La noche de Halloween se celebra del 31 de octubre al 1 de noviembre, aunque algunos vecinos de Albacete, como es el caso de Antonio Herráez, lo viven durante todo el año. Un albaceteño apasionado de todo lo relacionado con el terror, que ha hecho de su casa un verdadero museo con auténticas piezas de coleccionista.
Una casa que bien podría ser un pasaje del terror propio de la noche de Halloween. Eso sí, cabe destacar que esta decoración se mantiene durante todo el año en la casa de Antonio Herráez, un verdadero apasionado de todo lo relacionado con la ornamentación terrorífica, y así lo luce su hogar durante los 365 días del año.
Una decoración un tanto peculiar, y en muchos casos artesana, puesto que algunas de las piezas de la casa de este albaceteño las ha elaborado una a una, con sus propias manos. “Adorno la casa todos los años para Halloween, pero solo con telarañas y algún esqueleto, lo demás está todo el año”, señala este vecino de Albacete, que explica que “mi casa es así durante todo el año. Soy un fanático de las calaveras y de todo lo que tenga que ver con el terror desde pequeño”.
La casa más terrorífica de Albacete los 365 días del año
“Es algo que me gusta de siempre”, explica Herráez, aunque reconoce que “antes, cuando vivía con mi mujer no podía tenerlo porque no le gustaba la decoración, así que iba coleccionando piezas y guardándolas”. En la actualidad, Antonio Herráez vive solo, por lo que “la casa está decorada a mi gusto, y mi gusto es este”, señala a El Digital de Albacete.
Lo cierto es que “la gente se queda alucinada cuando entra a mi casa”, asegura este vecino de Albacete, que manifiesta que “han venido hasta amigos de mis hijos para hacerse fotos, y amigos de amigos solo para ver la casa”. “La gente se queda flipando y me pregunta si la casa está decorada así todo el año”, manifiesta, e indica que “más que una casa es un museo”.
Las manos colgantes de la casa de Antonio
El techo de la vivienda de Antonio Herráez es uno de los espacios más curiosos de la casa, y es que parece que manos gigantes atraviesan el techo para adentrarse dentro de la vivienda. Unas piezas artesanas, elaboradas por las manos de Antonio, que explica que “se hacen con un guante relleno de algodón, cola y agua. Después se pintan y se hacen las uñas”, y añade que “las coloco en el techo para decorar, como si entrasen en casa”. Además, este vecino de Albacete apunta que “también hago otras piezas, como los candelabros por ejemplo, que están hechos a mano”.
Halloween terminará, pero la casa de Antonio Herráez continuará engalanada de esta manera, debido al particular gusto de su dueño, que ha convertido su hogar en un verdadero museo del terror.
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