Una iniciativa del Albacete Balompié y la ordenanza cívica municipal de Albacete chocan de bruces, y ocupan lugares antagónicos. En lo que a la ciudadanía respecta, a buen seguro que habrá disparidad de opiniones en este tema y habrá gente a favor y gente en contra, pero no deja de llamar la atención que una entidad como el Albacete Balompié se enfrente tan directamente a las normas de convivencia regladas por el Ayuntamiento y que la Policía Local de Albacete, como encargada de velar por su cumplimiento, debe sancionar en caso de que alguien no las respete.

Jugar al fútbol en las plazas y calles de Albacete
En concreto, hablamos de jugar al fútbol o a la pelota en las plazas. Algo tan sencillo y controvertido a la vez, pues mientras es lógico que los niños, como niños que son, tienen que jugar, ya sea a la pelota o a cualquier otro juego, no tiene por qué haber vecinos que aguanten un día tras otro el sonido de los balonazos en las portadas de su garaje o que, incluso, se pueda romper algún cristal tras un buen pelotazo.

Vaya por delante que este artículo no va destinado a posicionarse hacia ninguno de los dos bandos ni a criticar el otro, pero sí a decir que llama la atención que la iniciativa del Albacete Balompié se llame ‘Sí al fútbol en las plazas’ y que la Policía Local de Albacete publique un post en ‘X’ que, literalmente, reza tal que así: “¿Jugar al balón en la plaza? No. Las normas están para convivir mejor ¡Respetemos los espacios públicos! #Civismo”.
Ordenanza Cívica Municipal de Albacete
Recoge la Ordenanza Cívica Municipal de Albacete al respecto que “no está permitida la práctica de juegos y de competiciones deportivas masivas y espontáneas que perturben o impidan el normal uso y disfrute del espacio público por los demás usuarios”, añadiendo que “no está permitida la práctica de juegos con instrumentos u otros objetos que puedan poner en peligro la integridad física de los usuarios en espacios públicos, así como la integridad de los bienes, servicios e instalaciones tanto públicos como privados”. Además, en muchas plazas de Albacete y en calles peatonales, propensas siempre a que se puedan producir este tipo de juegos, hay señales verticales que recogen la ‘Ordenanza reguladora de los espacios públicos de Albacete para fomentar y garantizar la convivencia ciudadana y el civismo’, y en las que se especifica que entre esas “competiciones deportivas masivas y espontáneas” está el fútbol y que, los balones, están entre los “instrumentos u objetos que pueden poner en peligro la integridad física de los usuarios en espacios públicos, así como la integridad de los bienes, servicios e instalaciones tanto públicos como privados”.

Ante tal normativa, es lógico que la Policía Local de Albacete haga apología del civismo en sus redes sociales y recuerde la obligación de acatar y cumplir dicha ordenanza, se esté de acuerdo con ella o no por parte de la ciudadanía, y que en caso de sorprender a alguien incumpliéndola proceda a imponer una sanción económica que, como también recoge la ordenanza, oscila entre los 121 y los 1500 euros. Eso sí, antes de la multa y tal y como también recoge la ordenanza, “los agentes de la autoridad en los casos previstos en el artículo anterior podrán requerir a estas personas para que cesen en la realización de las prácticas no permitidas, procediendo en caso de persistir en su actitud a su denuncia para su posterior sanción”.

Por otro lado está el Albacete Balompié, que como un club de fútbol que es, es normal que tire del lado más romántico de este deporte y abogue por aquello de hacer unas porterías con dos mochilas al salir del colegio y, bocata en mano, forjar ‘futbolistas cancheros’, esos que son más habilidosos que fuertes y que pueden sacar partido de poca cosa por su oportunismo. También podemos llamar ‘cancheros’ a esos que saben usar el llamado ‘otro fútbol’ y que, como decía Víctor Espárrago, exentrenador del Albacete, cuando vas ganando y llega un determinado minuto de partido, el fútbol se acaba y empieza eso de no desaprovechar la ventaja en el marcador sea como sea.

A ser canchero y el otro fútbol se aprenden en las calles y las plazas, pues los antiguos futbolistas de calle se forjaban a sí mismos en parques y plazas de los pueblos y ciudades, jugando contra otros niños mucho mayores que ellos, y haciéndolo de una manera alejada de los métodos y las academias que unifican pensamientos y controles de balón.

En los tiempos que corren, ya no hay jugadores que se formen en las plazas o los parques, eso ya es parte del pasado, y quizá sea por las ordenanzas cívicas, pero volvemos al principio y nos chocamos con eso de ¿por qué un vecino tiene que estar aguantando día sí y día también balonazos y más balonazos en las portadas de su garaje?. ¿Controvertido? Sin duda. ¿Lógico? también.

Lo que no es tan lógico, por mucho que tiremos de romanticismo, es que el Albacete Balompié vaya contra las normas y abogue por que no exista ese apartado en una ordenanza cívica que está destinada a fomentar y garantizar la convivencia ciudadana y el civismo. Es como si el Albacete Balompié fomentara el aparcar en doble fila porque en las inmediaciones del Carlos Belmonte no es fácil encontrar estacionamiento los días de partido.

Quizá, y sólo es una reflexión, el Albacete Balompié lo que debería hacer, en vez de ir contra el civismo, es abrir de par en par las puertas de su Ciudad Deportiva, esa que un día se construyó con dinero público, y dejar que los niños jueguen gratis en ella como si de una plaza se tratara. Con las normas de la calle, pero con más seguridad para los pequeños, más civismo y más prestaciones. Todo son ventajas. Eso sí, como no son lo mismo los ‘dátiles’ que los ‘tomátiles’, ni llamar que salir a abrir, es más fácil hacer un vídeo que, precisamente y hablando de abrir, abrir de par en par la Ciudad Deportiva a los niños de Albacete.