¿Qué significa ser piloto en el Ala 14 del Ejército del Aire y del Espacio con base en Albacete?

Ser piloto militar es ser soldado, pues en el combate aéreo, el primer soldado es el piloto. Esta dualidad les hace diferentes de aquellos que combaten en otros dominios

El concepto de piloto no puede entenderse sin su relación directa con el liderazgo. La propia RAE establece que un piloto es la “persona que dirige un avión”. Pero más allá de la semántica, ¿Qué significa ser piloto en el Ala 14 del Ejército del Aire y del Espacio, con base en Albacete, o en cualquiera de las otras alas de la disciplina castrense aérea española?

Ante todo, ser piloto militar es ser soldado, pues en el combate aéreo, el primer soldado es el piloto. Esta dualidad les hace diferentes de aquellos que combaten en otros dominios.

Además, el liderazgo de un piloto no puede entenderse sin el trabajo en equipo. O más bien, en los equipos, pues el piloto es la cabeza visible de varios: el de la formación de aviones de combate, o dentro de la tripulación para el resto de aeronaves; el de pilotos con controladores, sean tácticos o de circulación aérea; el de equipos de operaciones aéreas especiales; el de tripulantes con personal de línea, y en su máxima expresión aeronáutica, el que conforman aeronaves con capacidades diferentes en una misión de empleo del poder aéreo.

En el plano individual, ser piloto exige, ante todo, la necesidad de planear y actuar con precisión. Sin margen para el error, el piloto asume con responsabilidad su misión, consciente de los riesgos y las implicaciones de sus decisiones.

El piloto debe estar siempre listo para actuar con flexibilidad, rapidez y eficacia, en ocasiones con limitaciones de tiempo y bajo presión. Por eso es tan importante para un piloto dominar las situaciones con templanza y serenidad. Y para ello, la preparación exhaustiva de cada detalle del vuelo, especialmente de las posibles contingencias y desviaciones de lo planeado, es esencial para el éxito de la misión: el perfil de piloto temperamental e impulsivo solo triunfa en la ficción.

Por todo lo anterior, para ser un buen piloto se requiere competencia, dedicación, estudio, esfuerzo personal y afán de superación. Todo ello sin olvidar la importancia de disfrutar de la misión y de asumir cada una como un gran reto que afrontar en equipo, con energía, entrega e ilusión.

/Texto y foto: Web del Ejército del Aire y del Espacio/

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