Pepe Cruz; más de 60 años de voluntario en el Cotolengo de Albacete

Pepe Cruz fue uno de los primeros voluntarios de la Institución Benéfica Sagrado Corazón de Jesús en Albacete

Pepe Cruz es uno de los primeros voluntarios que llegó a la Institución Benéfica del Sagrado Corazón de Jesús, popularmente conocido como Cotolengo en Albacete. Tan solo unos meses después de su apertura, Pepe Cruz llegó a esta casa de Albacete en calidad de voluntario. A día de hoy, a sus 80 años, el albaceteño ha dedicado seis décadas a colaborar de manera altruista con el Cotolengo de Albacete, que define como “una casa de gran humanidad”.

La Institución Benéfica del Sagrado Corazón de Jesús viene desarrollando una labor altruista en Albacete desde 1964 en diferentes aspectos. En la actualidad, cuenta con un comedor social y con cientos de voluntarios que acuden cada día para preparar la comida y realizar otras labores.

Pepe Cruz, uno de los primeros voluntarios del Cotolengo en Albacete / Foto: Cedida

Pepe Cruz recuerda que esta institución llegó a Albacete en “octubre de 1964”. Apenas unos meses más tarde, el voluntario llegó por primera vez al Cotolengo, sin saber que marcaría su vida para siempre. Con tan solo 20 años, Pepe Cruz arrancó su andadura solidaria en esta institución, y en la actualidad, a sus 80 años, continúa ligado al lugar que ha sido como su hogar. “Una casa de gran humanidad”, como define Pepe Cruz a esta institución, a la que le ha brindado gran parte de su vida, y unas “personas de una humanidad y un compañerismo tremendo” con los que ha compartido grandes momentos.

“Es parte fundamental de mi vida”

El voluntario recuerda perfectamente la primera vez que puso un pie en el Cotolengo el “22 de diciembre de 1964”, y asegura que “fue a mí al que le tocó la lotería”. Durante todo este tiempo, el albaceteño ha estado ligado a esta institución, siempre dispuesto a tender una mano cuando era necesario. “El Cotolengo es parte fundamental en mi vida”, subraya a El Digital de Albacete.

Cotolengo / Foto: Cedida por Pepe Cruz

Pepe Cruz recuerda los inicios de esta casa en Albacete, ya que ha sido testigo de cómo ha evolucionado desde su apertura hasta el día de hoy. “Acudí a los dos meses de abrirse. Recuerdo que éramos un grupo de voluntarios y había también mujeres derivadas del trabajo social que tenían que hacer en aquella época”, recuerda Cruz, que añade que “entonces no había personas contratadas en la casa”. 

“Todavía mantenemos la amistad”

En la década de los 60, “íbamos un grupo de 4 o 5 personas y realizábamos tareas de apoyo”, explica, y asegura que “algunos han fallecido, y con otros todavía mantengo la amistad. Estábamos muy unidos”. “En aquella época pertenecíamos a una asociación vinculada a la parroquia de la Purísima en Albacete. Nos juntábamos varios jóvenes y visitábamos centros como la Casa de la Misericordia o el Asilo”, manifiesta a El Digital de Albacete. 

Voluntarios en la Feria de Albacete / Foto: Cedida por Pepe Cruz

En este contexto, “siempre surgían cosas y sitios que visitar. Alguien me comentó que habían abierto una casa nueva de enfermos”, recuerda Pepe Cruz, que asegura que “allí aparecí el día 22 de diciembre de 1964, y me tocó a mí la lotería”. De esta motivación social, que surgió en aquella asociación de la Purísima, nació el ímpetu de este albaceteño por las actividades sociales, lo que lo llevó a ligar su vida a la del Cotolengo casi a la par.

Cabe destacar, que en aquella época, cuando Pepe Cruz tenía solamente 20 años, “conocí a una persona en la casa que fue entrañable. Fue amigo, hermano, tutor y padre”, señala, y recuerda que “era una persona de mi edad, que estaba en silla de ruedas y siempre he estado con él. Eso también ha sido una motivación muy grande”.

Voluntarios en la Plaza de Toros / Foto: Cedida por Pepe Cruz

“Aprendí a convivir con la enfermedad y con la discapacidad”

Una experiencia de seis décadas llena de anécdotas y de aprendizaje que ha calado en este voluntario. “Me quedo con el contacto con la enfermedad. Siempre lo he visto con cierta normalidad”, apunta Pepe Cruz, que señala que “aprendí a convivir con la enfermedad y con la discapacidad, además de con una multitud de personas singulares”. “Es una experiencia que te enriquece muchísimo como persona”, asegura a El Digital de Albacete.

Además de compartir grandes momentos y estar siempre dispuesto a colaborar, Pepe Cruz también ha sido testigo de los 60 años de vida de esta institución y de cómo ha ido cambiando con el paso del tiempo. Casi a la par, el voluntario y el Cotolengo han ido creciendo de la mano. “Recuerdo que lo que ahora es el comedor social antes era una granja, y también teníamos un huerto. De ahí comían las personas de la casa”, explica Pepe Cruz, que añade que “de vez en cuando, para hacer la comida, las hermanas te decían: ‘Trae una gallina’”. “Allí hacíamos matanzas para todo el año, como se hacía antiguamente. He llegado hasta a ordeñar una vaca”, asegura, y explica que “con el huerto alimentábamos a los animales, y así podíamos alimentar a las personas de la casa”.

Voluntarios / Foto: Cedida por Pepe Cruz

Con el tiempo, “aquello cobró fuerza, y con el ‘boom’ de la inmigración atendíamos a la gente en la calle porque no teníamos instalación”, explica, y manifiesta que “después se hizo el comedor social que conocemos hoy”. En la actualidad, de este comedor social salen “entre 250 y 300 raciones de comida diarias, y eso lleva mucha faena”, apunta, y explica que “han cambiado los tiempos y las circunstancias, pero sigo vinculado al Cotolengo, que es una parte fundamental de mi vida”.

Voluntarios / Foto: Cedida por Pepe Cruz

Sobre todas las cosas, Pepe Cruz se queda con la gente con la que ha librado batallas durante estas seis décadas, y señala que “es una casa de gran humanidad. He conocido gente de un compañerismo tremendo”. 

Una casa en la que este albaceteño creció y aprendió a convivir con la enfermedad, además de crear grandes amistades y uniones, que aún mantiene, 60 años después de que Pepe Cruz apareciese en el Cotolengo por primera vez en el invierno de 1964. A día de hoy, a sus 80 años de edad, el albaceteño sigue vinculado a lo que ha sido una parte fundamental de su vida y a esta institución de Albacete a la que llegó con apenas 20 años.

Noelia López

Natural de Albacete, Graduada en Periodismo por la Universidad Miguel Hernández. Experiencia en medios de comunicación como VIsión6, Es Radio y Telemadrid
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