Esta mujer de Albacete se ha convertido en toda una influencer

Cris Simón, la Da Vinci de la limpieza que ejerce con orgullo y forma a millones de seguidores en el arte de lo impoluto

Cristina Simón (Albacete, 1991) quería ser presidenta del Gobierno y por eso cursó Ciencias Políticas, pero el destino le ha llevado a ser referente del mundo de la limpieza para una legión de seguidores.

Simón, o @LaFregonaDeCris, ha atendido en entrevista a Europa Press para relatar su historia como ‘influencer’, remontándose a 2016 para recordar su trabajo de oficina a razón de ocho horas diarias, hasta que nació el primero de sus hijos. Fue la maternidad la que le impulsó a querer ganar más tiempo en familia restándoselo al trabajo y a los necesarios desplazamientos. «¿Y por qué no me pongo a limpiar?».

Fue el punto de partida de su carrera en este oficio, que tuvo en su comunidad de vecinos la casilla de salida. «Yo no sabía limpiar más allá de lo que limpiaba en mi casa», rememora de los inicios de su carrera.

Tras cosechar cada vez más trabajos moviéndose en redes sociales aunque «sin saber hacer ni un ‘reel'», llegó la pandemia y el cerrojazo de la mano de nuevas oportunidades.

Tras aprovisionarse todo lo que pudo de productos de limpieza y material, llegó la catarsis y la reinvención. «Empecé a desinfectar casas, comunidades… fui de mucha ayuda», explica Cristina Simón, que admite que fue ese el punto de inflexión que terminó por enamorarle de su trabajo.

Un trabajo «denostado» pero que ejerce por «decisión propia» y, deshaciéndose del estigma, «no por falta de estudios». Y a partir de ahí, solo le quedó crecer.

«Me fui profesionalizando, limpié cosas que la gente veía imposibles, me fui motivando, y pensé que podía enseñar mi trabajo en redes sociales. A partir de ahí, empecé a enseñar vídeos, –los primeros, ¡horribles!–, y fui ganando adeptos. La cosa funcionó aunque mi familia no me apoyaba. ¡Cómo iba yo, con carrera, con estudios, a empezar a limpiar mierda en casas ajenas! No lo entendía», afirma.

La idea primigenia era enseñar trucos para que aquellas personas que no pueden permitirse un servicio doméstico tuvieran más fácil la tarea, premisa que se transformó en nuevas oportunidades laborales. Fue ese el punto en el que, con España encerrada, empezó a colaborar en medios para compartir experiencia y enseñar trucos.

El siguiente paso fue recibir llamadas de «gente influyente» que, tras conocerla en televisión, requería de sus servicios para limpiar sus casas. «Una casa es un refugio, un tesoro, y que alguien importante confíe en ti para esa tarea… He estado en casas de futbolistas, de gente con millones de seguidores que han confiado en mi la limpieza de sus casas, y eso me dio mucho respaldo».

La labor de las limpiadoras fue en ese punto «venerada» cuando la necesidad de desinfectarlo todo estaba a la orden del día. «Recuerdo cómo la gente de mi urbanización me aplaudía. Era una diosa en ese momento, como ocurría con los médicos».

Pese a ello, reconoce que aún hoy en día hay gente que «no respeta» esta profesión. «Como si fuéramos el tercer estamento», siendo una profesión «con mucho intrusismo y en la que cualquier persona se cree que sabe limpiar, cuando no».

Como en todo en la vida, la experiencia también es un grado a la hora de limpiar. «Antes yo era un desastre, donde ahora tardo dos horas, antes tardaba diez. Hay que tener metodología, estructura, no es simplemente ponerte a limpiar», precisa.

Cris Simón, la Da Vinci de la limpieza que ejerce con orgullo y forma a millones de seguidores en el arte de lo impoluto

MAGIA PARA HECHIZAR

Con un recorrido consolidado tanto en el oficio como en las redes, Cristina Simón ha desarrollado su propio producto, que bajo el nombre de ‘Hechizo Mágico’ se ha colado en miles de hogares para prestar parte de su buen hacer a las balletas del resto del país.

Una idea que agradece expresamente a su pareja, que fue quien le dio el empujón. «Soy mamá de dos niños, y como todas las madres, sabemos que hay manchas terroríficas».

