La riada que arrasó con varios municipios de Valencia el pasado mes de octubre cambió la vida de los vecinos de estas localidades en tan solo unas horas. Un mes después, los habitantes de Paiporta, Benetússer o Catarroja no han podido volver a su normalidad, ya que el día a día de estos pueblos continúa pasado por barro. Una situación que ha partido en dos la vida de los vecinos valencianos con terribles consecuencias. La riada ha dejado decenas de centros educativos arrasados, y a consecuencia de esto, decenas de estudiantes han sido acogidos en centros educativos de la provincia de Albacete, donde estudian en la actualidad.
Varios escolares de estas zonas afectadas de Valencia se han trasladado hasta centros educativos de la provincia de Albacete hasta que sus colegios e institutos puedan recuperarse de los daños que causó la riada. Es el caso del colegio Eduardo Sanchiz de Tarazona de la Mancha (Albacete) quien ha acogido a 5 escolares de Paiporta, que se encuentran con su familia estas semanas en la localidad. El colegio los ha recibido con los brazos abiertos y han puesto todos los recursos necesarios a disposición de las familias para facilitar la adaptación de los pequeños en la medida de lo posible.
Martín Ramírez es el director de este colegio de Tarazona de la Mancha, que ha acogido a 5 alumnos de Paiporta, así como el Instituto José Isbert de esta localidad, que se ha convertido en el centro educativo de 2 alumnos más del mismo municipio valenciano. Martín Ramírez recuerda que el primer lunes tras la riada que tuvo lugar el pasado 29 de octubre, “se incorporaron dos niñas que se trasladaron aquí desde Paiporta con su abuela” y con el paso del tiempo fueron 3 alumnos más los que se unieron a la actividad del centro educativo.
El ‘cole’ de Tarazona de la Mancha (Albacete) acoge a niños de Valencia
“Tarazona de la Mancha y Valencia están muy conectadas, hay muchas personas de aquí que viven en municipios valencianos”, indica Ramírez, que señala que esta situación ha hecho que tras los efectos de la DANA, “varios niños se hayan desplazado hasta el pueblo”. Generalmente, los familiares de los escolares “aprovechando que tienen raíces aquí, nos pidieron si los podríamos acoger para mantener la normalidad en la medida de lo posible y no sufrir el cambio drástico de vida que iban a pasar si se quedaban en Paiporta”.
Una adaptación que ha transcurrido con bastante normalidad, ya que los niños también suelen pasar algunos períodos vacacionales en el pueblo. Eso sí, cabe destacar que los escolares vienen de vivir una situación delicada, y por ello, el colegio ha puesto a su disposición el equipo de orientación y apoyo. Sostenía que debido a lo que los niños han podido vivir a raíz de esta catástrofe, el director del centro educativo explica que puede ser que “hayan sufrido algún tipo de trauma, y en ese caso, es importante que reciban un tratamiento especial y una respuesta educativa acorde a su problemática”, indica, y señala que, por este motivo, los estudiantes “tuvieron una entrevista con el equipo de profesionales del centro para ver cómo habían sobrellevado la situación”.
“Hay alumnos que lo vivieron con normalidad y otros que si vivieron episodios complicados”, indica el director del centro, que destaca que “se ha ido organizando la integración de una manera muy sencilla, como un alumno más, a pesar de la complicada situación que viven sus familias”. Además, Martín Ramírez señala que los alumnos de Paiporta podrán quedarse en el colegio de Tarazona de la Mancha “el tiempo que necesiten. No tienen límite, aquí pueden seguir su escolaridad de forma normal durante el tiempo que haga falta”.
Toñi, abuela de dos niñas de Paiporta: “Desde el minuto cero se han volcado con nosotras”
Toñi Albiñana reside en Tarazona de la Mancha y es abuela de dos niñas residentes en Paiporta que se han trasladado hasta la provincia de Albacete tras el paso de la DANA. “El lunes siguiente a la riada me recibieron con los brazos abiertos en el colegio y me lo facilitaron absolutamente todo”, explica, y asegura que “nos han ofrecido todo lo necesario, desde el AMPA y desde los cursos del Ayuntamiento. Todos me han llamado para que las niñas puedan estar incluidas en la programación infantil y ellas se han adaptado fenomenal”. Toñi recuerda que la mayor de las hermanas, que cursa 6º de Primaria, “fue recibida por todos sus compañeros, fue muy emocionante. Desde el minuto cero nos recibieron tanto los profesores como los alumnos. Se han volcado con nosotras”.
