Dar vida con las manos a realistas esculturas repletas de detalles y expresividad es un auténtico don. Un don que comparte con sus trabajos el escultor hellinero Manuel Contreras, apostando por impulsar el arte en la provincia de Albacete y por contribuir al importante legado escultórico tanto dentro como fuera de nuestra tierra.
Manuel Contreras, natural de Hellín, es Graduado en Bellas Artes por la Universidad de Murcia y especialista en Escultura. Una pasión que nació en este joven hellinero bien temprano y es que “desde pequeño siempre me ha gustado jugar con la plastilina”, confesaba a El Digital de Albacete. Un juego de niños que fue alimentando una pasión por la escultura que con el paso de los años trató de cultivar y profesionalizar, ya que “conforme vas haciéndote mayor, vas adquiriendo una curiosidad que te hace sumergirte de lleno en el arte”, manifestaba.
De este modo, aseguraba el escultor de Hellín que fue precisamente mientras cursaba el Bachillerato Artístico cuando tuvo la oportunidad de descubrir la escultura en mayor profundidad. Al respecto, recordaba que fue en esta etapa académica “donde toqué por primera vez el barro”, confesando que “me encantó”. Una experiencia que cambió la vida de Manuel Contreras, apostando de forma decisiva por cursar la FP de Escultura y posteriormente el Grado en Bellas Artes, donde pudo adquirir “una visión más amplia de lo que son las Bellas Artes y al arte actual en el mundo y en el mercado”, detallaba el escultor.
Sostenía que estos estudios cambiaron su visión del arte, asegurando que “entré con una concepción más purista, tradicional y clásica”. De este modo, reconocía que “me di cuenta de que el mundo del arte, hoy en día, ha cambiado totalmente aunque siempre va a tener cabida el arte clásico”, asegurando que esta tipología artística “es lo que a mí me gusta”.
El trabajo escultórico de este hellinero
El trabajo que desarrolla Manuel Contreras desde Hellín se desarrolla alrededor de dos vertientes. La primera de ellas es “la escultura civil”, detallaba el artista hellinero, incidiendo en que “es aquella destinada a embellecer espacios públicos como plazas, jardines o rotondas”. Al respecto, concretaba que se trata de creaciones escultóricas que “representan un hito o acontecimiento importante y en su mayoría las realizo en bronce”, especificando que “se trata de un fundición de este material férreo que tiene una importante durabilidad en el tiempo”.
Pero además, el trabajo de Manuel Contreras también cuenta con una importante vertiente dedicada a la imaginería religiosa. “Se trata de la representación idealizada de personajes bíblicos que aparecen en diferentes relatos de la Biblia”, detallaba el hellinero sobre las realistas imágenes a las que da vida con sus manos partiendo tan solo de un poco de barro. Pasajes bíblicos que pueden representar desde “un Judas, un prendimiento, un San Juan”, y que añadía “van destinadas a hermandades y cofradías”.
Sobre estos especiales trabajos con los que el hellinero pretende contribuir a engrandecer el legado imaginero de la Semana Santa, tanto dentro como fuera de la provincia de Albacete, explicaba que “se realizan en tallas de madera, previa realización de bocetos en dibujo y en barro para que la hermandad o el cliente de el visto bueno”. En este aspecto, cabe recordar la importante relevancia artística y cultural que emana de la Semana Santa en la provincia de Albacete, ya que por ejemplo, la Semana Santa de Albacete capital cuenta con importante tallas y conjuntos escultóricos que salen a la calle en procesiones, convirtiendo las calles de la ciudad en un verdadero museo al aire libre.
Pero si hay que destacar una Semana Santa por excelencia en la provincia de Albacete es la que se vive en las localidades de Tobarra y Hellín, citas que cuentan con la declaración de Interés Turístico Internacional. Tradición, fe y arte se dan la mano en la Semana Santa de estos municipios albaceteños, a lo que cabría sumar sus especiales tamboradas que hacen que cada año se reúnan en plazas y calles miles de personas haciendo repicar al unísono tambores y bombos.
