El día de Reyes es muy especial para muchos por su magia, especialmente para los amantes del Roscón. Pero también es un día cargado de trabajo para aquellas manos que elaboran miles de ellos para que los vecinos de Albacete disfruten del tradicional Roscón de Reyes alrededor de la mesa. En cualquier caso, es un día mágico, repleto de trabajo, pero con mucha ilusión. Para Sofía Sahuquillo ha sido un día doblemente especial, ya que tras 47 años de trabajo en la Confitería ‘La Suiza’ de Albacete, Sofía ha cerrado una etapa para abrir otra que da paso a su jubilación.
Sofía Sahuquillo es toda una institución en la calle Concepción, conocida por muchos vecinos de Albacete, que durante estos días han aprovechado su tradicional parada en La Suiza para hacerse con el Roscón de Reyes y despedirse de Sofía. Durante los últimos 47 años, esta albaceteña ha estado detrás del mostrador de La Suiza, siempre con una sonrisa, dispuesta a atender a sus clientes con la amabilidad y la generosidad que la caracteriza.
En los años 70, una jovencísima Sofía entró por primera vez a trabajar en esta icónica confitería de Albacete. Con apenas 16 años comenzó su andadura laboral, y ahora, tras casi 5 décadas de trabajo, toca despedirse y descansar. Eso sí, Sofía Sahuquillo se marcha de La Suiza, pero se queda en el corazón de sus clientes y compañeros, que le han hecho llegar mucho cariño durante estos días y le han agradecido en innumerables ocasiones la cantidad de sonrisas que les ha sacado en el día a día, en el transcurso de más de cuatro décadas.
Esta albaceteña pone punto y final a su etapa tras el mostrador de La Suiza en Albacete
Sofía Sahuquillo confiesa a El Digital de Albacete que “lo voy a echar de menos”, y asegura que La Suiza “ha sido mi casa durante muchos años”. Además, destaca que “me voy muy satisfecha, con el cariño de los clientes y de mis compañeros, y con la satisfacción que da el trabajo bien hecho”. Con tan solo 16 años, esta albaceteña comenzó a trabajar en la confitería, que “por aquel entonces estaba situada en la calle Marqués de Molins, 3, al lado del Gran Hotel”, pero con el paso de los años, “te vas haciendo madre, y luego abuela”, como explica Sofía, que señala que “siempre he mantenido mi prioridad clara, que es que el cliente se fuese contento”.
A sus 64 años de edad, Sofía Sahuquillo pone punto y final a su vida laboral, aunque confiesa que “tengo un poco de morriña”, y explica que “he llorado mucho con todos los mensajes tan bonitos que me han enviado”. “Terminas de trabajar y la gente lo agradece, y que tus compañeros te aprecien es una recompensa muy grande que te llevas”, asegura, y manifiesta que “hay mensajes muy bonitos de personas que dicen que les he hecho los días menos grises, y otras muchas que se han acordado de sus madres y abuelas, que ya no están, pero que he podido compartir mucho con ellas”.
“Un trocito de mí siempre se va a quedar en La Suiza”
Y es que personas como Sofía, que terminan por hacerse rostros conocidos en la ciudad, son las que forman parte de la historia viva de Albacete. “He sacado sonrisas y con eso ya estoy contenta. La gratitud de la gente es lo más importante, además del trabajo bien hecho y con dignidad, que es doblemente agradecido”.
Sofía Sahuquillo Navarro asegura a El Digital de Albacete que “un trocito de mí siempre se va a quedar en La Suiza”, y además la saga de las Navarro no acaba con Sofía, ya que su prima, Bienve Lizán, también trabajadora de La Suiza junto a Sofía, seguirá detrás del mostrador, con esa sonrisa y amabilidad que las caracteriza. “Terminar el trabajo para mí fue una satisfacción, y más con ella”, señala.
La despedida de Sofía fue por todo lo alto, y hasta La Suiza se desplazaron amigos y compañeros para disfrutar del último día de trabajo entre Roscones de Reyes. Con la mirada puesta en el futuro, Sofía promete “disfrutar ahora de mis nietos, y seguir disfrutando de las cosas pequeñas”.
