, ya lo saben. Saquen ustedes sus propias conclusiones.