El mítico restaurante ‘Los Martínez’ de Tinajeros, uno de los más antiguos y con más solera de la provincia de Albacete, cierra sus puertas tras 56 años en funcionamiento.
El restaurante, regentado por la familia Martínez, es uno de los rincones con más encanto e historia de la provincia. Un establecimiento que empezó a finales de los años sesenta siendo un pequeño local de cocina regional, tradicional y autóctona, y que con el paso de los años pasó a convertirse en un referente gastronómico, y en visita obligada a los amantes del ajo mataero, el hígado, y por supuesto, del arroz caldoso.
Los Martínez, desde 1969
Fundado en 1969, este restaurante, situado en la plaza de La Constitución en Tinajeros, se ha convertido en un lugar de peregrinación para los amantes del arroz caldoso. Su receta se ha mantenido intacta desde hace 56 años, cuando el matrimonio formado por Juan Martínez y Lucia Villada abrió este local. Uno de sus hijos, Pedro Martínez, nos cuenta que “por aquel entonces, en Tinajeros había un casino en donde había mucha tradición de jugar al tute. A mi padre, que tenía una carnicería, le gustaba siempre ir a echar la partida al casino, hasta que llegó el día en que lo cerraron por jubilación. Fue cuando a mi padre se le ocurrió abrir un pequeño local, al lado de la carnicería, con una barra y unas 4 o 5 mesas, con el fin de poder echar la partida”.
Gente de Albacete comenzó a ir a tomarse algo en la barra de aquel pequeño bar que habían abierto en Tinajeros. “En principio solo era un bar para echar la partida, donde se servían bebidas, y alguna tapa, pero poco a poco se fue convirtiendo en un restaurante. Todo empezó porque mis padres cocinaban para que comiéramos allí toda la familia, y los clientes les preguntaban si podían probar algo de lo que estábamos comiendo, porque olía muy bien, y tenía muy buena pinta. Mi madre siempre tuvo una mano especial para la cocina, y le daba un toque especial a todo lo que hacía, sobre todo al arroz caldoso, algo de lo que pronto se dieron cuenta los clientes”, señala.
Un pequeño bar, que se ha convertido en un gran restaurante
Juan Martínez tenía la carnicería, también llamada ‘Los Martínez’, puerta con puerta con el bar, y viendo el éxito que estaba teniendo con el nuevo negocio, decidió hacer una remodelación para habilitar un pequeño comedor para dar comidas. “Empezó a venir tanta gente que nos faltaban sillas y mesas para la gente. No dábamos abasto con lo que teníamos, hasta el punto de que el maestro que había en aquella época en el pueblo, le dijo a mi padre que le dejaba mesas y sillas del comedor de la escuela, para que los fines de semana pudiera dar el servicio a toda la gente que venía. De este modo, los viernes subíamos a la escuela a por sillas y mesas, y el lunes las devolvíamos. La cosa iba muy bien, así que poco a poco se fue comprando mobiliario, gracias a la demanda que teníamos. Pronto se volvió a quedar pequeño, y en 1978 se cambió la carnicería a la calle de atrás, y se volvió a ampliar el negocio haciendo un comedor en la parte de arriba del local. Esta no fue la última renovación, ya que en 1986 llegó la reforma definitiva, abriendo un comedor más”, recuerda.
Los secretos de cocina de ‘Los Martínez’
Poco a poco, con buenos productos y haciendo las cosas bien, la familia Martínez fue creando una clientela fiel. “Hicimos las cosas bien, y el boca a boca hizo lo demás. Además de los clientes de Albacete y de pueblos de alrededor, empezó a venir gente de toda España. El secreto siempre ha sido utilizar buenos productos. Y es que, prácticamente todo lo que se pone en el restaurante lo producimos nosotros. Siempre hemos tenido ovejas, una carnicería, y hasta llegamos a tener una pequeña granja para criar cerdos. La gente siempre nos pregunta cómo hacemos el arroz caldoso, pero no tiene mucho misterio. La base es utilizar aceite de calidad, hacer un buen sofrito con conejo, y preparar un sabroso caldo con un fuego fuerte, para batirlo y que espese bien. Mi madre fue la que empezó con esa receta de arroz caldoso, y luego siguieron mi hermana, mi mujer, y mi cuñada, siempre con la receta de mi madre”, refleja.
Especialistas en comida casera, además del arroz caldoso, ‘Los Martínez’ también son conocidos por el ajo de mataero, las tortillas de patata, el asado de cordero, y el hígado. “Hay mucha gente que dice que nuestro hígado es especial, y es porque es de cordero manchego de calidad, si no, no estaría igual. También es necesario un fuego fuerte, y alguien en la cocina que tenga mano. Mi padre era el que se encargaba en su día de hacerlo en la plancha, pero dejó un buen legado. De hecho, ahora algunos clientes nos dicen que cuando cerremos se quieren llevar nuestra plancha para hacer el hígado, y yo les digo que si quieren que salga igual, se tendrían que llevar a la cocinera también”, explica.
Adiós al mejor arroz caldoso
Un negocio que pusieron en marcha Juan y Lucia, y que sus hijos han mantenido hasta ahora. Pedro Martínez pone de relieve que “Los Martínez es un negocio familiar. La verdad es que a la escuela íbamos poco, pero después lo que nos ha enseñado la vida ha sido mucho. Somos cuatro hermanos y una hermana, y hemos estado siempre colaborando todos en el restaurante. Cada uno hemos hecho lo que hemos podido, unos con las ovejas, otros en el bar, y otros en la cocina. Yo tenía 9 años cuando mi padre abrió el bar, así que he estado trabajando toda mi vida, y no he faltado nunca, ni he tenido vacaciones ni nada. Ahora ya no hay continuidad, porque, aunque la nueva generación nos ha echado una mano cuando ha hecho falta, ellos ya han tirado por otro lado, con sus estudios y carreras, así que nos vemos obligados a terminar la aventura, y yo creo que ya nos merecemos un descanso”.
Tras pensarlo mucho, han decidido que toca disfrutar de la jubilación, aunque se acordarán de sus clientes para siempre. José, el pequeño de los Martínez, ha dedicado toda su vida al bar. “Ha sido mi trabajo fijo durante 43 años, y la verdad es que me ha gustado mucho. Además, al tratar con una clientela excepcional como la que hemos tenido, lo he podido llevar mucho mejor. Pero ha llegado el final, porque ya no hay continuidad. Mis sobrinos ya tienen sus estudios y sus trabajos, y no quieren seguir con el negocio. Mis hermanos llevan trabajando en el bar los 56 años que lleva abierto, ya están en edad de jubilación, y ya les toca descansar, y yo, que soy el único que puedo seguir, no lo puedo llevar solo, así que ha llegado el final”, concluye. El conocido templo gastronómico albaceteño pone así punto y final a una histórica andadura, aunque siempre tendremos el recuerdo del excelente sabor de su arroz caldoso.