El visor de la cámara de la albaceteña Andrea Torres trabaja sin descanso para intentar ofrecer historias y relatos que poder llevar a la pantalla. A sus 23 años, esta joven artista y directora de Albacete ha completado con éxito el que será su primer cortometraje.
Torres apuesta por narrar historias psicológicas e introspectivas a través de su cámara con un característico estilo poético y surrealista. Gracias a esta labor, la propia Andrea Torres confesaba a El Digital de Albacete que “puedo comprender mejor el mundo que me rodea e incluso a mí misma como si de arte-terapia se tratara”.

Un proyecto que visibiliza a las mujeres maltratadas a través del visor de esta artista de Albacete
Así, confesaba que el cine es su “pasión”, y expresaba que este arte “me mantiene todo el tiempo despierta, observando y creando, me ayuda a conocerme y entender el mundo que me rodea, y sobre todo, me abre experiencias que sin él no podría vivir”. Sobre la aventura que ha supuesto el rodaje de su primer cortometraje, titulado ‘El velo del ayer’, trasladaba que “nace de la necesidad de dar voz a aquellas personas que no la tienen y de invitar a todo el que lo vea a reconectar con su niño interior y tener compasión consigo mismos”.
‘El velo del ayer’ “es un cortometraje dramático de época que narra la historia de Martina, una niña que se ve envuelta en un drama familiar que la lleva a encerrarse en sí misma y en su habitación”, desvelaba su creadora. En relación a esta historia, compartía que “la única vía de escape de esta niña es su libreta, donde puede escribir con libertad y soñar con realidades mejores”, añadiendo que “su yo adulta acude a ayudarla para acompañarla en busca de entenderse, reconciliarse y reconectar consigo misma”.

Una dura historia captada desde el visor de la cámara de esta albaceteña que emana “trauma, complejo y herida”, expresaba Andrea Torres, y es que la historia está narrada a través de la relación de maltrato de los padres, “cuestionando los conceptos del honor, la familia y el deber”. Una niña que trata de escapar del dolor de esta realidad para protegerse, mientras que también está presente “esa niña adulta, que años más tarde coge fuerza para acceder a esos recuerdos y va quitando capas para ver de nuevo todo lo que ocurrió sin filtro ni juicio, desde un punto de vista más maduro en busca de entender la situación”, buscando el abrazo del pasado y el presente para poder caminar hacia el futuro.
Este corto con ADN albaceteño se ha rodado recreando el siglo XIX, pero su autora confesaba que, “por desgracia, es una historia que podría darse perfectamente en la actualidad”. Por ello, manifestaba que este trabajo “va por todas esas mujeres que aún no tienen voz ni alas para salir del maltrato y por todas esas niñas que solo necesitaban un abrazo y un lugar seguro”.

Trabajo con ADN albaceteño
Un trabajo con un profundo mensaje que sirve también para dar visibilidad a la provincia de Albacete como espacio de rodaje y desarrollo de este tipo de proyectos cinematográficos. Al respecto, ponía de relieve Andrea Torres el trabajo impulsado desde CEM Films y la asociación ACCALBA quienes “están moviendo lo que falta en Albacete: más rodajes y dar oportunidades a los profesionales de aquí”. Desgranaba que se trata de crear “un entorno donde aprender y desarrollarnos”, teniendo como escenario Albacete.
Por todo ello, explicaba la albaceteña que “en mi cortometraje he querido dar ese espacio a personas a las que les gusta mucho el cine pero que todavía no han tenido un lugar para desarrollarse mucho”. Sostenía que se trata de personas que han formado parte del equipo de rodaje de este corto que “son jóvenes como yo y que quieren hacer cine”, incidiendo en que “al igual que me ayudaron a mí, ahora con mis proyectos quiero dar espacio a todas esas personas con interés y necesidad de crear”.

