Juan Manuel Marcilla, afincado en Lezuza (Albacete), es la segunda generación de su familia que se dedica al mundo del mimbre. Un oficio que, por desgracia, está cayendo en el olvido, pero que sigue muy vivo en este pueblo de Albacete, y que Marcilla hace llegar a diferentes partes del mundo. Y es que este artesano trabaja para prestigiosas firmas del mundo de la moda y para importantes diseñadores. Además, esta empresa puede presumir de tener relevo generacional, y además continuar desarrollando esta labor dentro de la propia familia, puesto que el hijo de Juan Manuel Marcilla, llamado igual que su padre, se ha convertido en la tercera generación que trabaja esta fibra vegetal.
Este peculiar legado familiar empezó con el padre de Juan Manuel Marcilla, quien aprendió a trabajar las fibras en Valencia. “Lo vio como una opción para traerlo al pueblo como un oficio y le enseñó a trabajar a la gente del pueblo”, explica Marcilla, que asegura que “en los años 70 tuvo a más de 60 personas trabajando”. Tras la creación de la empresa y el fallecimiento de su fundador, Juan Manuel Marcilla se hizo cargo de la misma hasta la actualidad. Aprendió junto a su padre el oficio, y hoy, a sus 47 años de edad, ha repetido el mismo patrón con su hijo, quien también ha decidido dedicarse al mimbre.
Estos albaceteños forman parte de los pocos artesanos que trabajan este material y fabrican a mano cada una de las piezas que salen desde Albacete a cualquier parte del mundo, llevando consigo un trocito del artesano. Desde cero, estos artesanos de Albacete elaboran desde cestas, hasta maniquís, cinturones o bolsos, entre gran variedad de piezas. Eso sí, cada una de ellas única y especial, lo que supone un plus de exclusividad puesto que no hay dos iguales.
El artesano de Albacete trabaja con prestigiosas marcas del mundo de la moda
Juan Manuel Marcilla asegura que “nací en una cesta”, y “empecé a trabajar con mi padre. Hacía exhibiciones y con 14 años decidí que el mundo del mimbre era mi camino porque me encantaba”, y recuerda que “cuando tenía 19 años mi padre falleció y continué con el negocio junto a mis hermanos y mi madre”.
A partir de ese momento, Marcilla empezó a “trabajar con empresas muy importantes y hacemos desde complementos para marcas internacionales my importantes, hasta maniquís y cestas, entre otros productos”, explica, y manifiesta que “estos últimos 15 años he tenido la oportunidad de trabajar en el mundo de la moda de la mano de grandes firmas, pero además hago decoración de hogar y cestería tradicional”.
Además, explica que “estando en el sitio adecuado en el momento indicado llegaron una serie de marcas importantes que apostaban por materiales biodegradables y sostenibles, que no perjudicasen la salud ni el medio ambiente”, explica Marcilla, que señala que “muchas marcas apuestan por darle un valor añadido a los complementos y lo que hacen es sumar valor al producto con cinturones, pendientes, bolsos decoración de hogar y otros accesorios”. A partir de ese momento “empezamos a volar y se pusieron en contacto conmigo diseñadores de moda y de interiores, importantes marcas nacionales e internacionales, tanto de moda como de complementos, escaparatismo etc”.
Juan Manuel Marcilla es uno de los principales fabricantes de mimbre en España
Marcilla ha tenido la oportunidad de trabajar de la mano de prestigiosas marcas del mundo de la moda de calibre nacional e internacional, muchas de ellas muy conocidas. El artesano de Albacete afirma que “estas firmas buscan artesanos. De hecho, el mundo del mimbre está catalogado como artesanía muerta, ya que no se puede industrializar nada”, y apunta que “nosotros somos el principal fabricante tanto en cantidad como en calidad, y todos nuestros artesanos están reconocidos por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha”.
Sobre los artesanos en activo, Marcilla lamenta que “no quedan muchos”, y señala que “en mi caso, tenemos la suerte de que a mi hijo le ha gustado desde pequeño y ha querido dedicarse a esto también”. “Seguir un oficio como este es complicado, no se encuentra gente que esté dispuesta a coger el testigo y a formar el relevo generacional”, apunta, y aclara que “es una pena que muchos compañeros artesanos no tengan este relevo. Es algo complicado porque a veces los hijos no quieren y no hay trabajadores”. Consciente de su suerte, el artesano de mimbre de Albacete señala que “mi hijo quiere seguir y somos afortunados por ello, valoramos mucho que una persona joven quiera continuar con esta actividad”. De hecho, su hijo, también Juan Manuel Marcilla “está reconocido como el artesano más joven de Castilla-La Mancha”.
Además, aclara que la artesanía “pura y dura está siempre en los pueblos y es importante que tengan visibilidad”, y señala que “los pueblos se van vaciando y es complicado mantener estos oficios, que son duros y sacrificados”.
Piezas exclusivas que nacen en la provincia de Albacete y viajan a cualquier parte del mundo
Cada pieza artesana es única y especial. Si bien es cierto que para realizar el producto final existen unos parámetros respecto al color, la fibra o el tamaño, todas las piezas que se realizan a mano tienen sus peculiaridades, lo que hace que no haya dos iguales, y eso forma parte del encanto artesanal. De esta manera, cada pieza que nace de las manos de los Marcilla tiene alma, y va un paso más allá. “Cuando hago una cesta, todas y cada una de ellas se llevan un trocito de mí como artesano”, explica Marcilla, que añade que “ninguna sale igual aunque todas llevan sus parámetros”. “Eso hace que te sientas orgulloso de que el cliente final o las marcas quieran trabajar contigo, al igual que es importante que reconozcan el trabajo”, manifiesta, y subraya que, por este motivo, “muchas empresas apuestan por la artesanía y por el valor añadido que supone que las piezas estén hechas a mano. Si esto hubiese sucedido antes, muchos oficios no se hubiesen perdido”.
El reconocimiento a una labor también es importante, y más aún si viene de la tierra de uno. Toda una vida ligado al mimbre y su gran trabajo artesano han dado lugar a varios reconocimientos. “La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha también me ha otorgado galardones como maestro artesano y por mi trayectoria. Es importante que desde la Junta también se apueste por la artesanía de esta forma porque da voz y visibilidad”, señala, y explica que “mi padre no llegó a esto, pero tener una tradición familiar, que ahora también la pueda seguir mi hijo es un orgullo y también es gracias a la Consejería de Castilla-La Mancha y a los diseñadores que apuestan por nosotros”.
La saga de los Marcilla continúa viva en un rincón de la provincia de Albacete, y lo seguirá haciendo de la mano de la tercera generación de esta empresa familiar, que lleva el nombre de su pueblo y de Albacete allá por donde va y trabaja con prestigiosas firmas reconocidas internacionalmente.
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