A raíz de su fórmula personal, de la que no desvela el secreto, sumó fuerzas con los ánimos de su compañero y profesionalizó la receta. Tras muchas pruebas, relata que consiguió «el producto perfecto», que está a punto de cumplir la vela de su primer cumpleaños.

No solo coloca el difusor en domicilios de particulares, sino que además ha conseguido ser imprescindible en limpiezas a nivel industrial. «Hasta hay tintorerías y hoteles que nos compran para quitar las manchas de sus clientes».

«Jamás me hubiera imaginado sacar un producto con mi marca», admite, desvelando el jabón negro como piedra angular de una fórmula que mantendrá en secreto.

PRESIDENTA DEL GOBIERNO O LIMPIADORA

Cristina Simón cursó Ciencias Políticas cuando aún no sabía que encontraría el éxito profesional en otra área. «Quería ser presidenta del Gobierno, pero a medida que pasaban los cursos, supe que no iba a ser lo mío».

No se contiene, en todo caso, el impulso de hablar de la política actual, que a su juicio, hoy por hoy, «no representa» a gran parte de la población. «Queremos una política limpia, que realmente vele por los derechos de todos, incluidos los oficios más denostados, como puede ser el de la limpieza. Que nos tengan en cuenta, sobre todo, a las amas de casa, a las personas del servicio doméstico, a esas ‘kellys’ que están en condiciones cada vez peores, sufriendo enfermedades que van a tener de por vida», argumenta.

La labor de Cris va más allá de sacar brillo o quitar polvo, y gracias a la notoriedad cosechada en redes sociales ha conseguido poner en marcha un programa de limpieza solidaria a través del que ayuda a personas que sufren síndrome de Diógenes, para quienes organiza limpiezas gratuitas.

La limpiadora multidisciplinar también desembarcó en el mundo editorial, y si el año pasado alumbró a su primera criatura, ‘La magia de Cris’, desvela en esta charla que ya perfila su segundo libro.

Otra faceta más de la Da Vinci de la escoba puede admirarse en Radio Nacional de España. «Colaboro en un programa para adultos funcionales y para ayudar a esas personas que se acaban de independizar y no saber por dónde coger su casa». Todo ello solo se explica desde la base del trabajo. «Soy muy trabajadora, muy luchadora».

LO «VARIOPINTO» DE LAS REDES

Profesional de las redes sociales, aunque evita la etiqueta de ‘influencer’, califica el ecosistema en el que opera de «variopinto».

«Hay gente que se cree que por tener un número de seguidores, está a otro nivel, y dan un trato que no es el que debería», explica, confesando que en su ámbito de comunicación hay mucho intrusismo. «Yo soy limpiadora y con orgullo, también lo defiendo, y si hay quien no sepa respetarlo, tampoco me importa mucho».

Aunque crear contenido «está abierto a todos», no todos se dedican a la profesión sobre la que habla en sus perfiles. De hecho, asegura que solo dos creadoras de este ámbito son realmente profesionales: ella y @Rakidag

EL PROBLEMA DE DOS EUROS POR HABITACIÓN

A gran escala, el sector de la limpieza a través de subcontratas acumula problemas para sus trabajadoras. Es el caso de las ‘kellis’, que han encontrado en La Fregona de Cris una aliada con notoriedad para luchar por su causa.

«He hablado mucho de ellas en mis redes y me metí con ellas para ver sus problemas. La realidad es que hay subcontratas de por medio que tiran el precio para conseguir contrato en un hotel o un hospital y se llevan el dinero», lamenta. Un escenario en el que incluso, ha conocido a trabajadoras que cobran dos euros por habitación. «No es lógico».

En este punto, hace una llamada de atención a los clientes de hotel. «Las limpiadoras te vamos a ayudar a que no te tengas que encargar tú, pero hay detalles que podemos cuidar entre todos».

Como conclusión, defiende la satisfacción del trabajo bien hecho por encima del camino a recorrer para conseguir esa guinda. «Me quedo con la reacción del cliente cuando ve que has quitado el sarro del inodoro en dos minutos dejándolo perfecto», ha rematado.

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