Tal día como hoy, 31 de agosto, pero de 1907, moría en la Sierra de Alcaraz (Albacete), de dos disparos de la Guardia Civil, el famoso bandolero Francisco Ríos González, más conocido como ‘El Pernales’.
Al respecto, relata Antonio Matea a El Digital de Albacete que su muerte tuvo lugar en el paraje conocido como Las Morricas, en el término municipal de Villaverde de Guadalimar (Albacete), acompañado de su compañero de correrías Antonio Rodríguez Jiménez, ‘El Niño del Arahal’, muerto también por los guardias. El cabo de la Benemérita Calixto Villaescusa Hidalgo y el guardia Andrés Segovia Cuartero, comandados junto a otros dos guardias por el Segundo Teniente Juan Haro López, jefe de la línea de Alcaraz, pusieron fin a la intensa vida delictiva de este bandido en su Andalucía natal.

Pernales era a principios del siglo XX el delincuente más buscado por las autoridades españolas, sometido a una intensa persecución por la Guardia Civil durante los últimos meses. Los robos cometidos por el bandido habían provocado una intensa campaña de críticas contra el Gobierno por parte de la prensa y la oposición. Se habla de que se emplearon dos mil guardias para intentar su captura, por lo que el bandido decidió partir a Valencia, donde se había citado con su amante, Concha Fernández Pino, ‘Conchilla la del Pernales’, con la que recientemente había tenido una hija; explica Antonio Matea.
Parece ser que su propósito era huir con ella a América para no ser capturado por las autoridades españolas. Pero su sueño americano se truncó aquel 31 de agosto, cuando la casualidad hizo que los dos bandidos se topasen con Gregorio Romero Henares, guarda forestal, antiguo miembro de la Benemérita, que debió sospechar algo de aquellos personajes que venían tan armados y con vestimentas tan ajenas a la Sierra de Alcaraz, por lo que decidió avisar a la Guardia Civil.

Añade Antonio Matea que Francisco de Paula José Ríos González, más conocido como ‘Pernales’, nació en 1879 en Estepa, provincia de Sevilla, en el seno de una familia campesina. El destino, la miseria y la injusticia social de los campos andaluces le impulsaron a iniciar el camino aventurero y marginal del orden y la ley del bandolerismo. Un bandolerismo que para muchas gentes era la única manera de dar quiebros al hambre y salir de la desdicha y adversidad en que estaban sumidos los campesinos de Andalucía, tierra en la que se forjaron muchos otros bandidos de leyenda, como Diego Corriente, José María ‘El Tempranillo’, Juan Mingolla Gallardo, conocido como ‘Pasos Largos’, Manuel López Ramírez, apodado ‘El Bizcaya’, no por ser vasco, sino por ser bizco de nacimiento, Juan Caballero, ‘El Lero’, o Joaquín Camargo Gómez, alias ‘El Vivillo’, estos tres últimos también de Estepa como Pernales.
La mayoría de los biógrafos de Pernales lo tildan de persona cruel, despiadado con sus enemigos y maltratador de su familia. Hernández Girbal, su principal biógrafo, cuenta que su mujer, María de las Nieves Pilar Caballero, lo abandonó ante el maltrato que sufrían ella y sus dos hijas. Para el ensayista madrileño Julio Caro Baroja, Pernales, distinguido como caballista, fue el último bandolero popular español, con cuya muerte comenzaron a correr los pliegos de cordel, que dieron fe de su vida y su muerte según convenía a sus autores; indica Matea al mismo tiempo que añade que se habla de la generosidad del bandido con los necesitados y las ayudas que prestó a la gente humilde del campo, sus principales valedores, que en numerosas ocasiones impidieron que lo capturase la Guardia Civil, gracias a las indicaciones falsas que daban a los agentes de la Benemérita. Esta generosidad ha sido la que encumbró a Pernales a la leyenda, la leyenda del bandido generoso que robaba a los ricos para dar a los pobres, olvidando sus asesinatos, maltratos familiares o la falta de sensibilidad con sus adversarios.
Explica Antonio Matea que ‘El Pernales’ sigue siendo una leyenda en la Sierra de Alcaraz (Albacete). Su tumba, en el cementerio de esta población, y el lugar de su muerte, donde hay un buen puñado de piedras, depositadas por senderistas y turistas, con un panel explicativo sobre su vida y muerte, son constante lugar de visita. El Centro Excursionista de Albacete organiza cada año una ruta senderista y cultural, la Ruta del Pernales, con la que se pretende mantener viva la leyenda del bandolero y dar a conocer algunos de los parajes más hermosos de la provincia de Albacete.

Aún se conserva en la Sierra de Alcaraz una copla que se extiende por cada valle, por cada piedra y por cada rincón de esta sierra albaceteña: “Ya mataron al Pernales, ladrón de Andalucía, el que a los ricos robaba y a los pobres socorría”.