El Gobierno de Castilla-La Mancha está muy pendiente de cómo pueden afectar a la comunidad autónoma las medidas que está poniendo en marcha el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en particular a la agricultura de la región por la posible aplicación de aranceles.
El Ejecutivo autonómico siempre está pendiente de cualquier cuestión que pueda afectar a los productores de la región y siempre que hay alguna decisión en el ámbito global «venga de Estados Unidos o de donde venga», ha comentado Padilla, al ser preguntada por la posibilidad de Trump ponga aranceles a productos agroalimentarios como el vino y el aceite procedentes de la UE.
«Desde el Gobierno de la región, y concretamente desde la Consejería de Agricultura, estamos muy pendientes y muy cercanos a los productores y a las organizaciones agroalimentarias», por lo que en la medida que sea posible desde el Gobierno regional se trasladará al Ministerio de Agricultura que plante cara «a unas posiciones que son totalmente ilógicas», ha añadido la portavoz del Ejecutivo autonómico.
Padilla ha admitido que hay preocupación en el Gobierno de Castilla-La Mancha, porque según ha dicho: «Las cuestiones que está lanzando Trump afectan a nivel global a todo el mundo, no sólo en lo que tiene que ver con a agricultura y la ganadería, sino prácticamente al orden mundial, a la economía, a las relaciones comerciales y diplomáticas».
Intranquilidad en Castilla-La Mancha
También se ha referido a esta cuestiones el vicepresidente segundo del Gobierno regional, José Manuel Caballero, quien ha afirmado en Ciudad Real: «Castilla-La Mancha no puede estar tranquila, después de que lamentablemente, lo que venía anunciado el presidente Trump se ha cumplido».
«Es verdad que es bueno que los políticos cumplan sus promesas, pero hay promesas que mejor que no se cumplan», ha mantenido Caballero, que ha advertido que establecer aranceles a los productos agroalimentarios de Europa y de manera particular a los de España y Castilla-La Mancha, «puede hacer sufrir mucho» a estos países y regiones, si realmente llegan a establecerse.
A juicio de Caballero: «La solución no es poner límites a los mercados, la solución no es el proteccionismo de país y desde luego la solución no es el populismo de los americanos primero, sino que la solución en un mercado global como en el que estamos es que todos tengamos la oportunidad de vender, de comprar, de comercializar. y sin duda de competir, que es de lo que se trata y a lo que aspiramos».