Con sus manos, Manuel Contreras es capaz de dar forma y vida a esculturas e imágenes con el objetivo que procesionen cada Semana Santa por las calles de diferentes pueblos y ciudades de nuestro país, contribuyendo así con su arte a engrandecer esta tradición. Sin embargo, suscribía que en la actualidad “el tema económico es complicado”, ya que los encargos de hermandades y cofradías llegan cuentagotas.
Pese a ello, trasladaba a El Digital de Albacete que se encuentra trabajando en “un ángel de Pasión para San Pedro del Pinatar (Murcia)”. Además, detallaba el escultor que el pasado año realizó “la imagen del San Juan que procesiona en Albacete con la cofradía de Nuestra Señora del Calvario”. En la Semana Santa de Albacete procesionan imágenes que datan de antes de la Guerra Civil, aunque en la contienda bélica se perdió mucha de la rica imaginería religiosa con la que contaba la ciudad. Imágenes repletas de historia que se unen ahora a las nuevas obras que se incorporan a esta importante cita cultural, entre las que se encuentra la realizada por Contreras y que procesionó por primera vez el pasado año por las calles de Albacete.
Consideraba el escultor hellinero que “hay muchas cosas ya hechas”, pero consideraba que “en Albacete falta aún muchísimo por hacer y se pueden hacer muchas cosas para mejorar el patrimonio religioso”, trasladando que la Semana Santa de la capital albaceteña “necesita un impulso” en este aspecto. De este modo, expresaba que “se debería apostar por generar nuevos Misterios”, reconociendo que “esta es una opinión personal”.
La Semana Santa de Hellín, una inspiración para este escultor
La Semana Santa de Hellín, localidad natal de este escultor, está declarada de Interés Turístico Internacional. Una cita que ha servido de inspiración para Manuel Contreras, quien también destacaba la importancia de “la tamborada” en relación a la relevancia de la Semana Santa hellinera. “Me ha servido muy bien ser de Hellín porque tenemos un patrimonio artístico religioso muy bueno”, sostenía Contreras, poniendo de relieve que la localidad hellinera cuenta con obras de “muchos de los buenos escultores de la historia como Fernández-Andes, una réplica de Salzillo ya que la imagen original despareció en la Guerra, y de Zamorano”.
Sobre la figura y el trabajo de Zamorano, ponía de relieve que “fue un escultor hellinero de referencia y ha dejado como legado unas esculturas buenísimas”, obras con un sello único que confesaba Contreras forman parte de para su inspiración y “son un referente para desarrollar mi obra personal”. Pero además, también especificaba que “el Cristo Yacente de Mariano Benllure es otra obra clave”, desvelando que “incluso el Vaticano mostró interés por esta escultura”, que a día de hoy forma parte del importante legado imaginero con el cuenta la Semana Santa de Hellín.
Dedicarse a dar vida con sus manos a estas esculturas supone continuar con un importante legado artístico que cuidar, conservar y fomentar en la provincia de Albacete, incidiendo Manuel Contreras en que estas imágenes “tienen una especial relevancia e importancia según lo que pienses y creas”. Al respecto, desarrollaba que “es materializar en barro o madera algo que tú crees que de era de esa forma y que pueda causarle o despertar a la gente algún tipo de sentimiento”. En este punto, expresaba que es precisamente este aspecto “lo más difícil de la escultura”, confirmando que “si lo consigues, podemos decir que has tenido éxito”.
Sostenía el escultor de Hellín que “todo pasa por llevarlo a las calles y hacer catequesis en las calles, es decir, mostrar a la gente lo que un día relata la Biblia que ocurrió y que marcó un antes y después en la historia de la religión cristiana”. Por tanto, sostenía Manuel Contreras que realizar trabajos artísticos de este tipo supone “llevar a las calles lo que es también una forma de aprendizaje y de cultura para las personas”, pero también supone “ver tus creencias y materializarlas en una obra de arte”, algo que consideraba “es bastante importante”. Igualmente, desarrollaba que más allá del legado religioso, “hay que poner en valor el importante legado cultural y patrimonial del arte imaginero en nuestra provincia”, un legado que “cuenta con mucha importancia y carácter nuestra tierra”.