Pero además, desvelaba que este corto se ha rodado “en el Palacio de los Moreno, en Chinchilla”, trasladando que esta bonita vivienda de la que destaca especialmente su cúpula “es originaria del renacimiento”. Sobre este especial escenario en el que se ha rodado el trabajo de Andrea Torres, indicaba que “su propietario fue el Doctor Daudén, muy conocido en este pueblo de Albacete, y que incluso da nombre a su calle”.
Igualmente, concretaba que en esta vivienda “tenía su consulta y actualmente dentro de este palacio podemos encontrar muchas joyas históricas, tanto relacionadas con la medicina, con la moda y con otras muchas cosas”. Se trata de “un lugar escondido, con mucho potencial y que pronto se podrá visitar”, un espacio que “busca más proyectos como el mío para seguir avanzando en su restauración”.
Confesaba que además del espacio que ha servido de escenario para dar vida a esta historia, “la mayoría de los componentes del equipo de rodaje son de Albacete, aunque hay algunas personas que también han venido de fuera”. Así, aseguraba que los actores que se han metido en la piel de los personajes creados por Andrea Torres “han realizado un importante trabajo psicológico para poder meterse en un papel tan duro”.
Trasladaba que grabar este proyecto “ha sido un reto”, ya que el rodaje tuvo lugar en un solo día”. Por tanto, agradecía a todo el equipo implicado en el mismo “su disponibilidad y profesionalidad”, confesando estar “muy agradecida por su esfuerzo, algo que estoy segura que se refleja en pantalla”. Además, mostraba su agradecimiento a todos los colectivos, comercios y entidades de Albacete que se han involucrado en este proyecto creativo.

Decisivo apoyo de las administraciones hacia los creadores en Castilla-La Mancha
Reconocía que debido a la premura y rodaje express con el que se ha llevado a cabo este proyecto “no he solicitado ayudas económicas a ninguna administración pública”, pero ponía de relieve las subvenciones que proporciona la Junta de Comunidades para respaldar el rodaje de corto y largometrajes en nuestra región. Al respecto, desgranaba que “son muy importantes porque sin estas ayudas personas como yo no podríamos crear”, añadiendo que “me parecen muy necesarias estas ayudas y acompañamientos a este tipo de proyectos que revierten en el beneficio de la propia comunidad”.
Reflexionaba la albaceteña que todo este tipo de proyectos “se centran en su mayoría en grandes capitales”, pero ponía en valor que “las ciudades y pueblos de Castilla-La Mancha también tienen mucho potencial”. Igualmente, expresaba que también hay profesionales en nuestra región que tienen ese talento “pero que no se han podido desarrollar y sigue siendo necesaria esta financiación”. Por tanto, consideraba que “es muy importante que las administraciones públicas nos echen un cable para poder traer cine a nuestras ciudades y que gente como yo también tengamos un lugar de trabajo donde poder crear nuestros proyectos”.
Además, se encuentra inmersa en la creación de un nuevo corto, ‘Mi casa en una maleta’, que está desarrollando en el laboratorio Castilla-La Mancha ShortFilm Lab. Se trata de una plataforma de lanzamiento del cortometraje en Castilla-La Mancha que se desarrolla gracias a la financiación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la Unión Europea a través de los fondos Next Generation.

Un espacio de creación en el que creadores con un proyecto en desarrollo son arropados por “grandes profesionales en activo que nos acompañan y mentorizan para mejorar el proyecto y su potencial, con el objetivo de conseguir financiación, que se lleve a cabo y poder distribuirlo”, desarrollaba Andrea Torres. Gracias a esta iniciativa impulsada en Castilla-La Mancha “no están acompañando muchísimo y estoy muy agradecida”, manifestaba. “Estoy muy contenta con lo que está pasando, llevo mucho tiempo luchando por ello y al final está saliendo”, confesaba la albaceteña.
Aún con la resaca emocional de este intenso rodaje habrá que esperar a que finalice el proceso de montaje de este corto con sello albaceteño para poder disfrutar del resultado final de esta historia captada por el visor de Andrea Torres.
