Los días 1 y 2 de noviembre los mexicanos celebran el ‘Día de Muertos’. Muchos de ellos, afincados en Albacete, celebran este día tan importante para la cultura mexicana en la ciudad con diferentes tradiciones y su especial visión de la muerte.
Uno de los principales emblemas de este día tan especial para los mexicanos son, sin duda, los altares. Una especie de pequeñas construcciones que cuentan con diferentes elementos para honrar a las personas fallecidas. Cabe destacar, que cada altar es diferente según la zona de México, pero también resulta algo personal, aunque lo más importante es que “se haga con mucho cariño”, tal y como explica Neil Rodríguez, presidente de la Asociación Cultural de Mexicanos de Albacete.
“Hay muchas maneras de llamar a este día según la región, en la mía, Huasteca, se celebra ‘Xantolo’, pero son muchas repartidas por el país”, como indica Rodríguez, que señala que “se trata de una tradición que refleja la herencia indígena y las influencias de la zona”. Además, traslada a El Digital de Albacete una de las curiosidades de este día, ya que “en Pomuch se desentierran los huesos de los muertos y los limpian. Los acompañan durante los festejos y luego los vuelven a enterar”. En otros lugares, “se hace cacería de patos como preparativo para la noche de muertos y después se elaboran platos típicos con ellos”, señala.
Los altares, un icono de la cultura mexicana
Aunque en México son muchas las formas de celebrar este día, los altares son todo un icono en esta festividad. Una tradición que continúan en Albacete los mexicanos que residen en la ciudad. “En mi caso, pongo las comidas que les gustaban a las personas que han fallecido. Por ejemplo, a mi madre le gustaba mucho el chocolate, y por eso, le pongo bombones”, señala, y manifiesta que “el altar nos acompaña durante todos los días de la festividad como ofrenda”.
“Es una forma alegre de ver el paso a una nueva etapa de la vida”, explica Neil Rodríguez, que señala que “hay una canción Amparo Ochoa que describe muy bien este día: ‘Mucho cuidado señores porque la muerte anda lista en el Panteón de Dolores, para compositores y algún que otro periodista, todos están en la lista’”. Sobre esta peculiar forma de ver la vida y también la muerte, Rodríguez apunta que “para nosotros es como una amiga que cuando estás sufriendo y tienes una enfermedad te libra de ella y del dolor que conlleva”, y añade que “es un modo de verlo de forma positiva”.
Aunque Neil Rodríguez lleva años residiendo en la ciudad, explica que esta festividad supone un choque cultural, y señala que “la gente no entiende nuestra manera de verlo. Es obvio que sufrimos con la muerte de un ser querido pero es un consuelo pensar que van a pasar a mejor vida y que van a volver a visitarnos para estar con nosotros”.
La flor de Cempasúchil
La flor de Cempasúchil, muy conocida en España tras el éxito de la película ‘Coco’, cuenta con una gran tradición en la cultura mexicana, especialmente en esta festividad. “Hay una leyenda que dice que los aztecas tuvieron que emigrar y el Dios de la Guerra les regaló esta flor porque llevaban muchísimos años caminando y había gente que había perdido a su familia”; señala, y explica que “iban a seguir perdiendo personas y con esa flor es como si llevasen a estas personas consigo”.
Esta flor es prácticamente imprescindible en estos altares, aunque “lo más importante es que se hagan con mucho sentimiento” explica Rodríguez. Entre los esenciales a la hora de montar uno de estos altares propios de la cultura mexicana, el presidente de la Asociación Cultural Mexicanos Albacete manifiesta que “es importante el papel picado, que representa al viento. También hay que poner agua que representa la fuente de la vida”, y añade que “la sal es un elemento de purificación que está presente en el altar”. Además, “se pone la flor de Cempasúchil en un arco y con pétalos se hace un camino hasta la puerta o ventana más cercana para que los difuntos logren encontrar la ofrenda”, explica, y añade que “se pone incienso para purificar el ambiente, fotos de los difuntos y comida y bebidas que les gusten. Una de las más típicas es el pan de muertos, que es una especie de bollo”.
Un altar mexicano homenajea a las personas fallecidas en Albacete
Uno de los mexicanos afincado en Albacete que pone su propio altar es Gonzalo Rosendo Jiménez, que en estos momentos comparte la presidencia de la asociación con Neil Rodríguez. Respecto a este altar de Albacete, Jiménez explica que se trata de “un elemento que se ha convertido en un icono de esta festividad, que no tiene nada que ver con Halloween”, y señala que “el altar es una especie de representación que honra a nuestros muertos”.
El altar de Gonzalo Rosendo Jiménez cuenca con “dos niveles que representan el cielo y la tierra con sus bondades, y también el mundo material e inmaterial”, señala, y explica que “no vemos la muerte como algo doloroso o de sufrimiento sino como una transición y en esa representación el altar es algo fundamental”.
En los altares “se unen el cielo y la tierra”, como indica este mexicano afincado en Albacete, que añade que “en la parte de abajo se colocan elementos en conmemoración de los fallecidos como fotografías y se les honra en la parte de la tierra del altar, donde también se pueden colocar comidas como el pan de muertos”. “Para que en esta visita coman algo de su agrado en vida, también se pueden poner comidas que les gusten”,explica a El Digital de Albacete. En esta tradición, “los muertos nos visitan y tienen que encontrar el camino, y lo mismo ocurre el segundo día, cuando regresan hacia la eternidad del cielo”.
Los altares mexicanos han despertado mucho interés a nivel internacional, así como lo ha hecho la cultura mexicana, especialmente en relación a este festividad, que también celebran en Albacete los mexicanos que viven en la ciudad.
Sigue el canal de El Digital de Albacete en WhatsApp, donde encontrarás todas las noticias de Albacete, su provincia y Castilla-La Mancha.