Precisamente el legado de escultores como Salzillo y Zamorano son una importante fuente de inspiración para el artista de Hellín. En relación a sus referentes, confesaba Manuel Contreras que uno de ellos es “José Hernández Navarro, que es un escultor de Murcia con el que estuve trabajando unos años”. Concretamente, desarrollaba que “aproveché mi etapa universitaria y la alternaba con estar en el estudio de este escultor que fue Premio Nacional de Escultura y tiene una trayectoria increíble”, a quien consideraba “mi maestro y lo será siempre”.
Sobre el tiempo que pasó aprendiendo del escultor murciano, manifestaba Contreras que “es mi principal fuente de inspiración en cuanto a la naturalidad y la humanidad de sus obras”. Sobre este legado artístico, detallaba el escultor de Hellín que “sus obras son humanas, sencillas y nada barrocas”. En este punto, ponía de relieve “la importancia de fomentar el trabajo escultórico entre los nuevos artistas”, sosteniendo que “es importante y necesario porque cuando una persona nace con un don o con unas habilidades, debemos fomentarlas y darle la oportunidad de mejorar y aprender”.
El arte en la actualidad
Sin embargo, destacaba que estos jóvenes artistas deben enfrentarse a la realidad y es que “el mercado del arte de hoy en día, desgraciadamente, está muy mal porque hay quien tiene un apoderado para conseguir contactos y poder llegar a un cierto estatus a nivel artístico a lo largo de tu vida; pero hay muchísimas personas con mucho talento que no tienen nada de lo anterior o no han estado en el lugar adecuado para conocer a la persona idónea y no han llegado a ningún lado”, considerando que “probablemente morirán siendo un artista más y su obra no se reconocerá”. Unas duras palabras que compartía Manuel Contreras sobre la realidad del arte, insistiendo en que “hoy en día reina la mediocridad”, considerando que “el mediocre sobresale por encima de una obra con técnica”.
“El mundo del arte cambia tanto que en la actualidad un simple vaso de agua con un buen discurso en una galería de arte puede llegar a valer millones y ser comprado”, reflexionaba Contreras. De este modo, trasladaba que por el contrario, también se puede dar el caso en que “una obra de arte en la que se haya puesto, más allá de un discurso, técnica, don, habilidades y energía emocional puede no venderse”. En este punto, desarrollaba el artista de Hellín que “promover y enseñar el arte en escuelas y centros educativos es maravilloso”, pero también ponía de relieve que “hay que ver la realidad que es la que es, y que el arte conceptual, desde que Marcel Duchamp puso un urinario en una galería, está dañando un poco el panorama actual”.
Sobre ello, matizaba el escultor de Hellín que a raíz de este pensamiento “todo el mundo puede hacer arte, y ya no necesitas tener una técnica o habilidades para hacer algo artístico”, incidiendo en que “la competencia, el dinero y el sobrevivir es lo que demanda”. Al respecto, explicaba que debido a factores artísticos como este compagina su faceta como escultor con la de tatuador para salir adelante, una faceta laboral “que me gusta, gracias a la que entablo amistades con personas y que me está manteniendo hoy en día”. De este modo, trasladaba que “el mundo del tatuaje también es maravilloso porque al fin y al cabo es un arte efímero ya que morirá con nosotros”, subrayando que “es una manera de crear y componer formas en la piel que también me encanta”.