“Mi hija no quería separar a la familia, pero las niñas soñaban con la catástrofe y con todo lo que se ha vivido en Paiporta”, explica la albaceteña, que señala que el padre de las pequeñas “estuvo 4 horas en una ventana con un hombre mayor, vieron coches pasar con gente, han perdido los vehículos y todos sus recuerdos”. Además, asegura que “las niñas no quieren ver ninguna imagen de Paiporta, ha sido muy duro para ellas y no quieren recordar nada”. Por el momento, estas niñas viajan a tierras valencianas cada fin de semana para ver a sus padres. “Los domingos se suben al coche y preguntan si van a olvidar esto”, manifiesta la abuela de las pequeñas, que opina que “no van a volver pronto al colegio, dicen que sí, pero no hay viabilidad en las calles, que continúan llenas de barro”. Por el momento, estas pequeñas permanecerán en el colegio de Tazarona de la Mancha, ya que “el director nos ha dicho que nos podemos quedar el tiempo que sea necesario”, asegura la abuela de las pequeñas.
Sara Ruipérez, madre de dos niños valencianos en el colegio de Tarazona de la Mancha: “Se nos ha partido la vida en unas horas”
Sara Ruipérez vivió cuando era pequeña en Tarazona de la Mancha y después en Albacete. En la actualidad, lleva 12 años residiendo en Paiporta junto a su familia, ya que su marido trabaja en esta localidad como Guardia Civil. Sara y sus dos hijos se han incorporado al colegio Eduardo Sanchiz y al Instituto José Isbert de la localidad, puesto que uno cursa Primaria y otro 1º de E.S.O. Una situación complicada, ya que “nos hemos trasladado mis hijos y yo, puesto que mi marido es Guardia Civil y se ha tenido que quedar trabajando”, explica Sara Ruipérez, que manifiesta que “vamos y venimos cuando podemos porque hemos perdido el coche”.
“Se nos ha partido la vida en unas horas”, indica, y señala que “hemos perdido amigos y compañeros”. En cuanto a los niños, “mi hijo pequeño no quería venir, aunque ha venido a la escuela de verano ya que pasamos algún meses en el pueblo”, explica su madre, que señala que a pesar de ello, “se ha adaptado muy bien, parece su cole, echa de menos a sus amigos y pregunta por ellos, pero está genial”.
En cuanto al hijo mayor de esta albaceteña, explica que “está pasando una época complicada a raíz de lo ocurrido con ataques de ansiedad”. Por el momento, estos escolares continuarán en el colegio del pueblo de su madre, puesto que “el centro de mi hijo pequeño es uno de los más afectados de Paiporta y no puede abrir”, explica, y manifiesta que “el instituto de mi hijo mayor lo han abierto algunas horas, y él quiere ir, pero las calles no están en condiciones, sigue habiendo mucho barro y polvo, y en casa no hay agua caliente”. “Ya no es el hecho del colegio en sí, sino todo lo demás, por ejemplo, esta semana abrió el primer supermercado y hasta ahora se vivía de los donativos”, apunta.
Francisco Cerrillo, padre de dos niños desplazados a Tarazona: “El colegio entendió la situación excepcional que estábamos viviendo y hemos sentido mucho apoyo”
Los hijos de Francisco Cerrillo también se han incorporado al colegio e instituto de Tarazona de la Mancha tras la riada que asoló Paiporta el pasado 29 de octubre. Los niños se han trasladado hasta este pueblo de Albacete con el abuelo materno, residente en Tarazona de la Mancha, mientras que sus padres tratan de reestructurar su vida en Valencia. Además, Cerrillo es Policía Local y está trabajando por la reconstrucción de Paiporta. En cuanto a los pequeños, “la recepción ha sido maravillosa, con los brazos abiertos”, indica, y señala que “el colegio entendió la situación excepcional que estábamos viviendo y hemos sentido mucho apoyo”.
“En primera instancia fue la familia de mi mujer la que contactó con el director, y Martín Ramírez enseguida se ofreció”, explica Francisco Cerrillo. “Vamos a Tarazona en verano siempre”, asegura, y añade que “los niños se han adaptado bien, están muy contentos con sus primos y con sus amigos del pueblo”.
Por el momento, estos niños continuarán estudiando en Tarazona de la Mancha al igual que otros escolares de Valencia que están distribuidos en diferentes localidades de la provincia de Albacete, para que puedan continuar el curso escolar mientras que sus colegios recuperan la normalidad.
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