Las obras más especiales a las que ha dado vida es escultor de Hellín
En relación a las obras más especiales que han salido de las manos de Manuel Contreras se encuentra la imagen de San Juan que procesiona en la Semana Santa de Albacete de la mano de la Cofradía de Nuestra Señora del Calvario, destacando que “fue un trabajo muy especial porque tras hacer tres bustos diferentes buscando esa identidad, creo que lo logré”. Al respecto, destacaba que esta nueva imagen que se ha sumado al patrimonio artístico religioso de Albacete “puede ser una apuesta para seguir por este camino y continuar trabajando en mi estilo”. Ponía de relieve que la imagen de este San Juan “forma parte de un grupo escultórico”, por lo que subrayaba que incorporar esta última escultura ha supuesto “crear una obra que encajase con las imágenes que ya existían y hacer que encajase todo ha sido muy difícil y algo a lo que me tuve que adaptar”.
Pero más allá de estas creaciones de imaginería religiosa, Contreras también destacaba otra obra civil que ha marcado su carrera. En concreto, es el autor del monumento en memoria de las víctimas de COVID-19 que se instaló en el Hospital de Hellín. Al respecto, confirmaba que por lo que simboliza, esta obra escultórica “es muy especial para mí”.
Compartía el escultor con El Digital de Albacete que sus sueños pasan por “hacer un San Gerónimo penitente a tamaño natural”, pero también confesaba que “me encantaría dar vida a una Dolorosa o un Nazareno”, con el objetivo de continuar compartiendo su arte. Y es que pedía “apostar por los imagineros de nuestra provincia”.
Apostar por nuestro sello de identidad también a nivel escultórico
Obras como las de Castillo Lastrucci, Martínez Montañés o Juan de Mesa son algunas de las más conocidas en nuestro país en lo que a imaginería religiosa se refiere. En este punto, reconocía Manuel Contreras que “Andalucía, y más inconcreto Sevilla, han marcado mucha tendencia”, apuntando que “esto es algo innegable”. Al respecto, comprendía que “la gente intente ir a lo seguro y busque artistas reconocidos de Andalucía” para hacer estos encargos escultóricos, pero pedía “que no se deje de apostar por los artistas de nuestra tierra”, poniendo de relieve que “somos los que estamos destinando nuestro trabajo y dinero en formarnos para dar vida a nuestro arte y queremos que cuenten con nosotros hermandades y cofradías de nuestra tierra”.
Y es que, trasladaba que “el hecho de que se vaya todo a Sevilla está causando problemas”, y no solo en lo que al trabajo y al movimiento de la economía del arte y la cultura en la provincia de Albacete se refiere. Sino que Manuel Contreras va más allá y enfatizaba que en este ámbito “se está cogiendo demasiada cultura sevillana y andaluza para traerla a nuestro terreno, cuando nuestro estilo imaginero y de Semana Santa es más cercano al castellano”.
De este modo, detallaba que estas imágenes se caracterizan por “el dramatismo y el movimiento, y no siendo tan barrocas” como las que procesionan en Andalucía. Y es que, ponía el punto de mira el escultor hellinero en nuestras tradiciones y raíces, considerando que “estamos adoptando unas formas que no nos pertenecen, los tronos se están modificando, al igual que las estilo de las esculturas”, incidiendo en que “solo nos falta que desaparezcan los tradicionales trajes de nazarenos que se visten en Albacete y Hellín y ponernos unos más del estilo andaluz”.
Ponía en valor, por su puesto, el escultor el rico patrimonio escultórico con el que cuenta Andalucía y que sale a las calles cada Semana Santa, pero lo hacía sin olvidar la seña de identidad patrimonial que suponen las imágenes y conjuntos escultóricos que forman parte de la Semana Santa en la provincia de Albacete. Una Semana Santa con identidad propia, que nada tiene que envidiar a la que se vive en otras ciudades del sur de nuestro país y por la que apostaba Manuel Contreras, destacando que “hay que cuidar la tradición porque, de no hacerlo, se puede perder nuestro sello identitario”. Por tanto incidía en que “los vientos andaluces no están mal, pero hay que mantener vivo nuestro sello”.